sábado, 17 de noviembre de 2012

EL SANTO SUDARIO DE OVIEDO: TESTIGO DE LA PASIÓN







En la Catedral de Oviedo  se conserva, con gran veneración del pueblo cristiano, el llamado "Santo Sudario", que según fuentes históricas bien documentadas llegó allí en los años de la invasión musulmana de España, procedente de la Catedral de Toledo. El Santo Sudario de Oviedo, según la tradición, fue colocado sobre el rostro de Jesucristo en el descendimiento de la cruz y hasta su definitivo entierro. Se trata de una reliquia directamente relacionada con la Sábana Santa de Turín, como comprobaremos en las notas siguientes.





El Santo Sudario de Oviedo (conocido también por pañolón de Oviedo) es una reliquia de la Iglesia Católica que se encuentra depositada en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. Se trata un pañuelo de lino manchado de sangre y alguna quemadura de velas, de forma rectangular con una medida de 83x53 centímetros venerado como una de las prendas funerarias descritas en Jn 20, 7. San Juan menciona un «sudario» (σουδαριον) que cubría la cabeza, y una «prenda de lino» o «vendajes» (οθονιον—othonion) cubriendo el cuerpo. Se cuenta que el sudario de Oviedo fue la prenda que cubrió entonces la cabeza de Jesús y que según el Evangelio encontró el apóstol S. Pedro junto al apóstol S. Juan al llegar a la tumba vacía de Jesucristo y que recogió junto con la Sábana Santa de Turín (Jn 20, 6).
 


El Arzobispo de Oviedo, con ocasión  del I Congreso Internacional del Santo Sudario, afirmó lo siguiente:  

    "La devoción del pueblo cristiano a este recordatorio de la Pasión de Jesús es conmovedora. Como movidos por un poderoso resorte interior, miles de fieles cristianos vienen todos los años a nuestra Catedral para  recibir la bendición con el Santo Sudario y manifiestan de esa manera su profundo respeto por este tesoro religioso que hemos recibido de nuestros padres y que debemos conservar cuidadosamente, rodeándolo de la estima y veneración que nos merece este testigo elocuente de Jesucristo crucificado".



El Santo Sudario de Oviedo ha sido objeto de una exhaustivo estudio por parte de un equipo de prestigiosos investigadores españoles, coordinado por en Centro Español de Sindonología (www.linteum.com). Entre otros, componían este equipo de investigadores  Don Jorge Manuel Rodríguez Almenar, Don José Delfín Villalaín Blanco, Don Guillermo Heras Moreno, Don Celestino A. Cano Tello, Don Felipe Montero Ortego, Don Jaime Izquierdo Gómez, Don Enrique Monte Vázquez, Doña María Socorro Mantilla de los Ríos Rojas, Don Vicente José González García, Don José Antonio Sánchez Sánchez, Don Ángel del Campo Francés y Don Enrique López Fernández




El Santo Sudario de Oviedo es una tela blanca en origen, de lino, con textura tafetán, manchada, sucia y arrugada. Tiene forma rectangular, aunque con alguna irregularidad, y mide 83 por 53 centímetros. aproximadamente. Presenta numerosísimas manchas de diversos tonos, de color fundamentalmente marrón claro. 

 

Salta a la vista en la observación de la tela dos manchas simétricas con respecto a su  eje menor, que son de color marrón con diversas intensidades. 

 

Se le denomina tradicionalmente "Santo Sudario" o "Santo Rostro" a pesar de que en él no se puede apreciar rostro alguno

 

En la época de Jesús un sudario era un pañolón (equivalente, aunque algo mayor a uno de nuestros pañuelos actuales) que se usaba como una pequeña toalla para quitarse el sudor de la cabeza o limpiarse la cara en caso de necesidad. La Enciclopedia Universal Judía recoge la prescripción según la cual cuando un cadáver tenía desfigurado o mutilado el rostro era imprescindible que este fuera cubierto con un velo para ocultarlo a los ojos de la gente. No es extraño que se empleara para este menester el pañolón -sudario- que se tenía a mano (en ocasiones enrollado en la muñeca) y que se colocara sobre el difunto aun antes del entierro.

 

Por otra parte sabemos que uno de los "lienzos funerarios" empleados en enterramientos judíos es el sudario, y que cubre exclusivamente el rostro. San Juan en su evangelio menciona en dos ocasiones un sudario sobre la cabeza de un cadáver. En el relato de la resurrección de Lázaro (Jn 11,44) dice que salió el muerto "atado de pies y manos y envuelta la cabeza en un sudario" pero el texto evangélico más importante del Apóstol en este punto es el Cap. XX. En sus versículos 6 y 7 distingue claramente entre los lienzos en los que fue envuelto el cadáver (entre ellos, lógicamente, la Sábana que mencionan los evangelios sinópticos) y "el sudario que había estado sobre su cabeza".

 

 

 

El Sudario de Oviedo ha sido analizado por un completo equipo de especialistas que lo ha sometido a pruebas diversas. Ha sido sometido a diferentes técnicas de fotografía científica y tratamiento de imagen. Además de a la fotografía convencional, se ha utilizado la fotografía de reflexión infrarroja, fotografía con luz ultravioleta, fotografía por transparencia, fotografía con iluminación  lateral, tratamiento  electrónico de la imagen y tratamiento dinámico de la imagen. 

 

Aquí vemos el resultado  de una de estas fotografías, lo que permite apreciar mejor las manchas.

 




Gracias al tratamiento de la imagen fotográfica, aquí se han señalado con mayor precisión las manchas que se aprecian en el sudario. 

 

En el lienzo se observan, además de las manchas, unas importantes arrugas y también unas pequeñas perforaciones o agujeros. 

 


ESTUDIOS CIENTIFICOS




El Sudario de Oviedo  ha sido sometido a unos completos estudios científicos. Además de técnicas de imágenes, se  han efectuado estudios hematológicos y de medicina legal.

 




Aquí podemos ver el dispositivo ideado expresamente para estudiar la formación de la mancha, compuesto por una cabeza transparente de vidrio, adaptada a una platina que se encontraba fija a una rótula que permitía adoptar cualquier postura; un semicírculo graduado giratorio permitía medir en grados la inclinación  anterior y lateral.

 

OBSERVACIÓN MICROSCOPICA





El examen al microscopio del lienzo revela la existencia de manchas de sangre, límites entre zonas manchadas y no manchadas, orificios, manchas geométricas, etc. El lienzo está cubierto de polvo y materiales propios del ambiente, como polen, esporas de hongos, etc.

 

En esta ampliación del lienzo puede verse el ligamento o textura de tipo tafetán, con el que fue tejido. En este sistema  los hilos se torsionan en Z. Según los estudios de los especialistas, existen multitud de lazos en los hilos  debido a haber quedado flojos durante el proceso del tejido de la tela, lo que apunta a un tejedor inexperto.

 

 En esta fotografía observan también unos orificios que atraviesan en lienzo




 

En esta imagen se ven restos de sangre. En concreto, se aprecia el límite entre la zona manchada de sangre y la zona limpia.

 


CONCLUSIÓN ESTUDIO MEDICINA LEGAL




El estudio  hematológico y de Medicina Legal efectuado realiza las siguientes conclusiones:

 

·        El Sudario de Oviedo muestra manchas originadas por sangre humana del grupo AB.

·        Este lienzo está sucio, arrugado, parcialmente roto y quemado; tiene un elevado nivel de contaminación, pero no muestra signos de manipulación fraudulenta.

·        Parece ser un lienzo mortuorio que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un hombre adulto, normalmente constituido.

·        El hombre del lienzo tenía bigote, barba y pelo largo recogido en la nuca.

·        En la zona suboccipital, presentaba una serie de heridas punzantes, producidas en vida, que habían sangrado alrededor de un hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre ellas.

·        Su boca estaba cerrada y la nariz aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.

·        Dicho sujeto era cadáver. El mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible movimiento respiratorio.

·        El Hombre del Sudario padeció un gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal. Sobre el lienzo que estuvo en contacto con la cara del cadáver, aparecen numerosas manchas originadas por líquido de edema pulmonar y sangre en la proporción 6:1 producidas en momentos distintos y consecutivos.

·        Ocurrida la muerte, el cadáver estuvo en posición vertical, en torno a una hora, y tenía, al menos, el brazo derecho levantado y la cabeza flexionada 70 grados hacia adelante y 20 grados a la derecha en relación a la vertical.

·        Posteriormente, sin alterar la posición de los brazos fue colocado en decúbito prono lateral derecho, manteniendo el giro de la cabeza 20 grados a la derecha y colocando ésta a 115 grados respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura, posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.

·        Posteriormente el cadáver fue movilizado al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones trataba de contener la salida de líquido serohemático por la nariz.

·        Por último fue colocado en decúbito supino.



RELACIÓN CON LA SÁBANA SANTA 




 

Existe una clara relación entre el Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín. En esta fotografía puede ya apreciarse esta semejanza.

 

Las coincidencias que resultan de los análisis efectuados son las siguientes:

·     1. Las dos piezas de tela "contuvieron" a un hombre de largo cabello, barbado y cabello recogido en la nuca.

·          2. Ambos eran adultos de unos 30-40 años y constitución fuerte.

·         3. Ambos comparten tipo sanguíneo = AB, típico de la etnia judía en la zona israelita.

·         4. Ambos fueron maltratados antes de morir (latigazos, tortura física (tirones de barba), casco de espinas...)

·         5. Ambos murieron en posición vertical, crucificados y apoyándose en los pies.

·         6. Ambos fallecieron por colapso ortostático y consecuente edema pulmonar en grado agudo.

·         7. Las dos son telas fácilmente elaboradas en la zona hebrea.

·         8. Las manchas de sangre contenidas en uno y otro lienzo son "coincidentes" y por tanto ambas son complementarias.

·         9. Gotas de sangre bajo una mancha en forma de 3 invertido. Es la misma impresión en ambas reliquias.

·         10. Los Evangelios -sobre todo Juan- nos hablan de estos lienzos.

·         11. Ambos contienen rastros de pólenes de la zona.

·         12. Ambos tienen rastros de mirra y áloe para preservar de la corrupción.

·         13. Lo más importante: superponiendo la Sábana Santa de Turín con el Sudario de Oviedo sobre la zona que cubría descubrimos que sus proporciones son coincidentes y concurrentes a una emanación sanguínea tras muerte por edema pulmonar. Correspondencias manifiestas con los regueros de sangre provocados por el caso de espinas y con las proporciones craneales.




 

Las proporciones anatómicas también indican las analogías entre estas dos reliquias. Así, guardan estrecha relación:

·         1. Los arcos superciliares.

·         2. Superficie y forma de la nariz.

·         3. Abultamiento de la zona derecha de la nariz.

·         4. Fosas nasales presionadas.

·         5. Pómulo derecho hinchado y sanguinoliento.

·         6. Posición y tamaño de la boca.

·         7. Mentón y forma desigual de la barba.

 

Sería difícil para el investigador poder afirmar con total rotundidad que la Sábana Santa y el Sudario de Oviedo estuvieron en contacto directo con el cuerpo de Jesús de Nazaret. Pero, poco a poco, los paralelismos y demostraciones científicas van demostrando que ambas reliquias estuvieron en una época contemporánea a la de Jesús de Nazaret, en los mismos lugares y que contuvieron el cuerpo sin vida de un ser que sufrió la misma muerte que el nazareno. Todo apunta, en suma, que se corresponden con las empleadas con Jesús de Nazaret.

CONCLUSIÓN


 

El Santo Sudario de Oviedo, según todos los estudios a los que se ha sometido, se corresponde verdaderamente con el sudario con el que fue envuelto el rostro de Jesús una vez muerto en la Cruz. Sus semejanzas con la Sábana Santa de Turín, como se han visto, son concluyentes.

 

Como dijimos al principio, el Santo Sudario se nos presenta ante nuestros ojos como un impresionante recordatorio de la Pasión de Cristo. El Sudario de Oviedo es  hoy un testigo elocuente de Cristo crucificado. El rostro ensangrentado del Crucificado se nos ofrece en este lienzo con toda su aterradora crudeza. 

 

La contemplación del Santo Sudario de Oviedo nos recuerda que, como nos dice San Pablo, "nosotros predicamos a un Cristo crucificado".

 

 

Datos extraídos de: webs.ono.com/sindone/oviedo1.htm