martes, 1 de mayo de 2012

PARROCOS Y COFRADÍAS




Esta entrada de Blog, viene al hilo de lo que todos sabemos en Don Benito, como una cuestión que no se nos escapa a los amantes de lo cofrade, y que además  provoca que echemos en falta en nuestra ciudad una mayor consideración, dicho sea con todos los respetos, por parte de ciertas Parroquias de la ciudad, que no son proclives a la manifestación externa de la fe, que una Cofradía puede canalizar a través de la devoción a sus titulares.


 Esta situación hace que un barrio no pueda desarrollar su pasión o su deseo por ver como pos sus calles discurre no solo el paso de la imagen, si no también un aire nuevo que albergue la protección y preocupación por cuestiones sociales, de integración de colectivos marginados, de caridad, además de la consabida labor pastoral que una corporación de ésta índole puede llegar a realizar.


En nuestras manos está hacer ver la importancia de nuevas cofradías en la ciudad, o bien, el dotar a las ya existentes de una mayor autonomía y protección en el seno de sus parroquias. Con esto no quiero dejar de expresar mi respeto a todos los criterios y  opiniones, a todos los gustos y pareceres, a todo lo que ciertos pastores de Dios en la tierra, entienden como folclore más que religión. No podemos obligar a nadie a que viva la pasión cofrade con intensidad, pero si a que tenga en cuenta la voz  y el deseo de sus feligreses, o por lo menos de parte de estos.


Un ejemplo de lo que ya vivimos en Don Benito, se ha producido hace bien poco en nuestra querida y admirada ciudad de Sevilla, en la Parroquia de San Jacinto.


 San Jacinto es una de las parroquias con más solera de Triana; la misma es regentada por los frailes dominicos.


En tiempos, San Jacinto también fue de las parroquias más cofrades de Sevilla; de hecho, bajo su techo se cobijaban hermandades como la Esperanza de Triana, las Aguas, la Estrella y la hermandad del Rocío de Triana. Una a una fueron saliendo de allí por desavenencias con los frailes, siendo la última la Estrella, en el año 1.976 – dicho sea de paso, $la Virgen de la Estrella es una de las más hermosas de Sevilla -.


Esta Semana Santa por desgracia ha sido una Semana Santa pasada por agua, lo que dio lugar a que el Domingo de Ramos, algunas hermandades – entre ellas la mía -, no pudieran procesionar: la Estrella, gracias a Dios, si pudo salir.


La capilla que actualmente ocupa esta hermandad se encuentra, precisamente, enfrente de la parroquia de San Jacinto. Es de dimensiones reducidas y la gran cantidad de nazarenos con los que cuenta esta corporación les impide formar correctamente en las dependencias de la hermandad. Este año, además, como ya he dicho, la lluvia ha sido otro inconveniente más.


Según cuenta en su blog, la periodista Laura Contreras, este año se intentó que los frailes acogieran en sus dependencias a los hermanos de la Estrella para que pudiesen organizar la cofradía, cosa a la que se negaron, como era de esperar, ya que los dominicos de San Jacinto no quieren ver a una cofradía ni en pintura. Mi padre, que durante muchos años vivió en la calle San Juan, me contaba que lo que pasaba era que los frailes eran comunistas – entiéndase en sentido castizo, no literal, es decir, que se oponían a lo mandado por la Iglesia. Yo, desde luego, no soy nadie para quitarle la razón a mi padre -.


El párroco de San Jacinto, Jesús Duque, se ha desahogado en el blog de la susodicha periodista, justificando las razones por las que no quiere tener cuentas con las cofradías, especialmente con la Estrella. El sacerdote dice lo siguiente:


Recogemos entrecomilladas las palabras de este dominico publicadas en el blog de la periodista Laura Contreras


“Esta comunidad, para bien o para mal, es dueña legítima de la parroquia y desea celebrar su Fe a su estilo”. Toda la comunidad de frailes y los grupos parroquiales tomaron la decisión (no dejar la parroquia a La Estrella) democráticamente.


“Si no me hubieran apoyado, yo automáticamente lo dejo todo y me voy a otro sitio”. “A finales de los 70 se produjo el conflicto cuando comenzamos a ser consecuentes con la nueva orientación de la Iglesia”.  Los frailes dominicos como Duque no aprueban la razón de ser de las hermandades como “asociaciones de creyentes para dar culto a una imagen”.


“¡Pero si nuestro culto es la Eucaristía!”, exclama. “No estoy en contra de la celebración, porque soy consciente de lo importante que es para el turismo de Sevilla esta fiesta. Pero me escandaliza lo que hay detrás de todo esto que llaman ‘religiosidad popular’ la “fortuna que se gastan en poner un paso en la calle, cuando hay personas que no tienen cubiertas las necesidades básicas”. Desaprueba las referencias militares en las cofradías o el “anacronismo teológico” latente en la estética de las procesiones en pleno siglo XXI. “Mi Jesús de Nazaret, camino del Calvario, de bordados llevaba poco”. “Entiendo que formas para celebrar la Fe como lo hacen en La Estrella hay un montón de sitios en Sevilla, pero como lo hace San Jacinto a lo mejor no hay tantos”


Conforme establece la web, http://siervodelaverdad.blogspot.com.es/, como se puede comprobar, el desprecio de los frailes a las hermandades no es más que una consecuencia. El problema no es ese. Ni siquiera ese concepto depauperado de Iglesia en la que las decisiones se toman democráticamente. No. Ni siquiera la manipulación que hace en la entrevista de la Eucaristía, usándola de coartada como culto supremo, cuando la foto nos muestra que el cáliz donde consagra el Sanguis está hecho de material cerámico. La raíz profunda del problema es la apelación que hace a la nueva orientación que la Iglesia estaba tomando en los años setenta y la necesidad que tuvieron de ser consecuentes.


No quiero finalizar, sin acordarme de lo que algunos cofrades tuvimos que vivir el pasado Jueves Santo, en la Iglesia de Santiago de Don Benito, donde tras la fallida salida procesional, truncada por la lluvia, los pasos tuvieron que regresar a su templo dos horas antes de terminar, y poco mas o menos que como los fariseos, fuimos "invitados sutilmente", micrófono en mano,  a abandonar a nuestros titulares porque la "Hora Santa", programada para cuando terminara la procesión (mas o menos para las 00.30), comenzaba con antelación, y alegando nuestra falta de respeto, se nos faltó el respeto a nosotros. Creo que todos tenemos cabida en la casa del Señor, y cada cuestión tienen su tiempo. Esta es una demostración mas de lo incómodas que resultan las Cofradías para algún siervo de Dios, mas que otros actos de esparcimiento.


En fin, esperemos que en Don Benito, podamos seguir conviviendo los mas cofrades con los menos, y que realmente todos tengamos un sitio en barrios y parroquias,  sin que nadie se sienta coartado o limitado en su devoción.