Relieve de las Ánimas Benditas - Capilla lateral - Iglesia de Santiago (Don Benito)
En
estos días, donde el sentir popular nos lleva de nuevo, a recordar a nuestros
antepasados, acudiendo al Cementerio con velas y flores, con oraciones y
plegarias, para permanecer unos instantes en la intimidad de una mística
conversación con ellos, no podemos olvidarnos de lo que representan las Ánimas
Benditas del Purgatorio, y el culto que se les ha profesado en Don Benito, en
forma de Cofradía.
Extractamos
a continuación, los datos que nos dejó
Don Delfín Martín Recio, (Párroco de Santiago)
en su libro de “Santiago: Una Parroquia con Historia):
“La devoción y el amor del pueblo cristiano a las
Ánimas del Purgatorio es un hecho muy hondamente arraigado en nuestra
conciencia. Coinciden y se potencian en él los sentimientos humanos con los
dogmas cristianos del Purgatorio y la Comunión de los Santos.
Por ello y de modo indefectible en todas las
parroquias está muy presente el culto y devoción a las Ánimas Benditas.
Nuestros fieles piden, exigen, unos días para honrar a sus difuntos y unos
lugares donde depositar sus ofrendas. En las parroquias más populosas, se
precisa al menos una persona o grupo, que atienda y de orientación adecuada a
sus peticiones y sus ofrendas. Esta peculiar actividad, dio origen a las
Cofradías de las Ánimas.
Los
Mayordomos de estas Cofradías vienen a ser como los administradores de los
bienes materiales, que los fieles dan para que se hagan oraciones, se celebren
misas, o se repartan limosnas, en sufragio por las Ánimas Benditas.
Las
fuentes de esos bienes materiales son:
- Limosnas o donativos que los donantes ponen en los cepillos de las iglesias o en las colectas que la Iglesia hace para el caso.
- Pías fundaciones, formalidades ya jurídicas de un dinero que oficialmente se deposita, para que con sus réditos se hagan determinados cultos con una intención concreta.
- Gravámenes de bienes inmuebles de personas concretas por un tiempo determinado o indefinido, para que con los intereses o frutos de esos bienes gravados se atienda a la voluntad piadosa del que hizo conscientemente ante Juez o Notario. Se llaman Censos.
Como se aprecia fácilmente, se trata de algo muy
delicado, que sólo debe ponerse en manos de personas solventes y de conciencia
muy recta. También siempre fueron fuente de ingresos las Misas del
apuntamiento. Naturalmente los Mayordomos de esta Cofradía son sacerdotes, y su
tiempo no es de Visita pastoral a Visita pastoral, sino a plazo más largo.
Concretamente, en la Parroquia de Santiago, la
Cofradía de Ánimas aparece en las listas de asociaciones y cofradías primeras
que se encuentran en la Iglesia.
En la Visita Pastoral del 3 de mayo de 1583, el Sr.
Visitador Ldo. Navas de Arévalo, con Don Salvador Sánchez de Secretario, nombra
a Don Miguel Sánchez Valadés, sacerdote, Mayordomo para las Ánimas del
Purgatorio.
El 4 de febrero de 1602, en la Visita Pastoral del
Excmo. Sr. Obispo Don Pedro González de Acevedo, llevando de secretario a Don
Juan González, se nombra al sacerdote Rodrigo Herrera, Mayordomo de las Ánimas.
Así y de manera muy normal se van sucediendo los
mayordomos. En cada visita debían presentar el resultado de su gestión, al
correspondiente Sr. Visitador. En las actas nada se dice de esta Cofradía. El
volumen de administración cada año, venía a ser unos 400.000 maravedíes.
Había por entonces muchos sacerdotes en Don Benito,
y algunos pasaban penurias económicas. El mayordomo procuraba atenderles con
estipendios de misas y de forma muy especial. También cuidaba de las exequias y
funerales de estos necesitados. Pasando el tiempo, pasaron tales
responsabilidades a la Cofradía de San Pedro.
Los problemas más corriente que presentaban estas
cofradías derivaban de las últimas voluntades testamentarias, sobre todo los
censos. Había censos temporales, que cesaban. Otros que pagaban mal, tarde o no
pagaban. En fin que era necesario de tiempo en tiempo repasar el estado de
estas cosas y ponerlas al día, en la medida de lo posible.
Así en la Visita pastoral de 1688, el Visitador Don
Alonso Gil Balero de Ortega, abogado de los Reales Consejos, en nombre del
Obispo de Plasencia, Don Francisco José Jiménez de Samaniego, manda llamar a
Juan Hurtado Trejo, presbítero mayordomo de la Cofradía de Ánimas y le mandó
hacer nuevos deslindes de las heredades que están hipotecadas por las
escrituras del censo que la dicha cofradía tiene, contra diferentes vecinos de
este lugar y contra otros de la jurisdicción de la Villa de Medellín.
Cumpliendo los mandatos del Sr. Visitador, las
escrituras censuales, que la dicha Cofradía tiene son las siguientes:
Primeramente una censual contra la persona y bienes
de Juan Vanda, vecino de este lugar de Don Benito, de principal de doscientos
cuarenta reales de censo al que redimir y quitar, y de rédito en cada año 12
reales, que pagar a la Cofradía.
A este tenor van pasando censos, sobre casas, sobre
dos fanegas de tierra, sobre mil cepas de viñas, etc. Algunas son
verdaderamente curiosas.
Otra escritura censual contra la persona y bienes
de Gonzalo Guisado y Juana Fernández, su mujer, vecinos que fueron de la Villa
de Medellín, de cantidad la principal cuarenta ducados en que se obligaron a
pagar en cada año de renta y censo un setenta y un maravedíes, a razón de
catorce el millar, son al cabo vecinos de la ciudad de Guareña, que está en las
provincias de la Nueva España de las Indias, pagadas por San Juan y Navidad
cada un año.
Se terminó este censo, el 28 de agosto del año
1672.
Por el inventario se ve que la Cofradía de Ánimas
funcionaba normalmente: pero datos concretos de cuenta no hay hasta el 6 de
febrero de 1816.
Vienen después como unas normas a tener en cuenta.
Muchas de ellas ya se observaban años antes y formaban tradición. Hay algunos
detalles nuevos, que son muy interesantes. Por ejemplo:
- Todos los mayordomos de esta Cofradía han de ser sacerdotes.
- La Cofradía se nutre de los censos y mandatos de los testamentos; número de misas a decir, o misas perpetuas, que tantos problemas dieron siempre.
- Del funeral y procesión que se hace todos los lunes.
- De la cera que se vende o se alquila, de donaciones.
- De pedidores de Ánimas de día y de noche. Iban por las calles a primeras horas de la noche y hacían sonar una campanilla, en las puertas y en las calles, al final partían lo recaudado con la Cofradía.
- Del día del Ramo y de los Corpus, misas de apuntamiento.
- De moneda mala: las monedas defectuosas las vendían a peso.
- Aniversarios solemnes con vestuario y sermón. Ya comenzaron a asistir los de la Cofradía de San Pedro y reciben sus donativos.
- Las misas que se dicen por los difuntos. Se les suele dar a los sacerdotes necesitados (Estipendio 4 reales).
El
último mayordomo que tenemos referencia es del año 1819, Don Juan Rodríguez de
Mera, presbítero. Después de estas fechas, aparece por los libros de Mayordomía
de Ánimas, el nombre de Don Francisco Fernández Cavedo, un perfecto, digno, y
honrado caballero, pero ya no es sacerdote. Comienza a perderse aquella
Cofradía de Ánimas tan rigurosa y observante”.
Capilla a la derecha de la foto, en el inicio de la calle Villanueva
- Foto Disancor de finales de los sesenta -
Hoy nos queda el testimonio en la
Iglesia de Santiago de Don Benito, de lo
que fue la devoción a las Ánimas Benditas, en la portada del Evangelio o portada Norte, que presenta un amplio vano
de medio punto y un acanto timbrado en la clave central. Las columnas tienen
capitel de orden corintio y fuste liso, clara muestra del clasicismo
herreriano, y están colocadas sobre plinto sin decoración. Las portadas llevan
un frontón curvo con pirámide estilizada que enmarcan un templete coronado por
otro frontón que en este caso recto. Dentro del templete podemos ver una
hornacina de medio punto, carente de imagen,. Esta portada está fechada en 1598.
En esta fachada podemos apreciar dos
vanos que pertenecieron a dos antiguas capillas destruidas durante la Guerra
Civil, y actualmente podemos ver la Capilla dedicada a las Benditas Ánimas
fundada en 1632 que perteneció a una capilla interior dedicada a la Virgen
de las Cruces, patrona de Don Benito. Como se puede apreciar en la parte
superior se conservan gárgolas utilizadas como elemento artístico para decorar
desagües.
POR QUÉ Y PARA QUÉ REZAR POR LAS ALMAS BENDITAS DEL PURGATORIO?
Retablo cerámico de las Ánimas Benditas del Purgatorio
ubicado en la Iglesia Parroquial de San Pedro (Sevilla)
perteneciente a la Hermandad del Santísimo Sacramento
y Ánimas Benditas del Purgatorio con sede en esta Parroquia.
El gran
Mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo es que nos amemos los unos a los otros,
genuina y sinceramente. El Primer Gran Mandamiento es amar a Dios sobre todas
las cosas. El Segundo, o mejor dicho el corolario del Primero, es amar al
prójimo como a nosotros mismos. No es un consejo o un mero deseo del
Todopoderoso. Es Su Gran Mandamiento, la base y esencia de Su Ley. Es tanta la
verdad encerrada en esto que El toma como donación todo aquello que hacemos por
nuestro prójimo, y como un rechazo hacia El cuando rechazamos a nuestro
prójimo.
Leemos en el
Evangelio de San Mateo (Mt 25:34-46), las palabras de Cristo que dirijirá a
cada uno en el Día del Juicio Final.
Algunos
católicos parecen pensar que su Ley ha caído en desuso, pues en estos días
existe el egoísmo, el amor a sí mismo, y cada uno piensa en sí mismo y en su
engrandecimiento personal.
"Es inútil observar la Ley de
Dios en estos días", dicen, "cada uno debe mirar por sí mismo, o te
hundes".
No hay tal
cosa! La ley de Dios es grandiosa y todavía y por siempre tendrá fuerza de ley.
Por eso, es mas que nunca necesaria, mas que nunca nuestro deber y por nuestro
mayor interés.
Estamos moralmente obligados a rogar por las ánimas benditas
Siempre estamos
obligados a amar y ayudar al otro, pero cuanto mayor es la necesidad de nuestro
prójimo, mayor y más estricta es nuestra obligación. No es un favor que podemos
o no hacer, es nuestro deber; debemos ayudarnos unos a otros.
Sería un
monstruoso crimen, por caso, rehusar al poder y desposeído el alimento
necesario para mantenerse vivo. Sería espantoso rehusar la ayuda a alguien en
una gran necesidad, pasar de largo y no extender la mano para salvar a un
hombre que se está hundiendo. No solamente debemos ayudar cuando es fácil y
conveniente, sino que debemos hacer cualquier sacrificio para socorrer a
nuestro hermano en dificultades.
Ahora, qué
puede estar más urgido de caridad que las almas del Purgatorio? Qué hambre o
sed o sufrimiento en esta Tierra puede compararse con sus mas terribles
sufrimientos? Ni el pobre, ni el enfermo, ni el sufriente que vemos a nuestro
alrededor necesitan de tal urgente socorro. Aún encontramos gente de buen
corazón que se interesa en los sufrientes de esta vida, pero, escasamente
encontramos a gente que trabaja por las Almas del Purgatorio!
Y ¿quién puede
necesitarnos más? Entre ellos, además, pueden estar nuestras madres, nuestros
padres, amigos y seres queridos.
Dios
desea que las ayudemos
Ellas son los
amigos más queridos. El desea ayudarlos; El desea mucho tenerlos cerca de Él en
el Cielo. Ellas nunca más lo ofenderán, y están destinadas a estar con Él por
toda la Eternidad. Verdad, la Justicia de Dios demanda expiación por los
pecados, pero por una asombrosa dispensación de Su Providencia El pone en
nuestras manos la posibilidad de asistirlos, El nos da el poder de aliviarlas y
aún de liberarlas. Nada le place más a Dios que les ayudemos. El está tan
agradecido como si le ayudáramos a El.
Nuestra
Señora quiere que los ayudemos
Nunca, nunca
una madre de esta tierra amó tan tiernamente a sus hijos fallecidos, nunca
nadie consuela como María busca consolar sus sufrientes niños en el Purgatorio,
y tenerlos con Ella en el Cielo. Le daremos gran regocijo cada vez que llevamos
fuera del Purgatorio a un alma.
Las
benditas animas del purgatorio nos devuelven el mil por uno
Pero qué
podremos decir de los sentimientos de las Santas Almas? Sería prácticamente
imposible de describir su ilimitada gratitud con para aquellos que las ayudan!
Llenas de un inmenso deseo de pagar los favores hechos por ellas, ruegan por
sus benefactores con un fervor tan grande, tan intenso, tan constante, que Dios
no les puede negar nada. Santa Catalina de Bologna dice :"He recibido
muchos y grandes favores de los Santos, pero mucho mas grandes de las Santas
Almas (del Purgatorio)".
Cuando
finalmente son liberadas de sus penas y disfrutan de la beatitud del Cielo,
lejos de olvidar a sus amigos de la Tierrra, su gratitud no conoce límites.
Postradas frente al Trono de Dios, no cesan de orar por aquellos que los
ayudaron. Por sus oraciones ellas protegen a sus amigos de los peligros y los
protegen de los demonios que los asechan.
No cesan de
orar hasta ver a sus benefactores seguros en el Cielo, y serán por siempre sus
más queridos, sinceros y mejores amigos.
Si los
católicos solamente supieran cuan poderosos protectores se aseguran con sólo
ayudar a las Animas benditas, no serían tan remisos de orar por ellos.
Las
animas benditas del purgatorio pueden acortar nuestro propio purgatorio
Otra gran
gracia que obtenemos por orar por ellas es un corto y fácil Purgatorio, o su
completa remisión!
San Juan
Masías, sacerdote dominicano, tenía una maravillosa devoción a las Almas del
Purgatorio. El obtuvo por sus oraciones (principalmente por la recitación del
Santo Rosario) la liberación de ¡un millón cuatrocientas mil almas! En
retribución, el obtuvo para sí mismo las más abundantes y extraordinarias
gracias y esas almas vinieron a consolarlo en su lecho de muerte, y a
acompañarlo hasta el Cielo.
Este hecho es
tan cierto que fue insertado por la Iglesia en la bula de decretaba su
beatificación.
Fue llamado a
asistir a un moribundo. De repente, un ejército de espíritus benditos
aparecieron en el lecho de muerte, consolaron al moribundo, y disiparon a los
demonios que gemían, en un desesperado intento por lograr su ruina. Cuando el
cardenal les preguntó quiénes eran, le respondieron que eran ocho mil almas que
este hombre había liberado del Purgatorio gracias a sus oraciones y buenas
obras. Fueron enviadas por Dios, según explicaron, para llevarlo al Cielo sin
pasar un solo momento en el Purgatorio.
Santa Gertrudis fue ferozmente tentada por el demonio cuando estaba por morir. El espíritu demoníaco nos reserva una peligrosa y sutil tentación para nuestros últimos minutos. Como no pudo encontrar un asalto lo suficientemente inteligente para esta Santa, el pensó en molestarla su beatífica paz sugiriéndole que iba a pasar larguísimo tiempo en el Purgatorio puesto que ella desperdició sus propias indulgencias y sufragios en favor de otras almas. Pero Nuestro Señor, no contento con enviar sus Ángeles y las miles de almas que ella había liberado, fue en Persona para alejar a Satanás y confortar a su querida Santa. El le dijo a Santa Gertrudis que a cambio de lo que ella había hecho por las ánimas benditas, le llevaría directo al Cielo y multiplicaría cientos de veces todos sus méritos.
Beato Enrique Suso
El Beato Enrique Suso, de la Orden Dominicana, hizo un pacto con otro hermano de la Orden por el cual, cuando el primero de ellos muriera, el sobreviviente ofrecería dos Misas cada semana por su alma, y otras oraciones también. Sucedió que su compañero murió primero, y el Beato Enrique comenzó inmediatamente a ofrecer las prometidas Misas. Continuó diciéndolas por un largo tiempo. Al final, suficientemente seguro que su santamente muerto amigo había alcanzado el Cielo, cesó de ofrecer las Misas. Grande fue su arrepentimiento y consternación cuando el hermano muerto apareció frente a él sufriendo intensamente y reclamándole que no hubo celebrado las Misas prometidas. El Beato Enrique replicó con gran arrepentimiento que no continuó con las Misas, creyendo que su amigo seguramente estaría disfrutando de la Visión Beatífica pero agregó que siempre lo recordaba en sus oraciones. "Oh hermano Enrique, por favor dame las Misas, pues es la Preciosísima Sangre de Jesús lo que yo más necesito" lloraba la sufriente alma. El Beato recomenzó a ofrecerlas, y con redoblado fervor, ofreció Misas y ruegos por su amigo hasta que recibió absoluta certeza de su liberación. Luego fue su turno de recibir gracias y bendiciones de toda clase por parte de su querido hermano liberado, y muchas más veces que las que hubiera esperado.
ORACIÓN A LAS ÁNIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO
Animas benditas que en el purgatorio estan que dios las saque de pena y las lleve a descansar .Oración a las 13 animas benditas
“Oh, mis trece Animas Benditas, a ustedes pido por amor de Dios, que
sea atendido mi ruego, Mis trece Animas Benditas, sabias y entendidas, a
ustedes pido por la sangre que Jesus derramara, que mi ruego sea
atendido. Mi Señor Jesucristo, que a ustedes protege, me cubra con
vuestros brazos y proteja con vuestros ojos. Oh Dios de bondad, Tu que
eres mi defensor en la vida y en la muerte, pido que me liberes de las
dificultades que me afligen. Oh mis trece Animas Benditas, sabias y
entendidas, alcanzadas las gracias que pido (peticion) quedare devota
suyas y mandare publicar esta oracion y rezar un Padrenuestros y un
Avemarias durante trece dias.