El pasado domingo, 7 de
abril, se celebraba el denominado “Domingo de Quasimodo”, que en el argot, de
la zona es “cuando se como todo”, refiriéndose a cuantos dulces y viandas, se
preparan en demasía en la época de Cuaresma y Semana Santa, para ser terminado
de degustar en los campos aledaños. Es el primer domingo después de Pascua. El
origen de su nombre (en inglés) es incierto, pero aparentemente indica el
contraste entre éste y la gran fiesta de la Pascua de resurrección, que la
precede inmediatamente, y quizás también significa que, siendo el octavo día,
fuera considerado parte de la festividad, aunque en menor grado.
Su nombre litúrgico es Dominica in albis
depositis, derivado del hecho de que los neófitos que han sido
bautizados en la víspera de la Pascua abandonan por primera vez sus blancas
vestiduras. San Agustín menciona esta costumbre en un sermón para el día, y
también se alude en el himno de vísperas para el tiempo pascual Ad regias Agni dapes
(o, en su antigua forma, Ad cœnam Agni providi), escrito por un antiguo imitador de
san Ambrosio.
El Domingo Inferior
también es llamado Pascha clausum por algunos liturgistas, significando el fin
de la Octava de Pascua, y domingo Quasimodo, por el Introito de la misa –Quasi modo geniti
infantes, rationabile, sine dolo lac concupiscete?, cuyas palabras
son empleadas por la Iglesia especialmente en referencia a los neófitos, así
como en alusión general a la renovación del hombre por la resurrección. Este
último aún es común en algunas regiones de Francia y Alemania.
Nuestra
fe en la divinidad de Cristo es vencedora del mundo. Testigos de la
divinidad de Cristo son, en el Cielo, el Padre y el Espíritu Santo; y en
la tierra, el agua del Jordán, donde el Padre le proclama su Hijo; el
Espíritu, que desciende sobre Él visiblemente, y la sangre redentora,
que hace exclamar al Centurión: ¡Verdaderamente, éste era el Hijo de
Dios! ¡Creamos, pues, en Cristo con fe viva e inquebrantable (Epíst.).
En
la noche de la Resurrección aparecióse Cristo a los Apóstoles y les
comunicó poder para perdonar los pecados. No estaba con ellos Tomás,
que, al saberlo, rechazó el testimonio de los Apóstoles y dictó al mismo
Cristo condiciones para creer. Hoy Jesús reaparece y accede a las
condiciones del Apóstol incrédulo, el cual cae a los pies de Jesús
exclamando: ¡Señor mío y Dios mío!.
Este Domingo se llama de Quasimodo
primeras palabras del Introibo, o in albis, porque los neófitos acababan
de dejar sus blancas túnicas. La Iglesia compara a sus hijos con los
niños recién nacidos y esa leche que les da de beber (Int.) es la fe en
Jesús que les hará triunfar sobre el mundo.
Esa fe tiene por fundamento el testimonio del Padre, que en bautismo de Cristo (agua) le había ya proclamado Hijo suyo; del Hijo, que en la cruz (sangre), se mostró verdaderamente Hijo del Padre; y del Espíritu Santo (fuego), el cual atestigua por la Resurrección de Jesús la divinidad del Salvador (Ep.).
También nos muestra el Evangelio, cómo Cristo que
se apareció dos veces en el Cenáculo, después de confundir la
incredulidad de TOMÁS, alabó a los que, sin haber visto, creen en ÉL.
LA ROMERÍA ECUESTRE EN LAS CRUCES
(DON BENITO)
El primer domingo después de Semana Santa, Pascua de Resurrección, suele
celebrarse en varios pueblos de España y otros países hispanos bajo el nombre
de Domingo de Quasimodo. Y ello no tiene nada que ver con el personaje
creado por Victor Hugo, al menos directamente: de hecho, en la novela el
jorobado recibe ese nombre al haber sido encontrado ese día, que en la
tradición eclesiástica era el señalado para llevar a cabo el bautismo de los
catecúmenos y se hacía bajo el introito de la misa: ¿Quasi modo geniti infantes, rationabile, sine dolo
lac concupiscete?
Cáritas y la Asociación de Amigos del Caballo de
Don Benito celebraron el pasado domingo, 7 de abril, la quinta edición de la
Romería Ecuestre Solidaria, que esperaba reunir a los cerca de 300 jinetes que
participaron el año pasado. Su pretensión, reunir fondos para proyectos en Camerún y
Honduras. (Noticia de Carlos A. Pino, www.hoy.es)
La marcha comenzaba sobre las 11.00 horas en la rotonda de la avenida de Córdoba y seguía hasta la plaza de España. Se continuó hasta la Ermita de Las Cruces. En el puente sobre el río Ortigas se realizó una ofrenda floral. El programa de actos señalaba las actuaciones de Carmen Tena, Manuel Pajares y el guitarrista Manuel de Paula. Una vez que los jinetes llegaban al templo serían bendecidos en la puerta de la ermita uno a uno.
En la ermita se instaló una barra solidaria, ya que
todo lo que se consumió tuvo como destino a Cáritas, vendiéndose también platos
de paella y realizando un ramo solidario. Por la tarde actuaron las alumnas de
la academia de baile Eva y el artista Ezequiel.
«Desde el primer año que se empezó con esta
iniciativa, a la gente le gustó», señalaba David Cerrato, miembro de la
Asociación de Amigos del Caballo de Don Benito. El año pasado hubo una gran
participación y se recaudaron cerca de 3.000 euros, cifra que aspiran a repetir
este año. Desde Cáritas realizan a lo largo del año varias actividades para sus
proyectos. La siguiente cita será una gran concentración motera el 8 y 9 de
junio.
Camerún
y Honduras
En Camerún se actuará en dos parroquias. Se
construirán dos pozos para evitar que los habitantes de estas zonas tengan que
desplazarse cerca de cuatro kilómetros todos los días. Además se invertirá
dinero para completar la construcción de una escuela, que comenzó hace tiempo
pero a la que le faltan los techos.
Por otra parte, se colaborará con el obispado
hondureño de San Pedro de Sula, en el sector de la Rivera Hernández. Allí se
financiarán 18 becas para niños en edad escolar, entre los 6 y los 18 años. Se
trata de una localidad que creció mucho tras el huracán Mitch y en la que hay
unas condiciones precarias, una de las razones de la proliferación de las
llamadas "maras", pandillas juveniles dedicadas a la delincuencia. El proyecto
busca dar alternativas en la educación para los jóvenes a través del programa
'Paso a paso'.
EN ZAFRA…
Virgen de Belén (Zafra)
En la localidad extremeña de Zafra la
fiesta gira en torno a la ermita de la Virgen de Belén desde
que en 1624 un violento temporal anegara las cosechas y los vecinos pidieran la
intercesión de dicha Virgen. Una procesión recuerda el evento, a veces
reproducido en el tiempo -plaga de langostas en 1883-, sin imaginar que
probablemente la costumbre sea muy anterior, habida cuenta del
asentamiento prehistórico encontrado en los alrededores y la costumbre de
cristianizar rituales paganos.
El programa de festejos se inicia el día anterior con el llamado Camino de Rogatoria, en el que participan miles de asistentes con trajes camperos (conviene tener en cuenta esta masiva afluencia y reservar hotel). La imagen de la Virgen, de 1750 aunque retocada luego, es trasladada desde al Convento de las Carmelitas en una animada romería que por la noche continuará en casetas y carpas. La mañana siguiente una Diana Floreada por las calles con bandas de música da inicio al día grande. Jinetes, carrozas engalanadas y la Agrupación Musical Zafra acompañan a las autoridades, clero, cofradías y público en general a una misa solemne amenizada con cantos rocieros, tras la cual empieza la procesión alrededor de la ermita.
Por la tarde se desarrollan juegos, actuaciones,
bailes, degustaciones… El más destacado es el Concurso
de calderetas de cordero, en el que se hace entrega de la Caldereta de Plata a la mejor cocinada.
LA TRADICIÓN EN CHILE
La Fiesta de Cuasimodo es una gran
celebración religiosa católica, realizada principalmente en distintas
localidades del valle central de Chile, la cual se realiza el primer domingo
siguiente a la Pascua. Es en la actualidad una de las principales celebraciones
religiosas, la cual, según palabra de Juan Pablo II durante su visita a Chile
en 1987 la declaró como "verdadero tesoro del pueblo de Dios".
La fiesta consiste tradicionalmente
en una procesión a caballo que escolta las formas eucarísticas, portadas por el
sacerdote que es transportado en una carreta engalanada para la ocasión, el
propósito es llevar la comunión a los enfermos y ancianos que no pudieron
comulgar durante el triduo pascual. Los escoltas, llamados cuasimodistas, se
organizan en cofradías y se atavían de manera especial destacando un pañuelo
generalmente blanco (para cubrir sus cabellos en señal de respeto a Cristo
sacramentado dado que en su presencia no se debe usar sombrero), además cubren
sus ropajes de Huaso con una capa corta. Es una fiesta de raíz campesina,
aunque se ha adaptado a la ciudad donde se realizan procesiones en bicicleta o
incluso en vehículos motorizados.
Las cofradías cuasimodistas se preparan durante el año, normalmente asociadas a clubes de huasos, confeccionanado sus atuendos y engalanando la o las carretas, además a la procesión lo acompaña un coro de cantores litúrgicos en carreta o camión. En su forma tradicional los cuasimodistas acompañan o "corren a Cristo" en parejas montadas o "colleras" que son fijas
El Concilio de Trento, celebrado por la iglesia
católica, en Italia entre 1545 y 1563, estableció la conveniencia de comulgar
al menos una vez al año. De acuerdo a esta norma, que también se extendió a
América, se hizo común que los sacerdotes llevaran la comunión a los enfermos
que no podían asistir a los templos católicos.
Durante la Colonia, el sacerdote iba en un carruaje
asistiendo a lugareños, iba acompañado de toda su indumentaria y accesorios de
plata y oro. Pero durante el período de la Patria Nueva afloraron bandidos que
asaltaban las comitivas sin respetar al clérigo que oficiaba y a quien robaban
todas las cosas de valor; por lo tanto empezaron a salir escoltados por hombres
armados a caballo como medida disuasiva y precautoria.
El sacerdote y su comitiva necesitaban de
protección durante su viaje a través de los solitarios caminos rurales, en los
cuales algún bandido podía esperar para asaltarlos. Esto pasó a formar parte
del folclore chileno. su vestimenta consiste en una manta blanca en la cabeza
bordados generalmente en color amarillo. La comunidad, entonces adquirió la
tradición de acompañar a este grupo, que también cumplía con la misión de
recordar la resurrección de Cristo, el milagro central de la fe cristiana.
Se creía que ésta era una herencia colonial, pero
no existen crónicas de esos años. Durante los albores de la República aparecen
registros de Cuasimodo. En dicha época se desvaloraba esta fiesta perteneciente
al sentido litúrgico popular.
Hoy en día la fiesta de Cuasimodo tiene gran
cantidad de participantes, siendo
muchos los clubes de cuasimodistas que
participan.
ETIMOLOGÍA
La palabra "Cuasimodo" proviene de las
primeras palabras del introito del segundo domingo de Pascua, "Quasi modo
geniti infantes...", (del latín, "Así como niños recién
nacidos..."), fecha en la que se realiza el Cuasimodo. Los griegos la
llamaban Dominica nova, en razón a la vida nueva que debían empezar los
bautizados de Pascua.
Estos bautizados recibían, de verificarse el
bautismo, un vestido blanco: símbolo de pureza, el dominical, y que hoy en día
se sustituye con un paño blanco de lino que se pone sobre la cabeza del recién
bautizado. Estas vestiduras las usaban durante los ocho días que median desde
el Sábado Santo hasta el Domingo de Cuasimodo, en cuyo día las dejaban en la
sacristía de la iglesia, por cuya razón se llama también Dominica in albis.
Creamos nosotros en Jesús resucitado, y repitamos en presencia de la divina Eucaristía, donde está real y verdaderamente, aquel grito de fe y de humildad de SANTO TOMÁS: “¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!”.
Creamos nosotros en Jesús resucitado, y repitamos en presencia de la divina Eucaristía, donde está real y verdaderamente, aquel grito de fe y de humildad de SANTO TOMÁS: “¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!”.