domingo, 18 de marzo de 2012

CUALQUIER TIEMPO PASADO FUE ...... CAPÍTULO II



Sin moverme del barrio del primer capítulo, vengo a recordar otro acto de nuestra Semana Santa calabazona, pero esta vez en lo que constituyen las Vísperas de la misma.

Se trataba del Vía Crucis que organizaba la Parroquia de San Juan el Viernes de Dolores, por las calles de su feligresía, con las imágenes de Nuestra Señora del Silencio (primera imagen titular de la Cofradía de la Soledad), y el Cristo del Amor, que preside el Altar mayor de la citada Iglesia sanjuanera. Las imágenes eran portadas en unas humildes andas, con algunas velas encendidas, la Virgen, y a hombros el Cristo.

Este acto formó parte durante muchos años, de mis primeras vivencias como cofrade en Don Benito. Recuerdo que se vivía con muchísimo fervor y recogimiento, organizado en la segunda mitad de los años 80 y a lo largo de toda la década de los 90, dejó de realizarse en el año 2005, dejando su hueco a un Vía Crucis interparroquial, organizado por la Junta de Cofradías.

Aunque el itinerario iba cambiando en lo que se refiera a las calles transitadas cada año, no dejaba de moverse por las que componían su barrio. A título de ejemplo os expongo el que se llevó a cabo según la revista de la Semana Santa de 1994, que es la que yo viví por primera vez:

Salía a las 9.30 horas, tras la Eucaristía de la Tarde por las siguientes calles:

Iglesia de San Juan, Ancha, Mérida, Pescadores, Guareña, Plaza de Extremadura, Santa Amalia, Sor María Briz e Iglesia de San Juan.

La intención de unificar este acto e integrarlo en el resto de las Parroquias de la ciudad, se optó por eliminarlo para realizar un solo Via Crucis, y no uno por cada Iglesia, de tal forma que desde el año 2006, empezó a realizarse desde una Parroquia distinta cada año, tratando de adaptar el recorrido de forma que pasara por cada barrio, y llegara a cada Iglesia principal, esto es: San Juan, Santiago, Santa María y San Sebastián. Esto provocó un itinerario evidentemente mas largo, quizás mas difícil de seguir para personas mayores, y por otro lado, la ausencia de imágenes, hizo que se perdiera definitivamente el encanto que tenía el organizado por San Juan.

En la actualidad tan solo una Cruz de madera es portada por los fieles, mientras el Sacerdote encargado cada año, va recordando las 14 estaciones del Vía Crucis del Señor. Aun comprendiendo la dificultad que implica el portar imágenes de mayor envergadura, por la ausencia de costaleros, es mi opinión que se debería pensar en alguna imagen sencilla, especialmente destinada a este piadoso acto, para dar mayor trascendencia al mismo, y quizás se debería pensar en señalizar el recorrido de manera mas o menos permanente, para que constituya un verdadero punto de referencia para el cofrade, y para el inicio de su Semana Santa, ya que el Viernes de Dolores quedó un poco huérfano cuando dejaron de salir la Virgen del Silencio y el Cristo del Amor.

Aprovecho esta entrada del Blog, para recordar que esta imagen de la madre de Dios, que estos días podemos volver a contemplar en la Sala de Exposiciones del Museo Etnográfico, debe recuperar un sitio digno, bien en la Parroquia de San Juan donde estaba ubicada en un lugar donde no se le puede rendir culto alguno, o bien en su Cofradía original de la Soledad.

En cualquier caso no podemos apartarnos de nuestras raíces, y dar de lado a aquellas imágenes que un día nos permitieron cultivar la oración, la devoción y el recogimiento.