domingo, 22 de enero de 2012

ESTRENAR O RESTAURAR


Entendemos por restaurar el recuperar o recobrar, reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía, o bien en el caso de una obra de arte: reparar una pintura, escultura, edificio, etc., del deterioro que ha sufrido, como consecuencia del uso, del paso del tiempo o de alguna situación extraordinaria por condiciones meteorológicas o por algún siniestro.

En cuanto a estrenar, supone el usar, mostrar o disponer por primera vez, alguna cosa, sea un bien tangible o una obra de arte, de teatro, cine, etc…

Estos dos términos son muy comunes en el ámbito de la terminología cofrade de nuestras Hermandades, y generan a día de hoy, un amplio debate interno, en el seno de cada una de ellas, y también externo, cuando el patrimonio o ajuar se exhibe en las calles, en estaciones de penitencia o salidas extraordinarias; o bien en museos o casas de hermandad.

Hay un primer punto de vista, que desde fuera considera que en una época de crisis económica como la que estamos viviendo, cualquier gasto extraordinario, ostentoso o desmedido, choca frontalmente con la austeridad que ha de presidir en las Hermandades, como en cualquier otro colectivo (empresas, familias, administraciones públicas, etc…). Otros sin embargo, entienden como un elemento mas de la labor evangelizadora de una cofradía en la calle, que cuanto mas vistosa luzca, mas se puede percibir su importancia en la sociedad.

A veces dicen que las cofradías gastan demasiado dinero en restaurar o estrenar, ¿cómo afrontar estas críticas?:

Por un lado es importante destacar la obligación que tiene una cofradía para con el mantenimiento de su patrimonio, ya que no dejan de tener en sus manos verdaderas obras de arte, y la sociedad en general, y el cofrade en particular, no admitiría un mal uso de sus bienes, o una deficiente conservación de los mismos, ya sea en su ubicación en los templos, en la composición de los altares de culto, en la manera de llevar cabo los traslados internos, la preparación de los pasos, la ubicación de las cosas hasta su utilización el año siguiente, etc...

Para aquellos que entienden como fundamental toda la actividad que llevan a cabo las Hermandades y Cofradías de su ciudad, a veces también se olvidan las partidas destinadas a obras sociales, y que de forma menos visible, contribuyen a paliar o solventar muchos problemas que nos rodean, y por ello sus bolsas de caridad cada vez son mas frecuentadas por personas o colectivos, que antes no lo precisaban.

Pero del mismo modo, no deja de ser importante la labor que una hermandad lleva a cabo, para contribuir a la conservación de profesiones artesanas que se hubieran perdido si no fuese por las cofradías: el bordado en oro, la talla, el dorado, la orfebrería, las cererías antiquísimas, el cultivo de flores, la elaboración de inciensos, etc…, son muchas las personas que trabajan al cabo del año para la Semana Santa y si las cofradías no estrenaran o no bordaran un manto, o si no se plantearan la recuperación o la conservación de su patrimonio, pues se tendrían que dedicar a otra cosa.

No obstante, no queda más remedio que apretarse el cinturón, también en este ámbito, y tratar de dar ejemplo, conservando el patrimonio existente, y dejando los estrenos para cuando la situación mejore. Es preferible, llevar a cabo de manera mas frecuente, labores de limpieza o conservación de nuestras imágenes y enseres, con pequeñas intervenciones bien en la policromía de las tallas, repasando o restableciendo bordados de mantos, sobremantos, toquillas, palios, etc…, antes que en el lucimiento de un estreno, que puede esperar a otros tiempos de mayor bonanza.

Es tiempo de pensar más en la obra social de la Hermandad, y menos en la estética de las cosas, salvo cuando no quede mas remedio para evitar una pérdida irreparable del patrimonio.