En la Catedral de Oviedo se conserva, con gran veneración del pueblo
cristiano, el llamado "Santo Sudario", que según fuentes históricas
bien documentadas llegó allí en los años de la invasión musulmana de España,
procedente de la Catedral de Toledo. El Santo Sudario de Oviedo, según la
tradición, fue colocado sobre el rostro de Jesucristo en el descendimiento de
la cruz y hasta su definitivo entierro. Se trata de una reliquia directamente
relacionada con la Sábana Santa de Turín, como comprobaremos en las notas
siguientes.
El Santo Sudario de Oviedo (conocido también por pañolón de Oviedo) es una reliquia de la Iglesia Católica que se encuentra depositada en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo. Se trata un pañuelo de lino
manchado de sangre y alguna quemadura de velas, de forma rectangular
con una medida de 83x53 centímetros venerado como una de las prendas
funerarias descritas en Jn 20, 7. San Juan
menciona un «sudario» (σουδαριον) que cubría la cabeza, y una «prenda
de lino» o «vendajes» (οθονιον—othonion) cubriendo el cuerpo. Se cuenta
que el sudario de Oviedo fue la prenda que cubrió entonces la cabeza de
Jesús y que según el Evangelio encontró el apóstol S. Pedro junto al apóstol S. Juan al llegar a la tumba vacía de Jesucristo y que recogió junto con la Sábana Santa de Turín (Jn 20, 6).
El Arzobispo de Oviedo, con
ocasión del I Congreso Internacional del Santo Sudario, afirmó lo
siguiente:
"La devoción del pueblo
cristiano a este recordatorio de la Pasión de Jesús es conmovedora. Como
movidos por un poderoso resorte interior, miles de fieles cristianos vienen
todos los años a nuestra Catedral para recibir la bendición con el Santo
Sudario y manifiestan de esa manera su profundo respeto por este tesoro religioso
que hemos recibido de nuestros padres y que debemos conservar cuidadosamente,
rodeándolo de la estima y veneración que nos merece este testigo elocuente de
Jesucristo crucificado".
El Santo Sudario de Oviedo ha sido
objeto de una exhaustivo estudio por parte de un equipo de prestigiosos
investigadores españoles, coordinado por en Centro Español de Sindonología
(www.linteum.com). Entre otros, componían este equipo de investigadores
Don Jorge Manuel Rodríguez Almenar, Don José Delfín Villalaín Blanco, Don
Guillermo Heras Moreno, Don Celestino A. Cano Tello, Don Felipe Montero Ortego,
Don Jaime Izquierdo Gómez, Don Enrique Monte Vázquez, Doña María Socorro
Mantilla de los Ríos Rojas, Don Vicente José González García, Don José Antonio
Sánchez Sánchez, Don Ángel del Campo Francés y Don Enrique López Fernández
El Santo Sudario de Oviedo es
una tela blanca en origen, de lino, con textura tafetán, manchada, sucia y
arrugada. Tiene forma rectangular, aunque con alguna irregularidad, y mide 83
por 53 centímetros. aproximadamente. Presenta numerosísimas manchas de diversos
tonos, de color fundamentalmente marrón claro.
Salta a la
vista en la observación de la tela dos manchas simétricas con respecto a
su eje menor, que son de color marrón
con diversas intensidades.
Se le denomina tradicionalmente
"Santo Sudario" o "Santo Rostro" a pesar de que en él no se
puede apreciar rostro alguno.
En la época de Jesús un sudario
era un pañolón (equivalente, aunque algo mayor a uno de nuestros pañuelos
actuales) que se usaba como una pequeña toalla para quitarse el sudor de la
cabeza o limpiarse la cara en caso de necesidad. La Enciclopedia Universal
Judía recoge la prescripción según la cual cuando un cadáver tenía desfigurado
o mutilado el rostro era imprescindible que este fuera cubierto con un velo
para ocultarlo a los ojos de la gente. No es extraño que se empleara para este
menester el pañolón -sudario- que se tenía a mano (en ocasiones
enrollado en la muñeca) y que se colocara sobre el difunto aun antes del entierro.
Por otra parte sabemos que uno
de los "lienzos funerarios" empleados en enterramientos judíos es el
sudario, y que cubre exclusivamente el rostro. San Juan en su evangelio
menciona en dos ocasiones un sudario sobre la cabeza de un cadáver. En el relato
de la resurrección de Lázaro (Jn 11,44) dice que salió el muerto "atado de
pies y manos y envuelta la cabeza en un sudario" pero el texto
evangélico más importante del Apóstol en este punto es el Cap. XX. En sus
versículos 6 y 7 distingue claramente entre los lienzos en los que fue envuelto
el cadáver (entre ellos, lógicamente, la Sábana que mencionan los evangelios
sinópticos) y "el sudario que había estado sobre su cabeza".
El Sudario de
Oviedo ha sido analizado por un completo equipo de especialistas que lo ha
sometido a pruebas diversas. Ha sido sometido a diferentes técnicas de
fotografía científica y tratamiento de imagen. Además de a la fotografía
convencional, se ha utilizado la fotografía de reflexión infrarroja, fotografía
con luz ultravioleta, fotografía por transparencia, fotografía con
iluminación lateral, tratamiento electrónico de la imagen y
tratamiento dinámico de la imagen.
Aquí vemos el
resultado de una de estas fotografías, lo que permite apreciar mejor las
manchas.
Gracias al tratamiento de la imagen
fotográfica, aquí se han señalado con mayor precisión las manchas que se
aprecian en el sudario.
En el lienzo
se observan, además de las manchas, unas importantes arrugas y también unas
pequeñas perforaciones o agujeros.
ESTUDIOS CIENTIFICOS
El Sudario de
Oviedo ha sido sometido a unos completos estudios científicos. Además de
técnicas de imágenes, se han efectuado estudios hematológicos y de
medicina legal.
Aquí podemos
ver el dispositivo ideado expresamente para estudiar la formación de la mancha,
compuesto por una cabeza transparente de vidrio, adaptada a una platina que se
encontraba fija a una rótula que permitía adoptar cualquier postura; un
semicírculo graduado giratorio permitía medir en grados la inclinación
anterior y lateral.
OBSERVACIÓN MICROSCOPICA
El examen al
microscopio del lienzo revela la existencia de manchas de sangre, límites entre
zonas manchadas y no manchadas, orificios, manchas geométricas, etc. El lienzo
está cubierto de polvo y materiales propios del ambiente, como polen, esporas
de hongos, etc.
En esta ampliación del lienzo
puede verse el ligamento o textura de tipo tafetán, con el que fue tejido. En
este sistema los hilos se torsionan en
Z. Según los estudios de los especialistas, existen multitud de lazos en los
hilos debido a haber quedado flojos
durante el proceso del tejido de la tela, lo que apunta a un tejedor inexperto.
En esta fotografía observan también unos
orificios que atraviesan en lienzo
En esta imagen se ven restos de
sangre. En concreto, se aprecia el límite entre la zona manchada de sangre y la
zona limpia.
CONCLUSIÓN ESTUDIO
MEDICINA LEGAL
El
estudio hematológico y de Medicina Legal
efectuado realiza las siguientes conclusiones:
·
El Sudario de Oviedo muestra
manchas originadas por sangre humana del grupo AB.
·
Este lienzo está sucio, arrugado,
parcialmente roto y quemado; tiene un elevado nivel de contaminación, pero no
muestra signos de manipulación fraudulenta.
·
Parece ser un lienzo mortuorio
que, con toda probabilidad, estuvo colocado sobre la cabeza del cadáver de un
hombre adulto, normalmente constituido.
·
El hombre del lienzo tenía
bigote, barba y pelo largo recogido en la nuca.
·
En la zona suboccipital, presentaba
una serie de heridas punzantes, producidas en vida, que habían sangrado
alrededor de un hora antes de colocar el lienzo mortuorio sobre ellas.
·
Su boca estaba cerrada y la nariz
aplastada y desviada hacia la derecha por la presión de lienzo mortuorio.
·
Dicho sujeto era cadáver. El
mecanismo de formación de las manchas es incompatible con cualquier posible
movimiento respiratorio.
·
El Hombre del Sudario padeció un
gran edema o encharcamiento pulmonar como consecuencia del proceso terminal.
Sobre el lienzo que estuvo en contacto con la cara del cadáver, aparecen
numerosas manchas originadas por líquido de edema pulmonar y sangre en la
proporción 6:1 producidas en momentos distintos y consecutivos.
·
Ocurrida la muerte, el cadáver
estuvo en posición vertical, en torno a una hora, y tenía, al menos, el brazo
derecho levantado y la cabeza flexionada 70 grados hacia adelante y 20 grados a
la derecha en relación a la vertical.
·
Posteriormente, sin alterar la
posición de los brazos fue colocado en decúbito prono lateral derecho,
manteniendo el giro de la cabeza 20 grados a la derecha y colocando ésta a 115
grados respecto a la vertical, con la frente apoyada sobre una superficie dura,
posición en la que se le mantuvo alrededor de 45 minutos.
·
Posteriormente el cadáver fue
movilizado al tiempo que una mano ajena, en diversas posiciones trataba de
contener la salida de líquido serohemático por la nariz.
·
Por último fue colocado en
decúbito supino.
RELACIÓN CON LA SÁBANA SANTA
Existe una clara relación entre
el Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín. En esta fotografía puede ya
apreciarse esta semejanza.
Las coincidencias que resultan
de los análisis efectuados son las siguientes:
· 1. Las dos piezas de tela
"contuvieron" a un hombre de largo cabello, barbado y cabello
recogido en la nuca.
·
2. Ambos eran adultos de
unos 30-40 años y constitución fuerte.
·
3. Ambos comparten tipo sanguíneo
= AB, típico de la etnia judía en la zona israelita.
·
4. Ambos fueron maltratados antes
de morir (latigazos, tortura física (tirones de barba), casco de espinas...)
·
5. Ambos murieron en posición
vertical, crucificados y apoyándose en los pies.
·
6. Ambos fallecieron por colapso
ortostático y consecuente edema pulmonar en grado agudo.
·
7. Las dos son telas fácilmente elaboradas
en la zona hebrea.
·
8. Las manchas de sangre
contenidas en uno y otro lienzo son "coincidentes" y por tanto ambas
son complementarias.
·
9. Gotas de sangre bajo una
mancha en forma de 3 invertido. Es la misma impresión en ambas reliquias.
·
10. Los Evangelios -sobre todo
Juan- nos hablan de estos lienzos.
·
11. Ambos contienen rastros de
pólenes de la zona.
·
12. Ambos tienen rastros de mirra
y áloe para preservar de la corrupción.
·
13. Lo más importante:
superponiendo la Sábana Santa de Turín con el Sudario de Oviedo sobre la zona
que cubría descubrimos que sus proporciones son coincidentes y concurrentes a
una emanación sanguínea tras muerte por edema pulmonar. Correspondencias
manifiestas con los regueros de sangre provocados por el caso de espinas y con
las proporciones craneales.
Las proporciones anatómicas
también indican las analogías entre estas dos reliquias. Así, guardan estrecha
relación:
·
1. Los arcos superciliares.
·
2. Superficie y forma de la
nariz.
·
3. Abultamiento de la zona derecha
de la nariz.
·
4. Fosas nasales presionadas.
·
5. Pómulo derecho hinchado y
sanguinoliento.
·
6. Posición y tamaño de la boca.
·
7. Mentón y forma desigual de la
barba.
Sería difícil para el
investigador poder afirmar con total rotundidad que la Sábana Santa y el
Sudario de Oviedo estuvieron en contacto directo con el cuerpo de Jesús de
Nazaret. Pero, poco a poco, los paralelismos y demostraciones científicas van
demostrando que ambas reliquias estuvieron en una época contemporánea a la de
Jesús de Nazaret, en los mismos lugares y que contuvieron el cuerpo sin vida de
un ser que sufrió la misma muerte que el nazareno. Todo apunta, en suma, que se
corresponden con las empleadas con Jesús de Nazaret.
CONCLUSIÓN
El Santo
Sudario de Oviedo, según todos los estudios a los que se ha sometido, se
corresponde verdaderamente con el sudario con el que fue envuelto el rostro de
Jesús una vez muerto en la Cruz. Sus semejanzas con la Sábana Santa de Turín,
como se han visto, son concluyentes.
Como dijimos
al principio, el Santo Sudario se nos presenta ante nuestros ojos como un
impresionante recordatorio de la Pasión de Cristo. El Sudario de Oviedo
es hoy un testigo elocuente de Cristo crucificado. El rostro
ensangrentado del Crucificado se nos ofrece en este lienzo con toda su
aterradora crudeza.
La
contemplación del Santo Sudario de Oviedo nos recuerda que, como nos dice San
Pablo, "nosotros predicamos a un Cristo crucificado".
Datos extraídos de: webs.ono.com/sindone/oviedo1.htm