El “Aula Porta Fidei”, surje como una iniciativa de
la Parroquia de Santa María de Don Benito en orden a favorecer la cultura
religiosa católica. Las Sesiones del Aula se desarrollarán en la Casa de
Cultura de Don Benito y en el Salón de Actos de la Parroquia de Santa María de
Don Benito (Avda. Primero de Mayo, 34).
Desde Pasión Dombenitense entendemos que es
sumamente importante para los cofrades, que asistan a estas sesiones, como
parte de la necesaria formación religiosa que no debemos dejar de lado para
cultivar nuestro cuerpo y nuestra mente, dentro de la Celebración de este Año
de la Fe 2012-2013.
El programa de actos organizado por la Parroquia de
Santa María, que como siempre es un ejemplo para la Diócesis, es muy variado e
interesante.
El Año de la Fe, proclamado por el Papa Benedicto
XVI, comenzó el pasado 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la
inauguración del Concilio Vaticano II y concluirá el 24 de noviembre de 2013,
en la Solemnidad de Cristo Rey del Universo.
Al anunciar el Año de la Fe, el Papa dijo que este
tiempo busca "dar un renovado impulso a la misión de toda la Iglesia, para
conducir a los hombres lejos del desierto en el cual muy a menudo se encuentran
en sus vidas a la amistad con Cristo que nos da su vida plenamente".
Benedicto XVI convocó al Año de la Fe con la Carta apostólica Porta fidei del
11 de octubre de 2011.
El Papa Benedicto XVI espera que el
Año de la Fe pueda llevar a todos los creyentes a aprender de memoria el Credo
y nos invita a recitarlo todos los días como oración.
Oración para cada día en el año de la FE: Credo
Niceno-constantinopolitano
Creo en un solo Dios; Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de
Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza
del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por
nuestra salvación, bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de
María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en
tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día,
según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no
tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo, recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una santa, católica y
apostólica.
Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
AÑO DE LA FE: CELEBRACIONES DE LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES
La Congregación para la Doctrina de la Fe en el
Vaticano publicó una Nota con indicaciones pastorales para el Año de la Fe, de
la que se desprenden las siguientes iniciativas para la Iglesia Universal:
-1.- El
principal evento al comienzo del Año de la fe será la XIII Asamblea General
Ordinaria del Sínodo de los Obispos, convocada por el Papa Benedicto XVI para
el mes de octubre de 2012 y dedicada Al tema de La nueva evangelización para la
transmisión de la fe cristiana. Durante el Sínodo, el 11 de octubre de 2012
tendrá lugar una solemne celebración para dar inicio al Año de la fe, en
recuerdo del quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II.
-2.- En el Año
de la fe hay que alentar las peregrinaciones de los fieles a la Sede de Pedro,
para profesar la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, uniéndose a aquél que
hoy está llamado a confirmar en la fe a sus hermanos (cf. Lc 22, 32). Será importante
también fomentar las peregrinaciones a Tierra Santa, el lugar que tuvo la
primicia de conocer a Jesús, el Salvador, y a María, su madre.
-3.- Durante
este año será útil invitar a los fieles a dirigirse, con particular devoción a
María, imagen de la Iglesia, que «reúne en sí y refleja en cierto modo las
supremas verdades de la fe»[19]. Por lo tanto, se debería alentar toda
iniciativa que ayude a los fieles a reconocer el papel especial de María en el
misterio de la salvación, a amarla filialmente y a imitar su fe y virtud. Para
ello será muy conveniente organizar peregrinaciones, celebraciones y reuniones
en los principales Santuarios.
-4.- La
próxima Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro, en julio de 2013,
ofrecerá a los jóvenes una ocasión privilegiada para experimentar el gozo que
proviene de la fe en el Señor Jesús y de la comunión con el Santo Padre, en la
gran familia de la Iglesia.
-5.- Al
respecto, sería conveniente la realización de simposios, congresos y reuniones
de gran escala, incluso a nivel internacional, que favorezcan la comunicación
de auténticos testimonios de la fe y el conocimiento de los contenidos de la
doctrina de la Iglesia Católica. Demostrando que también hoy la Palabra de Dios
sigue creciendo y diseminándose, es importante que se dé testimonio de que en
Jesucristo «encuentra su cumplimiento todo afán y todo anhelo del corazón
humano»[20] y que la fe «se convierte en un nuevo criterio de pensamiento y de
acción que cambia toda la vida del hombre»[21]. Algunos congresos serán
especialmente dedicados al redescubrimiento de las enseñanzas del Concilio
Vaticano II.
-6.- El Año de
la fe ofrecerá a todos los creyentes una buena oportunidad para profundizar en
el conocimiento de los principales documentos del Concilio Vaticano II y el
estudio del Catecismo de la Iglesia Católica. Esto vale particularmente para
los candidatos al sacerdocio, en especial durante el año propedéutico o los
primeros años de estudios teológicos, para los novicios y novicias de los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, así como
para aquellos que se preparan a entrar en una Asociación o Movimiento eclesial.
-7.- Este año será una ocasión propicia para acoger
con mayor atención las homilías, catequesis, discursos y otras intervenciones
del Santo Padre. Los pastores, personas consagradas y fieles laicos serán
invitados a un renovado compromiso de adhesión eficaz y cordial a la enseñanza
del Sucesor de Pedro.
-8.- Durante el Año de la fe, en colaboración con
el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, se esperan iniciativas
ecuménicas dirigidas a invocar de Dios y favorecer «la restauración de la
unidad entre todos los cristianos», que «es uno de los fines principales que se
ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II»[22]. En particular, tendrá
lugar una solemne celebración ecuménica para reafirmar la fe en Cristo de todos
los bautizados.
-9.- En el
Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización será
establecida una secretaría especial para coordinar las diversas iniciativas
sobre el Año de la fe promovidas por los distintos Dicasterios de la Santa Sede
o que de todos modos sean relevantes para la Iglesia universal. Será
conveniente que con tiempo se informe a esta secretaría sobre los principales
eventos que se organicen y también podrá sugerir iniciativas apropiadas. La
secretaría abrirá un sitio especial en Internet, para proporcionar información
útil para vivir de manera efectiva el Año de la fe.
-10.- Al final
de este año, en la Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo,
tendrá lugar una Eucaristía celebrada por el Santo Padre, en el que se renovará
solemnemente la profesión de fe.
[20] Benedicto XVI, Carta apostólica Porta fidei, n. 13.
[21] Ibid., n. 6.
[22]Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto Unitatis redintegratio, n. 1.
AÑO DE LA FE: CELEBRACIONES DE LAS DIÓCESIS
La Congregación para la Doctrina de la Fe en el
Vaticano publicó una Nota con indicaciones pastorales para el Año de la Fe, de
la que se desprenden las siguientes iniciativas para las Diócesis:
-1.- Se
auspicia una celebración de apertura del Año de la fe y de su solemne
conclusión en el ámbito de cada Iglesia particular, para «confesar la fe en el
Señor Resucitado en nuestras catedrales e iglesias de todo el mundo»[28].
-2.- Será
oportuno organizar en cada diócesis una jornada sobre el Catecismo de la
Iglesia Católica, invitando a tomar parte en ella sobre todo a sacerdotes,
personas consagradas y catequistas. En esta ocasión, por ejemplo, las eparquías
católicas orientales podrán tener un encuentro con los sacerdotes para dar
testimonio de su específica sensibilidad y tradición litúrgicas en la única fe
en Cristo; así, las Iglesias particulares jóvenes de las tierras de misión
podrán ser invitadas a ofrecer un testimonio renovado de la alegría de la fe
que las distingue.
-3.- Cada
obispo podrá dedicar una Carta pastoral al tema de la fe, recordando la
importancia del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la Iglesia Católica,
teniendo en cuenta las circunstancias específicas de la porción de fieles a él
confiada.
-4.- Se espera
que en cada Diócesis, bajo la responsabilidad del obispo, se organicen eventos
catequísticos para jóvenes y para quienes buscan encontrar el sentido de la
vida, con el fin de descubrir la belleza de la fe de la Iglesia, aprovechando
la oportunidad de reunirse con sus testigos más reconocidos.
-5.- Será
oportuno verificar la recepción del Concilio Vaticano II y del Catecismo de la
Iglesia Católica en la vida y misión de cada Iglesia particular, especialmente
en el ámbito catequístico. En tal sentido, se espera un renovado compromiso de
parte de los departamentos de catequesis de las diócesis, que sostenidos por las
comisiones para la catequesis de las Conferencias Episcopales, tienen en deber
de ocuparse de la formación de los catequistas en lo relativo a los contenidos
de la fe.
-6.- La
formación permanente del clero podrá concentrarse, particularmente en este Año
de la fe, en los documentos del Concilio Vaticano II y el Catecismo de la
Iglesia Católica, tratando, por ejemplo, temas como “el anuncio de Cristo
resucitado”, “la Iglesia sacramento de salvación”, “la misión evangelizadora en
el mundo de hoy”, “fe e incredulidad”, “fe, ecumenismo y diálogo
interreligioso”, “fe y vida eterna”, “hermenéutica de la reforma en la
continuidad” y “el Catecismo en la atención pastoral ordinaria”.
-7.- Se invita
a los Obispos a organizar celebraciones penitenciales, particularmente durante
la cuaresma, en las cuales se ponga un énfasis especial en pedir perdón a Dios
por los pecados contra la fe. Este año será también un tiempo favorable para
acercarse con mayor fe y frecuencia al sacramento de la Penitencia.
-8.- Se espera
la participación del mundo académico y de la cultura en un diálogo renovado y
creativo entre fe y razón, a través de simposios, congresos y jornadas de
estudio, especialmente en las universidades católicas, que muestren «cómo entre
la fe y la verdadera ciencia no puede haber conflicto alguno, porque ambas,
aunque por caminos distintos, tienden a la verdad»[29].
-9.- Será
importante promover encuentros con personas que «aun no reconociendo en ellos
el don de la fe, buscan con sinceridad el sentido último y la verdad definitiva
de su existencia y del mundo»[30], inspirándose también en los diálogos del
Patio de los Gentiles, iniciados bajo la guía del Consejo Pontificio de la
Cultura.
-10.- El Año de
la fe será una ocasión para dar mayor atención a las escuelas católicas,
lugares privilegiados para ofrecer a los alumnos un testimonio vivo del Señor,
y cultivar la fe con una oportuna referencia al uso de buenos instrumentos
catequísticos, como por ejemplo el Compendio del Catecismo de la Iglesia
Católica o el Youcat.
[28] Cf. Benedicto XVI, Carta apostólica Porta
fidei, n. 8.
[29] Ibíd., n. 12.
[30] Ibíd., n. 10.
AÑO DE LA FE: CELEBRACIONES DE LAS PARROQUIAS / COMUNIDADES / ASOCIACIONES / MOVIMIENTOS
La Congregación para la Doctrina de la Fe en el
Vaticano publicó una Nota con indicaciones pastorales para el Año de la Fe, de
la que se desprenden las siguientes iniciativas para las Parroquias
/ Comunidades / Asociaciones / Movimientos:
-1.- En
preparación al Año de la fe, todos los fieles están invitados a leer y meditar
la Carta apostólica Porta fidei del Santo Padre Benedicto XVI.
-2.- El Año de
la fe «será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la
fe en la liturgia, y de modo particular en la Eucaristía»[31]. En la
Eucaristía, misterio de la fe y fuente de la nueva evangelización, la fe de la
Iglesia es proclamada, celebrada y fortalecida. Todos los fieles están
invitados a participar de ella en forma consciente, activa y fructuosa, para
ser auténticos testigos del Señor.
-3.- Los
sacerdotes podrán dedicar mayor atención al estudio de los documentos del
Concilio Vaticano II y del Catecismo de la Iglesia Católica, recogiendo sus
frutos para la pastoral parroquial –catequesis, predicación, preparación a los
sacramentos, etc.– y proponiendo ciclos de homilías sobre la fe o algunos de
sus aspectos específicos, como por ejemplo, “el encuentro con Cristo”, “los
contenidos fundamentales del Credo” y “la fe y la Iglesia”[32].
-4.- Los
catequistas podrán apelar aún más a la riqueza doctrinal del Catecismo de la
Iglesia Católica y, bajo la responsabilidad de los respectivos párrocos, guiar
grupos de fieles en la lectura y la profundización común de este valioso
instrumento, con la finalidad de crear pequeñas comunidades de fe y testimonio
del Señor Jesús.
-5.- Se espera
por parte de las parroquias un renovado compromiso en la difusión y
distribución del Catecismo de la Iglesia Católica y de otros subsidios aptos
para las familias, auténticas iglesias domésticas y lugares primarios de la
transmisión de la fe. El contexto de tal difusión podría ser, por ejemplo, las
bendiciones de las casas, el bautismo de adultos, las confirmaciones y los
matrimonios. Esto contribuirá a confesar y profundizar la doctrina católica «en
nuestras casas y con nuestras familias, para que cada uno sienta con fuerza la
exigencia de conocer y transmitir mejor a las generaciones futuras la fe de
siempre»[33].
-6.- Será
conveniente promover misiones populares y otras iniciativas en las parroquias y
en los lugares de trabajo, para ayudar a los fieles a redescubrir el don de la
fe bautismal y la responsabilidad de su testimonio, conscientes de que la
vocación cristiana «por su misma naturaleza, es también vocación al
apostolado»[34].
-7.- En este
tiempo, los miembros de los Institutos de Vida Consagrada y de las Sociedades
de Vida Apostólica son llamados a comprometerse en la nueva evangelización
mediante el aporte de sus propios carismas, con una renovada adhesión al Señor
Jesús, fieles al Santo Padre y a la sana doctrina.
-8.- Las
comunidades contemplativas durante el Año de la fe dedicarán una particular
atención a la oración por la renovación de la fe en el Pueblo de Dios y por un
nuevo impulso en su transmisión a las jóvenes generaciones.
-9.- Las
Asociaciones y los Movimientos eclesiales están invitados a hacerse promotores
de iniciativas específicas que, mediante la contribución del propio carisma y
en colaboración con los pastores locales, se incorporen al gran evento del Año
de la fe. Las nuevas Comunidades y Movimientos eclesiales, en modo creativo y
generoso, encontrarán los medios más eficaces para ofrecer su testimonio de fe
al servicio de la Iglesia.
-10.- Todos los
fieles, llamados a reavivar el don de la fe, tratarán de comunicar su propia
experiencia de fe y caridad[35], dialogando con sus hermanos y hermanas,
incluso de otras confesiones cristianas, sin dejar de lado a los creyentes de
otras religiones y a los que no creen o son indiferentes. Así se espera que
todo el pueblo cristiano comience una especie de misión entre las personas con
quienes viven y trabajan, conscientes de haber «recibido la buena nueva de la
salvación para comunicarla a todos»[36]
[31] Cf. Benedicto XVI, Carta apostólica Porta
fidei, n. 9.
[32] Cf. Benedicto XVI, Exhortación apostólica post
sinodal Verbum Domini,
30 de
septiembre de 2010, nn. 59-60 y 74.
[33]Idem., Carta apostólica Porta fidei, n. 8.
[34]Concilio Ecuménico Vaticano II, Decreto
Apostolicam actuositatem, n. 2.
[35] Cf. Benedicto XVI, Carta apostólica Porta
fidei, n. 14.
[36] Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución
pastoral Gaudium et Spes, n. 1.
Desde la perspectiva de las Hermandades y
Cofradías, Asociaciones Parroquiales y de vecinos, sería muy recomendable que
tomáramos nota de lo que significa este año, y realizar algún acto conjunto
para conmemorarlo. Debemos dejar de lado el inmovilismo y pasar a la acción en
tal singular efeméride.