La vida religiosa de Don Benito, está escrita también por sus Congregaciones
Religiosas, y entre ellas, hay que destacar la de las Hermanitas de los
Ancianos Desamparados, cuyos “ángeles”
llevan un tiempo considerable entre nosotros, velando por nuestros
mayores y prestándoles asistencia sanitario-geriátrica, ocupacional, y haciendo
que sus vidas tengan un atardecer dulce cuando sus familias no pueden
atenderles como es debido.
Las Hermanitas se establecieron en Don Benito en el año 1899, con el
patrocinio de su Bienhechor Don Enrique de Granda. Atendiendo
desde su fundación en la Casa Asilo situada en la Calle Polvillo, cuidando con
el esmero y solicitud que es público y notorio a los ancianos y ancianas.
Con un enorme esfuerzo económico
Congregacional, las Hermanitas construyeron una magnífica Residencia en la
Avenida Alonso Martín, a la que se trasladaron en 1982.
La Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados fue
fundada por el Siervo de Dios, D.
Saturnino López Novoa en colaboración con Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, nombrada Superiora General
del Instituto desde sus comienzos.
El Instituto religioso nace en Barbastro (Huesca) el 27 de Enero de 1873, el 11 de mayo del mismo año se abre la Casa Madre en Valencia.
En sus 133 años de existencia estuvo regida por 10 Madres Superioras Generales, siendo la actual la Madre Mª Purificación Castro Negro, elegida el 12 de Marzo de 2005.
El Carisma de la Congregación es el cuidado y asistencia espiritual y material de los Ancianos desvalidos de uno y otro sexo, preferentemente los pobres, que sean puestos al cuidado de la Congregación.
Actualmente cuenta con 210 casas, donde son acogidos unos 26.000 Ancianos, (15.300 en España y 10.000 en los restantes países), en 17 Naciones (España, Portugal, Alemania, Italia, México, Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Brasil, Mozambique), y 3 continentes (Europa, América y África).
Existen 5 noviciados con su correspondiente Postulantado, 2 en España, 1 en Perú, 1 en México y otro en Colombia. 5 Juniorados en el mismo orden. Hay también 16 aspirantados: 2 en España, 13 en América, y 1 en Mozambique (África).
Los miembros de la Congregación son 2438 de los que 2.105 son Hermanitas de votos perpetuos y 333 son de votos temporales. Hay además 112 novicias, 52 postulantes y 140 aspirantes.
Saturnino López Novoa sacerdote
aragonés va a ser el fundador de una nueva congregación religiosa, suscitada
por el Espíritu Santo para que la Iglesia manifieste al mundo la caridad de
Cristo, atendiendo a ese constante sector de pobreza que es la ancianidad: las
Hermanitas de los Ancianos Desamparados . El proceso de canonización de este
Siervo de Dios fue abierto solemnemente en Valencia el día 7 de noviembre de
1998 y clausurado el día 2 de abril de 2000, Año Jubilar. P. Saturnino López se
revela como una colosal figura de la Iglesia en la España del siglo XIX
"tan actual como digna de imitación".
Junto a D. Saturnino, Madre Teresa Jornet. "Nos encontramos ante una de esas figuras que dejan una impronta propia y profunda de su paso por el mundo, legando a la Iglesia y a la sociedad el sello de su personalidad siempre lozana e inaccesible. Servir, inmolarse por los demás, será la faceta distintiva de la espiritualidad de Santa Teresa Jornet (...) esta española universal por el espíritu y el alcance de su obra".
SANTA TERESA JORNET: PATRONA DE LA
ANCIANIDAD
Nació Teresa de Jesús Jornet e Ibars
el 9 enero 1843 en Aytona (Lérida), en el seno de una familia de agricultores,
profundamente cristianos; cursó los estudios de Magisterio y ejerció su
profesión de maestra nacional durante algún tiempo en Argensola (Barcelona). En
1868 ingresó en el monasterio de Clarisas de Briviesca (Burgos), del que tuvo
que salir poco después por motivos de salud (1870). Durante algunos años
recibió el influjo espiritual de un tío suyo, el P. Francisco de Jesús María y
José Palau y Quer, carmelita descalzo exclaustrado, celoso misionero, gran
contemplativo y apologista militante, creador de diversas instituciones de
enseñanza. Durante algún tiempo, Teresa trabajó en las escuelas del P. Palau
sin ligarse a compromiso de vida religiosa, abandonando estas actividades poco
después (1872), fallecido el P. Palau.
Circunstancias providenciales
decidieron definitivamente su vida, en el mismo a. 1872; en Barbastro (Huesca)
entró en relación casual con un celoso sacerdote, D. Pedro Llacera, que le dio
a conocer los planes de fundación en favor de la ancianidad desvalida que por
entonces inspiraban la actividad de otro ilustre sacerdote, D. Saturnino López
Novoa, chantre de la Catedral de Huesca; Teresa vio abierto el camino de su
vida y se ofreció inmediatamente a ser colaboradora en tal empresa caritativa,
uniéndose a las primeras aspirantes del nuevo Instituto fundado en Barbastro el
3 octubre 1872: pocos días después fue nombrada con carácter provisional
superiora de aquel grupo por el Vicario capitular de la diócesis.
Trasladada la Fundación a Valencia, Teresa fue confirmada en su cargo de directora general por el arzobispo Mons. Mariano Barrio Fernández (10 mayo 1875). Emitió la primera profesión el 29 noviembre 1874, pronunciando los votos perpetuos el 8 diciembre 1877. El arzobispo de Valencia Mons. Antolín Monescillo (31 enero 1878) renovó el nombramiento de directora general. En 1887 fue elegida Superiora general del Instituto, de acuerdo con las Constituciones aprobadas por la Santa Sede, por un periodo de nueve años, siendo postulada para continuar en el cargo terminado este periodo, confirmándola en tal designación la Santa Sede (14 julio 1896) para otro periodo de nueve años que no pudo terminar. Murió santamente en Liria (Valencia) el 26 agosto 1897, dejando al morir 103 Casas-Asilos de su Congregación en plena actividad en España y América. Había recibido en la Congregación a 1.260 hermanitas, de las cuales muchas se le habían anticipado en la muerte. Sus restos mortales fueron trasladados a Valencia, a la Casa Madre de la Congregación, y son objeto de fervoroso culto. Fue beatificada por Pío XII el 27 abril 1958 y canonizada el 27 enero 1974 por Pablo VI, que con tal motivo pronunció una homilía exaltando el valor de su santidad y de su vocación en favor de los ancianos desvalidos. Se celebra su fiesta el 26 de agosto.