En Don Benito, esta Semana Santa de 2012, el Pregón que se va a dar el 17 de marzo, va a correr a cargo de los Heraldos del Evangelio en la Parroquia de Santa María. Como creo que a todos nos coge un poco de sorpresa la elección de este año, veo interesante que pongamos una serie de notas sobre qué es esta Asociación y quienes la conforman.
Los Heraldos del Evangelio conocidos también como Caballeros de la Virgen son una Asociación Privada de Fieles de Derecho Pontificio fundada en 1999 por Monseñor Juan Clá Días y reconocida formalmente el 22 de febrero de 2001 por S.S. Juan Pablo II.
Cuenta con más de 4.000 miembros (mayoritariamente jóvenes) de vida común y están presentes en 50 países distribuidos del siguiente modo: África (8), Asia (6), Europa (13), Norteamérica (12), Oceanía (1), Sudamérica (10). Las familias comprometidas en obras de evangelización son cerca de 40.000 vinculando en sus actividades a más de un millón de personas.
Sus miembros de vida consagrada practican el celibato y se dedican al apostolado, viviendo en casas destinadas específicamente para hombres o para mujeres, que alternan vida de recogimiento, estudio y oración, con actividades de evangelización en las diócesis y parroquias haciendo especial énfasis en la formación de la juventud. Los trabajos de evangelización los llevan a cabo grupos de jóvenes normalmente entre los 12 y 25 años de edad por las calles de la ciudad, de casa en casa, hospitales, colegios, cárceles e iglesias .Esta congregación Católica se Diferencia a dar mucha prioridad a la evangelización con los jóvenes entre 10 y 16 años.
El Pregón de la Semana Santa, constituye un anuncio de lo que ha de venir, de su finalidad, de su objetivo, que no es otro que la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Tomar la voz y la palabra, para dar testimonio de esa catequesis pública que toma nuestras calles y plazas, de esos Cristos y Vírgenes, que representan los distintos misterios ya pregonados en los evangelios. Se debe captar el verdadero sentido de la estación penitencial para anunciar su llegada. Tanto la prosa como el verso, nos pueden llegar a resultar útiles y necesarios para adelantar al pueblo lo que está por llegar.
Podemos encontrarnos pregones profundos, con disquisiciones teológicas, o pregones más cercanos al lenguaje llano, de vivencias personales del pregonero con respecto a su Semana Santa, a la sentida en sus propias carnes. No sabemos cual es mejor, si el pregón de una persona practicante, creyente o el de quien se acerca al atril con incertidumbre sobre sus propias creencias, es decir, si se debe dar desde dentro de las vivencias del espíritu cofrade o se puede aproximar al anuncio de nuestra semana mayor, desde fuera, como mero espectador que aprecia las cosas que ve, pero no forma parte del mundo cofrade. Nunca sabremos cual es la mejor manera de llegar hasta el corazón o el alma de quien ha de escucharlo. Desde sacerdotes, cofrades de reconocida trayectoria, escritores, profesores y otros profesionales, nos han deleitado mas o menos con sus palabras, de Don Benito o de fuera de nuestra ciudad, y nos han aportado su visión de las cosas, de lo vivido y de lo que está por vivir.
En cualquier caso, lo que debe quedarnos claro a los cofrades, es que el Pregón no debe ser un acto menor de la Cuaresma, sino uno de los más relevantes, de los que deben alertar al que vive con ilusión la llegada de la Semana Santa de la importancia del acto que vamos a celebrar. No menos importante que la calidad artística de los pasos, los exornos florales, el acompañamiento musical, la dificultad de salidas y entradas, la fortaleza y valentía de costaleros, la belleza de las madrinas que acompañen los pasos; es el animar a los fieles a acudir a las Eucaristías, a los Cultos internos de las Cofradías y Hermandades (Quinarios, Septenarios, Triduos, Protestaciones de Fe, …). La Semana de pasión no ha de quedarse solo en lo visual, en lo perceptible por todos los sentidos, sino también en lo espiritual, en la invitación a la reflexión, a la oración, en la revisión de nuestras creencias y convicciones, y en el preguntarnos el por qué de las cosas.
Un buen Pregón, en definitiva, debe inspirar a todos estos aspectos de la vida cofrade, del verdadero significado de estos 40 días de preparación para tomar la Cruz de Jesús y acompañarlo hasta el Gólgota, para tomar el paño de la Verónica y secar su rostro, para tomarlo en nuestras manos, y llevarlo hasta el Sepulcro, con el único objetivo de vivir la Pascua de su Resurrección.
Deseemos que los Heraldos del Evangelio, así nos lo hagan ver, y vivamos una verdadera Semana Santa, tanto interior como exteriormente.