La Epifanía del Señor (Velazquez)
Hoy, 6 de enero, celebramos la festividade la Epifanía del Señor, en la Iglesia Católico, porpularmente conocida por la llegada de los Reyes Magos, que grandes, pero sobre todo pequeños esperan con gran ilusión.
Epifanía significa "manifestación". Jesús se da a conocer. Aunque Jesús se dio a conocer en diferentes momentos a diferentes personas, la Iglesia celebra como epifanías tres eventos:
Su Epifanía ante los Reyes Magos (Mt 2, 1-12)
Su Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán
Su Epifanía a sus discípulos y comienzo de Su vida
pública con el milagro en Caná.
La Epifanía que más celebramos en la Navidad es la
primera.
La fiesta de la Epifanía tiene su origen en la
Iglesia de Oriente. A diferencia de Europa, el 6 de enero tanto en Egipto como
en Arabia se celebraba el solsticio, festejando al sol victorioso con
evocaciones míticas muy antiguas. Epifanio explica que los paganos celebraban
el solsticio invernal y el aumento de la luz a los trece días de haberse dado
este cambio; nos dice además que los paganos hacían una fiesta significativa y
suntuosa en el templo de Coré. Cosme de Jerusalén cuenta que los paganos
celebraban una fiesta mucho antes que los cristianos con ritos nocturnos en los
que gritaban: "la virgen ha dado a luz, la luz crece".
Entre los años 120 y 140 AD los gnósticos trataron
de cristianizar estos festejos celebrando el bautismo de Jesús. Siguiendo la
creencia gnóstica, los cristianos de Basílides celebraban la Encarnación del
Verbo en la humanidad de Jesús cuando fue bautizado. Epifanio trata de darles
un sentido cristiano al decir que Cristo demuestra así ser la verdadera luz y
los cristianos celebran su nacimiento.
Hasta el siglo IV la Iglesia comenzó a celebrar en
este día la Epifanía del Señor. Al igual que la fiesta de Navidad en occidente,
la Epifanía nace contemporáneamente en Oriente como respuesta de la Iglesia a
la celebración solar pagana que tratan de sustituir. Así se explica que la
Epifanía se llama en oriente: Hagia phota, es decir, la santa luz.
Esta fiesta nacida en Oriente ya se celebraba en la
Galia a mediados del s IV donde se encuentran vestigios de haber sido una gran
fiesta para el año 361 AD. La celebración de esta fiesta es ligeramente
posterior a la de Navidad.
LOS REYES MAGOS
Mientras en Oriente la Epifanía es la fiesta de la
Encarnación, en Occidente se celebra con esta fiesta la revelación de Jesús al
mundo pagano, la verdadera Epifanía. La celebración gira en torno a la
adoración a la que fue sujeto el Niño Jesús por parte de los tres Reyes
Magos (Mt 2 1-12) como símbolo del reconocimiento del mundo
pagano de que Cristo es el salvador de toda la humanidad.
De acuerdo a la tradición de la Iglesia del siglo
I, se relaciona a estos magos como hombres poderosos y sabios, posiblemente
reyes de naciones al oriente del Mediterráneo, hombres que por su cultura y
espiritualidad cultivaban su conocimiento de hombre y de la naturaleza
esforzándose especialmente por mantener un contacto con Dios. Del pasaje
bíblico sabemos que son magos, que vinieron de Oriente y que como regalo
trajeron incienso, oro y mirra; de la tradición de los primeros siglos se nos
dice que fueron tres reyes sabios: Melchor, Gaspar y Baltazar. Hasta el año de
474 AD sus restos estuvieron en Constantinopla, la capital cristiana más
importante en Oriente; luego fueron trasladados a la catedral de Milán (Italia)
y en 1164 fueron trasladados a la ciudad de Colonia (Alemania), donde permanecen
hasta nuestros días.
El hacer regalos a los niños el día 6 de enero
corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos magos tuvieron al
adorar al Niño Jesús y hacerle regalos tomando en cuenta que "lo que
hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis" (Mt. 25, 40); a
los niños haciéndoles vivir hermosa y delicadamente la fantasía del
acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién
nacido.
I. HISTORIA
Como lo sugiere su
nombre, la Epifanía tuvo su origen en la Iglesia Oriental. Allí existe por
cierto una homilía de Hippolytus a la cual (sólo en un manuscrito) se le puso
el lema ieis ta hagia theophaneica [no epiphaneia: Kellner]; ésta es dirigida
en su totalidad a un individuo que estaba a punto de ser bautizado, y trata
sólo el Sacramento del Bautismo. Fue revisada por
Bonwetsch y Achelis (Leipzig, 1897); Achelis y otros la consideran adulterada.
La primera referencia sobre la cual nos podemos sentir seguros se encuentra en
Clemente (Strom, I, xxi, 45, en P.G., VIII, 888) que escribe: "Encontramos
aquellos que también de un modo demasiado curioso le asignan al Nacimiento de
Nuestro Salvador no sólo el año sino el día, el cual afirman que es el 25 Pachon
(20 de mayo) en el año vigésimo octavo de Augusto. Pero los seguidores de
Basilides también celebran el día de Su Bautismo, pasando la noche previa en
lecturas. Y ellos dicen que fue el 15 del mes de Tybi del año 15 año de Tiberius Caesar. Y algunos dicen que se
cumplió el 11 del mismo mes." Ahora, 11 y 15 Tybi corresponden al 6 y al
10 de enero respectivamente. De inmediato surge la pregunta: Los Basilidianos celebraban la Natividad de Cristo
y también Su Bautismo el 6 y el 10 de enero, o simplemente mantenían Su
Bautismo en esos días, al igual que Su Natividad en otra fecha? Si las propias
palabras de Clemente no lo sugieren, la evidencia sugiere lo anterior. Es
seguro que el festival de la Epifanía en el Oriente admitió muy tempranamente
una conmemoración más o menos marcada de la Natividad,
o al menos del Angeli ad Pastores, la "manifestación" más
impresionante de la gloria de Cristo en esa ocasión. Lo que es más, la primera
referencia a la fiesta eclesiástica de la Epifanía (Ammianus Marcellinus, XXI,
ii), en 361, parece estar duplicada en Zonaras (XIII, xi) por una referencia al
mismo festival que el de la Natividad de Cristo.
Más aún, Epiphanius (Haer., li, 27, en P.G., XLI, 936) afirma que el seis de
enero es hemera genethlion toutestin epiphanion, el Cumpleaños de Cristo, es
decir Su Epifanía. Por cierto, el asigna el Bautismo al 12 Athyr, es decir al 6
de noviembre. Nuevamente en los capítulos xxviii y xxix (P.G. XLI, 940 sp.) él
sostiene que el Nacimiento de Cristo, es decir la Teofanía, tuvo lugar el 6 de
enero al igual que el milagro en Caná, lo que diera como consecuencia que el
agua, en varios lugares (por ejemplo Cibyra), por obra de un milagro se
convirtiera anualmente en vino, del cual él mismo había bebido. Primeramente,
se tendrá en cuenta que si Clemente no niega expresamente que la Iglesia
celebraba la Epifanía en su tiempo en Alejandría, al menos sugiere que no lo
hacía. Menos aún podemos pensar que el 6 de enero era guardado como santo por
la Iglesia. Lo que es más, Origen, en su lista de festivales (Contra Celsum,
VIII, xxii, P.G., XI, 1549), no lo menciona en lo absoluto.
Sin tener en cuenta la
vaguedad del nombre Epifanía, en esta fiesta se celebraban varias
manifestaciones diferentes de la Divinidad y la gloria de Cristo desde
tempranas épocas en su historia, especialmente el Bautismo, el milagro de Caná,
la Natividad,
y la visita de los Reyes Magos. Pero no podemos suponer por un
momento que en primera instancia se estableció un festival de manifestaciones
en general, en el cual la devoción local popular le atribuía significados
especificados según lo indicaran las circunstancias. Parece bastante claro que
el Bautismo fue el evento conmemorado en forma predominante. Las Constituciones
Apostólicas (VIII, xxxiii; cf. V, xii) lo mencionan. Kellner cita (cf. Selden,
de Synedriis, III, xv, 204, 220) el Almanaque Copto más antiguo para el nombre
Dies baptismi sanctificati, y el último para eso de Immersio Domini como se
aplica a esta fiesta. Por cierto, San Gregorio de Nacianceno, identifica, ta
theophania con he hagia tou Cristou gennesis, pero este sermón (Orat. xxxviii
en P.G., XXXVI. 312) probablemente se predicó el 25 de diciembre de 380; y
luego de referirse al Nacimiento de Cristo, asegura a su audiencia (P.G., 329)
que a la brevedad verán a Cristo bautizado. El 6 y 7 de enero, predicó las
oraciones xxxix y xl (P.G., loc. cit.) y en ellas declaró (col. 349) que
habiendo ya celebrado el Nacimiento de Cristo y la llegada de los Reyes Magos
guiados por una estrella, ahora tendría lugar la conmemoración del Su Bautismo.
El primero de estos dos sermones está encabezado eis ta hagia phota,
refiriéndose a las luces que se llevan ese día para simbolizar la iluminación
espiritual del bautismo, y el día debe ser diferenciado cuidadosamente de la
Fiesta de la Purificación, también llamada Festum luminum por una razón
totalmente diferente. Sin embargo San Crisóstomo, en 386 (ver NAVIDAD) predicó
"Hom. vi in B: Philogonium" donde (P.G., XLVIII, 752) él le llama a
la Natividad el padre de los festivales, porque si Cristo no hubiera nacido, tampoco
hubiera sido bautizado, hoper esti ta theophania. Esto muestra con qué soltura
se utilizaba este título. (Cf. Chrys., "Hom. in Bapt. Chr.", c. ii,
en P.G., XLIX, 363; A.D. 387). Casiano (Coll., X, 2, en P.L., XLIX; 820) dice
que incluso en sus tiempos (418-427) los monasterios egipcios aún celebraban la
Natividad y el Bautismo el 6 de enero.
En Jerusalén la fiesta
tenía una referencia especial con la Natividad debido al vecindario de Belén.
La información que nos dejó Etheria (Silvia) está mutilada en su comienzo. Sin
embargo, el título de la fiesta subsiguiente, Quadragesimae de Epiphania
(Perigrin. Silviae, ed. Geyer, c.xxvi), no nos deja ninguna duda con respecto a
lo que ella está describiendo. En la vigilia de la fiesta (5 de enero) una
procesión salió de Jerusalén hacia Belén y regresó a la mañana siguiente. En la
segunda hora se realizaron los servicios en una iglesia Gólgota decorada
espléndidamente, después de la cual se visitó la de Anastasis. En el segundo y
tercer día se repitió esta ceremonia; en el cuarto día se ofreció el servicio
en el Monte de los Olivos; en el quinto día en la tumba de Lázaro de Betania;
en el sexto día en Sión; en el séptimo día en la iglesia de Ansatasia, en el
octavo día en la de la Santa Cruz. La procesión a Belén se repitió durante la
noche. De acuerdo con esto se verá que esta octava de Epifanía en toda su
extensión tuvo un tinte tan fuerte a Natividad que condujo a la exclusión de la
conmemoración del Bautismo por lo menos en el año 385. Sin embargo, es por medio
del bautismo propiamente dicho en este día que el Occidente parece entrar en
contacto con el Oriente. San Crisótomo (Hom. en Bapt. Chr. en P.G., XLIX, 363)
nos dice cómo los Antiocianos solían llevar a sus hogares agua bautismal
consagrada en la noche del festival, y que ésta permanecía durante un año sin
echarse a perder. Hasta este día, la bendición de las aguas por medio de la
inmersión de un crucifijo en un río, en el mar, o en un lago o por medio de
otro ritual complejo, es una ceremonia muy popular. Neale cita un relato muy
vívido ("Holy Eastern Church" [Sagrada Iglesia Oriental],
Introducción, p. 754; cf. las versiones griega, siríaca, cóptica, y rusa,
revisadas o traducidas de los textos originales por John, Marqués de Bute, y A.
Wallis Budge). Las personas consideran que todas las dolencias, espirituales y
físicas, se pueden curar aplicando agua bendita. Sin embargo, la costumbre
parecería, estar originalmente conectada más con el milagro de Caná que con el
Bautismo. Sin embargo, ese bautismo en este día era bastante común en el
Occidente, y esto está probado por la queja del Obispo Himerius de Tarragona al
Papa Damasco (d. 384), que los bautismos se estaban celebrando en la fiesta de
la Epifanía. El Papa Siricius, quien le respondió (P.L., XIII, 1134) identifica
las fiestas de Natalitia Christi y de su Apparitio, y se indigna mucho por la
extensión del período para los bautismos más allá de Pascua y de Pentecostés.
El Papa León I ("Ep. Xvi ad Sicil. Episcopos", c.i, en P.L., LIV,
701; cf. 696) denuncia la práctica como un irrationabilis novitas; pero el
Consejo de Gerona (can. iv) lo condenó en 517, y Víctor Vitensis lo menciona
como una práctica regular de la Iglesia (Romana-) Africana (De Persec. Vandal.,
II, xvii, en P.L., LVIII, 216). Más aún, San Gregorio de Tours, (De gloriâ
martyrum en P.L., LXXI, 783; cf. cc. Xvii, xix), relata que aquellos que vivían
cerca del Jordán se bañaba en él ese día, y que solían ocurrir milagros. San
Jerónimo (Comm en Ez., I, i, en el verso 3 en P.L., XXV, 18) afirma definitivamente
que es por el bautismo y la apertura de los cielos que el dies Epiphaniorum aún
se venera y no por la Natividad de Cristo en la carne, pues entonces
absconditus est, et non apparuit - "Él estaba escondido y no
apareció."
Es más sencillo decir
que, aproximadamente en el momento de la difusión de la celebración de
diciembre en el Oriente, el Occidente tomó la fiesta Oriental de enero,
manteniendo todas sus características principales, aunque también le adjuntó a
medida que pasó el tiempo, una importancia abrumadora, a la aparición de los
Reyes Magos. Por cierto, Epifanio dijo (loc. cit.) que no sólo el agua en
muchos lugares se convirtió en vino el 6 de enero, sino que ríos enteros, y
probablemente el Nilo, experimentaron un milagro similar; nada de este tipo se
menciona en el Occidente. El Sacramentario Leonino es imperfecto en esto; pero
las ocho homilías de León sobre la Theophania (en P.L., LIV, Serm. xxxi, col.
234, a Serm. xxxviii, col. 263) están relacionadas casi totalmente con los
Reyes Magos, mientras en Serm. xxxv, col. 249, definitivamente sostiene su
visita como la conmemoración para la cual se instituyó la fiesta. Fulgentius
(Serm. iv en P.L., LXV, 732) habla solamente de los Reyes Magos y de los
Inocentes. Los sermones de Agustín (cxcix-cciv en P.L., XXXVIII) tratan casi
exclusivamente sobre el tema de la manifestación, y el Sacramentario Gelasiano
(P.L., LXXIV, 1062) exclusivamente tanto sobre la vigilia como sobre la fiesta.
El Sacramentario Gregoriano utiliza mucho el Ps. lxxii (A. V. lxxiii), 10 y
menciona las tres grandes apariciones en el Canon solamente. Sin embargo el
Ambrosiano, se refiere a las tres manifestaciones en el prefacio de la vigilia,
y en el prefacio de la fiesta, al bautismo solamente. El "Missale
Vesontiense" (Neale y Forbes, The Anc. Liturgies of the Gallican Church
[Las Antiguas Liturgias de la Iglesia Anglicana], p. 228) habla, en la oración,
de la Illuminatio, Manifestatio, Declaratio, y compara su Evangelio de Mateo,
iii, 13-17; Lucas, iii, 22; y Juan, ii, 1-11, donde se enfatizan el Bautismo y
Caná. Los Reyes Magos se mencionan en la Circuncisión. El Misal Gótico (Neale y
Forbes, op. cit., p.52) menciona a los Reyes Magos en la vigilia, diciendo que
la Natividad, el Bautismo y Caná hacen la Illustratio de Cristo. Sin embargo, a
todas las manifestaciones se las menciona con el nombre de phagiphania,
incluyendo (casualmente) la alimentación de los 5000, una alusión popular en
Oriente. Agustin (Serm. supl. Cxxxvi, 1, en P.L., XXXIX, 2013) habla de
levantar a Lázaro (cf, día 5 del ritual de Jerusalén) como en igualdad con las
otras manifestaciones donde en el Oriente tiene lugar el nombre de Bethphania.
Máximo de Turín admite que el día es de tres milagros, y especula (Hom. vii, en
epiph., en P.L., LVII, 273) sobre la conexión histórica de la fecha y los
eventos. Polemius Silvanus, Paulinus de Nola (Poem. xxvii; Natal., v, 47, in
P.L., LXI) y Sedulius (en P.L., LXXII) todos insisten en las tres
manifestaciones. El Misal Mozarábico se refiere principalmente a que los Reyes
Magos, utilizaron su palabra bienvenida de Cristo Acceptio, un término de
"iniciación" común a los Mitraistas y Cristianos. En 381, el Consejo
de Saragossa (can. iv), interpretado junto con la Misa del Misal Mozarábico in
jejunio epiphaniae, deja en claro que una fiesta en esta época no era algo poco
común incluso entre los ortodoxos. "Cod. Theod." (II, viii, 20; XXV,
v, 2) prohibe el circo en ese día en el año 400; "Cod. Justi." (III,
xii, 6) lo hace un día de guardar. En 380 ya está marcado por el cese de los
negocios legales en España; en Thrace (si podemos confiar en "Passio S.
Philippi" en Ruinart, "Acta", 440,2) se mantenía desde 304.
Kellner cita el "Testamentum Jesu Christi" (Mainz, 1899) como que lo
cita dos veces (I, 28, IV, 67, 101) como un gran festival junto con Pascua y
Pentecostés.
Sus majestades al pie de "la Estrella"
En el Cargo presente, Crudelis Herodes alude a las tres manifestaciones; en Nocturno i, la primera respuesta para el día, la octava, y el Domingo dentro de la octava, trata sobre el Bautismo, como la hace la segunda respuesta; la tercera respuesta, como todas esas de Nocturnos i y iii, es sobre los Reyes Magos. La antífona al Benedictus dice: "Hoy la Iglesia se une a su cónyuge celestial, porque en el Jordán Cristo lavó los pecados de ella; los Reyes Magos se apresuraron con obsequios para la fiesta de la boda real, y los invitados se regocijaron en el agua que se volvió vino." O Sola menciona sólo a los Reyes Magos. La antífona del Magníficat de las Vespertina Segundas lee: "Mantenemos nuestro Día Santo adorado con tres milagros: hoy una estrella condujo a los Reyes Magos hasta la cuna, hoy el vino se convirtió en agua en una boda, hoy en el Jordán Cristo deseó ser bautizado por Juan para salvarnos." En la Epifanía era una costumbre muy general anunciar la fecha de la Pascua, e incluso de otros festivales, una práctica ordenada por muchos consejos, por ejemplor el de Orléans en 541 (can i); Auxerre en 578 y 585 (can. ii), y aún guardado (Kellner) en Turin, etc. Gelasius finalmente nos dice (Ep. ad episc. Lucan., c. xii, en P.L., LIX,, 52) que la dedicación de vírgenes ocurrió especialmente en ese día.
El Heraldo de los Reyes Magos, anunciando
su inminente llegada bajo "las setas de la encarnación" (Sevilla)
II. ORIGEN
La razón para la
fijación de este día es imposible de descubrir. La única solución tolerable es
la de Mgr. Duchesne (Orig. Chr., 262) quien explica simultáneamente la
celebración del 6 de enero y del 25 de diciembre por un reconocimiento hacia
atrás del 6 de abril y del 25 de marzo respectivamente. Sozomen (Hist. Eccl.,
VII, xviii, in P.G., LXVII, 1473) dice que el Pepyzitae, o Phrygian Montanists,
mantuvo la Pascua el 6 Abril; por lo tanto (considerando la cantidad exacta de
años de la vida Divina) el cumpleaños de Cristo debería haber caído el 6 de
enero. Pero, se puede insistir en que el primer anuncio que tenemos sobre el
cumplimiento de esta fecha, se refiere al Bautismo de Cristo. Pero esto (si
asumimos que los Basilidians, también discutieron sobre el 6 de abril) habremos
llegado al aniversario exacto del Nacimiento. Pero por
qué celebrar preeminentemente el Bautismo? Podría ser
que la celebración hubiera comenzado con aquellos, de la secta que fuere, que
sostenían que en el Bautismo Dios descendió sobre Cristo? Sobre este terreno
incierto será mejor que no avancemos hasta que se nos presente evidencia más
reciente, si es que la hay. Tampoco es el lugar para analizar las leyendas de
los Tres Reyes, la cual se puede encontrar en el artículo REYES
MAGOS. Kellner, Heortologie (Freiburg im Br., 1906); Funk en Kraus,
Real-Encyclopädie, s. v. Feste; Bingham, Antiquities of the Christian Church (London, 1708-22), Bk. XX, c. iv; Usener,
Religionsgeschichtliche Untersuchungen (Bonn,
1889). I.Cyril Martindale.
La Giralda vestida de azul, el día de la Epifanía del Señor
Queridos blogueros, ya falta menos....., comenzamos la precuaresma...o la Cuaresma del Jartible...