Misericordia, Dios mío,
Misericordia.
Como abrazaste el madero,
con tus brazos extendidos,
sufrimiento verdadero
por los renglones torcidos.
Con la mirada perdida,
con tu gesto de dolor,
se va escapando la vida
y va naciendo tu Amor.
Humillado y sin consuelo,
lacerado en tu pasión,
alzo mis ojos al cielo
para pedirte perdón.
Misericordia, Dios mío,
Misericordia.
Por nosotros olvidado,
mis pecados te entristecen
y no me has abandonado ,
pues todos ellos merecen
tu desvelo y compasión,
tus lágrimas y favores,
tus penas y tu emoción
por todos nuestros errores.
Salva mi alma, Señor,
alíviame de maldad
y viviré sin temor,
Con esperanza y bondad.
Misericordia, Dios mío,
Misericordia.