miércoles, 21 de noviembre de 2012

LAS ESCUELAS DEL AVE MARÍA: LEGADO DE DON MANUEL PAREJO BAHAMONDE






Una fotografía de un grupo de alumnas del curso 1930-1931 de Las Escuelas Manjonianas del Ave María de Don Benito es la pieza que el museo etnográfico dombenitense ha escogido para destacar en noviembre. Esta imagen delata una vez mas la labor eficaz y callada de la Iglesia, de sus pastores en una época convulsa de la historia de España y de nuestra querida ciudad.

 La imagen tiene como fondo parte de los singulares ventanales del edificio neoclásico del Ave María. En la escena preparada posan, sentadas unas y otras de pie, niñas de diferentes edades mostrando sus labores textiles en torno a su maestra doña Laura, que ocupa el centro de la instantánea y lleva un cuaderno en sus manos.

El centro de la foto está presidido por una fotografía enmarcada del sacerdote granadino Andrés Manjón, fundador del proyecto pedagógico de Las Escuelas del Ave María, un ideario educativo que contemplaba una formación integral de los alumnos partiendo de la calidad en la formación del profesorado.
 
 Las Escuelas Manjonianas

Desde sus orígenes en 1888 y hasta 1918 se fundaron escuelas del Ave María en 36 provincias españolas y se abrieron 400 por todo el mundo. El proyecto de Las Escuelas Manjonianas llegó a Don Benito de la mano del sacerdote Manuel Parejo Bahamonde. Fue presbítero de la iglesia de San Juan y es Hijo Predilecto de la ciudad desde el 11 de enero de 1919. Fue asesinado en Madrid a comienzos de la guerra civil.

El origen de las escuelas tuvo como antecedentes unas aulas para niños pobres que funcionaban desde 1900 en torno a la iglesia de San Juan.

Según los datos extraídos de www.extremaduradehoy.com, la fotografía nos muestra a un grupo de niñas en un aula de las escuelas del Ave María: Emilia, Inocencia, Teresa, Isabel, Isabel, Amalia, Amparo, Esperanza, Julia, Ángela, Pura, Juana, Justa, Agustina, Ana, Manolita, Carmen, Rosa, Juana, María, Juana, Fernanda, Carmen, Rosa, Josefa, Angelita, Angelita, Carmen, Joaquina, María o Eulalia, Manuela y Josefina, son algunos de los nombres de las niñas que aparecen en la instantánea, de izquierda a derecha y de arriba a abajo.

 
  Iglesia de San Juan (foto de principios del Siglo XX)

Todas ellas formaban uno de los tres grupos de alumnas, que estudiaron en las Escuelas Manjonianas del Ave María de Don Benito en el curso 1930-1931. Así pues, la imagen tiene como fondo parte de las características ventanas del edificio neoclásico del Ave María. 

En concreto, en la escena preparada posan, sentadas y otras de pie, niñas de diferentes edades mostrando sus labores textiles en torno a su maestra Doña Laura que ocupa el centro de la imagen y lleva un cuaderno en sus manos, quizás las explicaciones del libro de los maestros “Hojas Catequísticas de Don Andrés Manjón” como indicaba el Reglamento disciplinario Interno para el Régimen de Las Escuelas Gratuitas de Niños y Adultos del Ave María de Ntra. Sra. de las Cruces.

El centro de la imagen está presidido por una fotografía enmarcada del sacerdote granadino Andrés Manjón y Manjón (1846-1923) fundador del proyecto pedagógico de las Escuelas del Ave María, un ideario educativo que contemplaba una formación integral de los alumnos partiendo de la calidad en la formación del profesorado. Desde sus orígenes en 1888 y hasta 1918 se fundaron escuelas del Ave María en 36 provincias españolas y se abrieron 400 por todo el mundo.

Doña Justa Quintana González es una de las niñas de la foto, la cual actualmente tiene 90 años. “Gracias a su portentosa memoria hemos podido recuperar los nombres de la mayoría de  sus compañeras de pupitre y múltiples anécdotas”, ha asegurado el Museo Etnográfico en un comunicado, en el que agradece también a Consuelo Arias y a Elena Martín Romo, hija y sobrina de Rosa Mora Sánchez, otra de las niñas de la imagen, por su ayuda para recuperar el pasado.

El proyecto de las Escuelas Manjonianas llegó a Don Benito de la mano del sacerdote dombenitense Manuel Parejo Bahamonde (1888, Madrid 1937). El origen de las mismas tuvo como antecedentes unas aulas para “niños pobres” que funcionaban desde 1900 en torno a la Iglesia de San Juan.

Ya en 1917 el ideario educativo del padre Manjón estaba funcionando en unas clases impartidas en  la sacristía de la parroquia  y algún edificio anexo construido para ese fin. Fue un proyecto de hondo calado y el primero que se hacia en Don Benito para paliar el alto grado de analfabetismo del barrio del mismo nombre de su iglesia, entonces en el extrarradio de la ciudad y con un elevado índice de pobreza, tal y como informa el Museo Etnográfico.

Así pues, en poco tiempo el alumnado fue aumentando, quedando pequeño el espacio disponible debido al meritorio resultado avalado por la inspección educativa, incrementándose  la demanda de plazas por otras zonas de la ciudad, obligando a habilitar otros edificios en las  calles Villanueva, Granados y Bueyes.

De hecho, la insistencia de Manuel Parejo para conseguir un edificio mayor que acogiera a todo el alumnado se vio recompensada por la donación de un solar por parte de Don Pedro Granda, Conde de Campos de Orellana. Fue en ese espacio de 8.790m2 donde se levantó en 1927 un edificio tan singular dentro de la tipología urbana de la ciudad como es el de las Escuelas del Ave María, construido por  Emilio Camacho - el mismo propietario y el mismo maestro de obras de la casa palacio sede del Museo Etnográfico-.


 Vista aérea de las Escuelas del Ave María en el Barrio de San Juan (Don Benito)



PROYECTO INICIAL



Cabe destacar que el proyecto inicial consistió en un pabellón central en forma de cruz latina con escenario de mampostería y amplios ventanales con una única ornamentación desplegada en dos paneles de azulejería a ambos lados de la puerta principal con la representación de San Pedro y San Pablo, y el escudo de los Condes de Campos de Orellana sobre el frontón de la portada. 
Tres pabellones más pequeños en los ángulos del solar, una piscina de dimensiones reducidas con un pozo y otro pequeño local, y todo ello rodeado de un espacio ajardinado esencial para muchas actividades al aire libre, detalla el Museo Etnográfico.

Además, por las escuelas pasaron cientos de alumnos recibiendo, de forma gratuita gracias a suscripciones y donaciones, una educación completa basada en las ideas pedagógicas del padre Manjón.

Nuestras niñas siempre recibieron las clases en los edificios y la  sacristía en torno a la Iglesia de San Juan, ya que el ideario pedagógico establecía que tuvieran aulas separadas de los varones. Tanto unos como otras continuaron con su formación hasta el curso de 1935-1936”, indica el museo dombenitense. 


 Símbolo Escuelas del Ave María


No obstante, las clases dejaron de impartirse durante la Guerra Civil y los años de la posguerra. El Padre Manuel Parejo fue fusilado durante la contienda, terminando con él el programa manjoniano en Don Benito. 


FUNCIÓN RETOMADA





La función del edificio se retomó bajo la gestión de los Padres Claretianos,- el Ave María y el Colegio Claret están muy próximos teniendo ambos fachadas a la Calle San Juan-, cuando en 1949 la congregación firmó el contrato de cesión de los solares y edificios con el conde de Campos de Orellana, Don Miguel Granda, utilizándolos hasta 1964 para impartir clases a sus alumnos de Enseñanza Primaria. 

Desde entonces y durante cuatro décadas el edificio sufrió un abandono general ocasionándole graves desperfectos y aunque el Ayuntamiento lo adquirió  el 16 de noviembre de 1982 no se empezó a rehabilitar hasta el año 2004 comenzando con la demolición de un cerramiento externo de la zona ajardinada y el acondicionamiento del propio jardín y el edificio en sí, restaurando la azulejería sustituyendo al original San Pablo por San Juan quizás sirviendo de argumentación que es el nombre del barrio.











De hecho, su puesta en valor se consolidó con la construcción, delante de su fachada, que hace las veces de escena, de un graderío a modo de teatro clásico, para diferentes usos como representaciones teatrales y múltiples actividades culturales. El edificio es a su vez la sede para los ensayos de la Banda Municipal de Música. Hoy es un espacio escénico al aire libre para 490 personas sentadas, que aprovecha la fachada principal del edificio que fueran las Escuelas Manjonianas; actualmente, este espacio acoge variados actos culturales en las noches de primavera – verano, así como la celebración de bodas civiles.


LAS ESCUELAS MANJONIANAS : EL FRUTO DE ANDRES MANJÓN


Don Andrés Manjón



Hijo de Lino y Sebastiana Manjón, una familia de origen humilde, fue educado por su tío, párroco de Sargentes, y por su madre, quien lo indujo a ir a la escuela y recibir la enseñanza básica.

Aunque él era reticente a ir a la escuela, siempre demostró grandes cualidades para el estudio, cosa que sus padres y su tío vieron y deciden guiar sus pasos hacia el sacerdocio. Así que en verano de 1858, Andrés comienza los estudios de latín. Fueron unos años difíciles debido a la dureza con que se aplicaban sus profesores con él, así que Andrés tuvo tentaciones de volverse al campo.

No obstante, en 1861, su tío lo lleva al Seminario de Burgos, donde tras mucho trabajo y enfrentamientos, supera el primer curso con excelentes calificaciones. Sus sucesivos estudios fueron de Filosofía y Derecho, también con un resultado magnífico.

A los 26 años, terminados los estudios, llega a Valladolid, donde ejerce la docencia por poco tiempo. En la Universidad de Salamanca ocupa la Cátedra de Derecho Romano. En 1874 llega a Madrid al Colegio San Isidoro y continuó sus estudios en la Academia de Jurisprudencia y Legislación. En 1878, gana por oposiciones la cátedra de Disciplina Eclesiástica en la Universidad de Santiago de Compostela. En 1880, y tras una vacante, le conceden la misma cátedra en la Universidad de Granada, ciudad en la que vivirá el resto de sus días.





Es elegido por el cabildo de la Abadía del Sacro Monte para dar la asignatura de Derecho Canónico y por entonces decide encaminarse al sacerdocio. El 19 de junio de 1885 se ordena sacerdote y es nombrado canónigo de la Abadía.

Un día, a finales de 1888, cuando pasaba ante una de las cuevas en el Sacro Monte, oyó a unos niños recitar el Ave María, lo que le llevó a iniciar su obra pedagógica con aquellos niños, acompañando en un principio a la maestra que les enseñaba. Allí mismo funda las Escuelas del Ave-María, su obra capital, a las que les dedica todo su dinero, su empeño y su tiempo. Allí comenzó don Andrés Manjón su obra revolucionadora de los métodos pedagógicos.

El proyecto avemariano lo trasladó a su pueblo natal. En 1918 había escuelas del Ave-María en 36 provincias españolas. A lo largo de su vida, se abrieron unas 400 escuelas por todo el mundo. Fundó, además, el “Seminario de Maestros” para formar a los futuros responsables de las escuelas del Ave María: "no hay escuela sin maestro". Manjón daba mucha importancia a la formación de los maestros, pues decía que el maestro podía ser formador o deformador de caracteres. La inauguración del seminario de maestros tuvo lugar el 12 de octubre de 1905. Fue una obra muy querida por él.
Durante los primeros años de su estancia en Granada escribe un tratado sobre Derecho Canónico, considerado uno de los mejores de su época. Escribe, a lo largo de su vida, muchas obras (más abajo se señalan algunas) de carácter pedagógico, al servicio de la educación y de su ministerio sacerdotal, con un estilo carente de florituras, sin alardes de erudito. Todos ellos están llenos de sencillez y claridad.




En 1900 es nombrado Hijo Predilecto de Granada y en 1909 Hijo Predilecto de la Provincia de Burgos. Su humildad hacen que no asistiera a ninguno de estos actos. Don Andrés mereció los elogios como persona responsable, sencilla y seria desde su juventud, fue profesor concienzudo y sacerdote humilde y ejemplar. Su personalidad sobria, hizo que los honores que en vida le rindieron, no hiciesen mella en él.

Al morir fue enterrado en una sencilla cripta en la capilla de la Casa Madre del Ave-María. En su lápida están escritas las letras “A M” que rubrican su vida humilde y sencilla.

En la casa madre se encuentra su museo personal con todo lo relacionado con él, túnicas, etc. En la Archidiócesis de Granada tiene causa de beatificación abierta.

Colegios

A lo largo del siglo XX se han construido colegios en Granada que pertenecen al Patronato de las Escuelas del Ave María.

La primera escuela fundada por Don Andrés Manjón fue Colegio Ave María Casa Madre,

Más tarde se construyeron otros colegios rodeando Granada:
  • San Cristóbal
  • La Quinta
  • Vistillas
  • San Isidro
Y otros que están en la provincia:
  • Albolote
  • Esparraguera (Motril)
  • Varadero (Motril)

Obras literarias

"EL PENSAMIENTO Y LAS HOJAS", donde se explica el pensamiento del Ave-María en seis partes.

"HOJAS EVANGÉLICAS Y PEDAGÓGICAS DEL AVE-MARÍA". Trata de una teología de la Educación, basándose en el evangelio de los domingos.

"HOJAS PATERNO ESCOLARES" donde se habla de la educación en el seno de la familia.

"EL CATEQUISTA", donde pone el catecismo como eje en torno al cual gira toda la educación.

"EL MAESTRO MIRANDO HACIA DENTRO". Se puede considerar su obra maestra, donde considera al maestro como luz de las virtudes y formador de hombres conscientes de sus deberes.

"EL MAESTRO IDEAL". Síntesis del libro anterior.

"EL MAESTRO MIRANDO HACIA FUERA". Es su obra póstuma. Es el complemento al los dos libros anteriores.

"HOJAS HISTÓRICAS DEL AVE-MARÍA". Un libro ameno, donde habla de la fundación de las escuelas, con interesantes notas sociales y pedagógicas.