lunes, 28 de enero de 2013

YO SOY NAZARENO




Según el diccionario español define a este término como: Natural de Nazaret, penitente típico de las procesiones, Miembros de una cofradía que componen el cortejo procesional portando cirios o insignias, vestidos con túnicas y cubiertos por el capirote y antifaz. Entre otros significados.

Pero para aquel que ha decidido voluntariamente ser nazareno y formar parte de su Hermandad, el significado de ser nazareno no puede limitarse a los presentados anteriormente, ser nazareno es un cuestión espiritual y personal, es el deseo que nace en el interior de las personas que quieren transformar su vida tomando como ejemplo las enseñanzas dejadas por el maestro y señor Jesucristo.

http://www.elrinconcitocofrade.com/wp-content/uploads/2010/07/nazarenos1.jpg

Ser nazareno es imitar a Cristo, en todo sentido, en la intimidad, en casa, en el lugar de estudio, en el trabajo, en la calle, con los amigos y familiares, en todo momento, tiempo y lugar. Pero para poder imitar a Jesucristo debemos primero conocerlo, apoyándonos en la sagrada escritura, en las predicaciones de las eucaristías, en conversaciones Cristianas con miembros de nuestra iglesia católica, en la oración personal, en mi prójimo, en la naturaleza, en estos elementos y otros más de nuestra vida encontramos y conocemos a Jesús. En la historia, los primeros penitentes descritos en la Biblia y otros libros, se caracterizaban por usar sobre sus cuerpos pieles de animales y ropas en estado de descomposición, como señal de su sentimiento de arrepentimiento, de mortificación y de sacrificio para su humanidad.

Actualmente el hermano nazareno es una persona que acepta los sacrificios y asume con responsabilidad sus compromisos cristianos, personales y familiares, por encima de su orgullo personal esta la humildad que caracterizo a Jesús de Nazaret, esta humildad le permite amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como así mismo, asumir con amor los sacrificios cotidianos de la vida, en pocas palabras, el hermano nazareno para seguir fielmente a Cristo debe negarse a si mismo y cargar la cruz de cada día.


http://www.abcdesevilla.es/Media/201203/14/nazareno-descuento--644x362.jpg

En conclusión, ser nazareno es aceptar incondicionalmente a Jesucristo, permitirle vivir en nuestro corazón, en nuestra mente y palabras, amarle, obedecerle, seguirle cada día con mayor fortaleza, hablarle diariamente por medio de la oración, alimentarse de él participando en la comunión en las misas y reconocerle en nuestro hermano cercano.

Los nazarenos de la Semana Santa –penitentes o vestas según el uso lingüístico en distintas regiones españolas– son los hermanos de las respectivas corporaciones penitenciales que vistiendo el hábito de ordenanzas acompañan, durante la Procesión de Penitencia de la hermandad a la que pertenecen, a las imágenes titulares de la misma entronizadas en pasos o tronos como se denominan en Málaga.
El origen de su vestimenta viene dado desde hace siglos por la estética creada por la Hermandad de El Silencio (Sevilla).



Son identificados en la mayoría de los casos por sus vestiduras (de ahí el nombre vestas dado en el levante español), va ataviado de capirote o capuz, túnica y capa (cada región posee su propio nombre significando lo mismo), distinguiéndose de una cofradía o hermandad a otra por diversas características, ya sea el color, emblema que identifica a cada grupo, aunque no se da en todos los casos, hay quien va vestido de traje y forma parte de la comitiva. En ocasiones, la capa es sustituida en algunas hermandades por una cola, que suele ser recogida en un cíngulo o en un cinturón de esparto, para que no arrastre.


La forma cónica de los capirotes de los nazarenos evoca un acercamiento del penitente al cielo, interpretado por muchos cristianos como lugar de salvación. Este valor simbólico es análogo al que tienen los cipreses, árboles de copa puntiaguda, en los cementerios cristianos, que acercan al difunto al cielo, lugar en el que según algunas creencias se desarrolla la vida tras la muerte.


 

Entre los mismos nazarenos también existen diferencias, algunos van descalzos haciendo así más dura su penitencia, otros portan cruces, están los que llevan diversos elementos representativos de la hermandad, objetos musicales, incensarios, etc.

 http://www.regmurcia.com/servlet/integra.servlets.Imagenes?METHOD=VERIMAGEN_126562&nombre=nazarenos-descalzos_res_300.jpg


Según la terminología de la semana santa Sevillana los términos nazareno y penitente no son sinónimos. En esta ciudad se llama nazarenos a los cofrades que vistiendo el hábito de reglas acompañan a los pasos bien portando cirios, bien alguna de las insignias de la hermandad. Los nazarenos sevillanos se distinguen por llevar siempre (salvo que actúen como manigueteros o porten un estandarte especialmente voluminoso o pesado) el capirote armado, es decir, enhiesto merced al soporte que le presta en su interior un cono de material rígido. Por su parte, los penitentes en la terminología sevillana son igualmente cofrades que visten el hábito de reglas en la estación de penitencia, pero cuya participación en la misma se define por portar una o varias cruces (en este caso unidas entre sí) tras uno de los pasos de la cofradía. Los penitentes se distinguen además de los nazarenos por llevar siempre el capirote sin armar, de modo que se deja caer a la espalda la parte cónica del mismo destinada en los nazarenos a ir enhiesta sobre la cabeza.

 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZkiJVPNYMvMkllaAsw1gMmL146WBrHGscHpCs7dxeJzgTk6GQJr8WDQZyfVJYvhLnayAmvKy01CbY1TqWTVlPHQZBViOrBP9GeRStLfbQV-MiqKydydVEwnsBH2w7v5sdX6dls-hQ7d0/s1600/T%C3%BAnica+nazarenos.bmp



TIPOLOGÍA

Se pueden diferenciar varios tipos de nazareno según el servicio que prestan en la procesión de penitencia de una hermandad:

Nazareno en fila


https://encrypted-tbn3.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRu-MexChruFwMvPi9tVCj920PMVzis87wHvhRFmDfa8tYEpnxM

Nazareno con Cruz
  • Nazareno de fila: Los que integran las filas de nazarenos sin función especial más allá de la propia penitencia. Se dividen en tramos y están sujetos a las órdenes de los hermanos de cetro, palermos o celadores de tramo. Cuando portan cirios se les llama también nazarenos de luz.
  • Nazareno con cruz ("penitente" según la terminología sevillana): Se sitúan tras el paso de Cristo o misterio y portan cruces penitenciales normalmente de madera. Llevan el capirote sin armar o capillo rebajado.
  • Nazareno portador de atributos o insignias: Aquellos que portan enseres de la cofradía o hermandad (estandartes, libro de reglas, bocinas, etc.)
  • Manigueteros: en los pasos portados desde dentro, son los nazarenos que se sitúan en las cuatro esquinas de los mismos, asiéndose con una mano (mientras el paso está en marcha) a la manigueta. Las maniguetas son elementos decorativos en forma de remates de varal colocados a la altura del respiradero; son un resto de los varales con los que los hermanos portaban el paso a andas, es decir desde fuera, hasta que a mediados del s. XIX en muchos lugares se abandona esta costumbre. Los manigueteros, pues, constituyen un recuerdo de los anderos u horquilleros —hermanos que portan el paso desde fuera vistiendo el hábito de reglas.
  • Guardamantos: son los nazarenos que se sitúan inmediatamete detrás de un paso de palio para proteger la integridad del manto de la dolorosa —la pieza más delicada y valiosa de un paso que queda al alcance de posibles daños (intencionados o accidentales). 
 

Nazareno maniguetero 


Nazareno con estandarte


REFLEXION CRÍTICA


Tomo como propia una reflexión crítica que leí hace poco en este Blog:  http://elcontraguia.blogspot.com. Es de lo que algunos interpretan lo que es una túnica que tapa otras intenciones, y que mas bien se asemeja a un disfraz de carnaval, donde mas que penitentes, bien podrían ser "capiroteros":
Se trata de individuos que pasan por alto lo que significa ser nazareno, que confunden el carácter extrovertido, abierto y en ocasiones fiestero de esta tierra con un carnaval con doce meses de duración. Personajes que no deberían tener cabida en nuestras hermandades, ya que se quedan en lo meramente folclórico, olvidando que lo que realizan desde que se ponen la túnica hasta que se la quitan no es un desfile, sino una estación de penitencia.



 De hecho, así viene expresado claramente en todos y cada uno de los libros de reglas de nuestras cofradías, que indican que el camino hacia la iglesia debe hacerse en silencio y por el camino más corto, algo que debe repetirse en el regreso a casa. Durante el recorrido con la cofradía, las premisas siguen siendo idénticas, contando con los diputados de tramos para salvaguardarlas, aunque dependiendo del carácter de la corporación y su recorrido sus exigencias serán menores o mayores. Sin embargo, en ningún caso dan manga ancha para que se haga lo que se quiera, para las continuas idas y venidas a las filas del cortejo o los avituallamientos en bares y tiendas de comestibles. La estación de penitencia se define como un momento de reflexión y oración, por lo que cualquier interpretación que se desvíe de ello resulta completamente errónea.


 Y ese es el principal problema que acusa nuestra Semana Santa. Para muchos, salir de nazarenos es un acto social más de los muchos que tienen lugar en esta ciudad. En muchas ocasiones, nada tiene que ver con la devoción o el recogimiento que se le presuponen, sino como una experiencia más. Así, vemos como cofradías con un número amplio de nazarenos ven cómo su cortejo se reduce ostensiblemente en ciertas horas y que no son todos los que salen los que regresan a casa cuando entra el palio. Es triste ver cómo importa más vestir una túnica que respetar su significado, cómo la rectitud en sus filas de hermandades como El Silencio o El Gran Poder son como oasis en pleno desierto.


 


En una Semana Santa marcada por la masificación a todos los niveles, nos volvemos acríticos y hacemos las cosas por hacerlas, sin ver lo positivo o lo negativo de cómo se hacen. Además, reproducimos en la educación de nuestros descendientes esos patrones distorsionados que se reproducirán una y otra vez en el futuro. Cabría preguntarse si vestimos al niño para hacerle la foto o para que recoja la esencia de nuestra fiesta. ¿Le enseñamos a diferenciar entre vestirse de nazareno y de flamenco más allá de los atuendos? Sería la deseable, sobre todo para perpetuar una tradición que se ve amenazada por aquellos que no la entienden bien y se amparan, sobremanera, en la permisividad de una ciudad donde todo cabe.


Si esto lo trasladamos a la ciudad de Don Benito, cada uno podría sacar sus propias reflexiones, pero lo dejamos para otra entrada de Blog........