jueves, 30 de mayo de 2013

EL CORPUS CHRISTI: PASIÓN POR LA EUCARISTIA.





A nivel mundial, la Iglesia Católica celebra hoy Corpus Christi, la fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, que significa la presencia de Cristo en la Eucaristía que fue instituido el Jueves Santo en la Última Cena, donde Jesús convirtió el pan y el vino en su cuerpo y sangre.

Corpus Christi se realiza 60 días después del Domingo de Pascua. Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de la Iglesia Católica en Jesucristo presente en el Santísimo Sacramento.

Para la celebración de este día, la Iglesia Católica tiene tradicionalmente varias actividades pero una de las más importantes es la procesión en donde la hostia (representación del cuerpo de Cristo) es la principal protagonista que es exhibida en una custodia.

“Tu cuerpo es un templo y por lo tanto cuídalo”,



Esta fiesta conmemora la institución de la Santa Eucaristía el Jueves Santa con el fin de tributarle a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, amor y gratitud.



Por eso se celebraba en la Iglesia Latina el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.

La Solemnidad de Corpus Christi se remonta al siglo XIII. Dos eventos extraordinarios contribuyeron a la institución de la fiesta: Las visiones de Santa Juliana de Mont Cornillon y El milagro Eucarístico de Bolsena/Orvieto.
El Papa URbano IV


La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306. El Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.

Procesiones. Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV. 



Urbano IV, amante de la Eucaristía, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.


El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Juan Pablo II ha exhortado a que se renueve la costumbre de honrar a Jesús en este día llevándolo en solemnes procesiones.


En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.






DIVERSAS MANERAS DE CELEBRAR ESTA FIESTA

Participar en la procesión con el Santísimo

La procesión con el Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y multitudinario de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Se acostumbra sacar en procesión al Santísimo Sacramento por las calles y las plazas o dentro de la parroquia o Iglesia, para afirmar el misterio del Dios con nosotros en la Eucaristía.

Esta costumbre ayuda a que los valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia real y personal de Cristo en la Eucaristía.

 


Custodia del Corpus de Toledo


LA HORA SANTA

Es una manera práctica y muy bella de adorar a Jesús Sacramentado. El Papa Juan Pablo II la celebra, al igual que la mayoría de las Parroquias de todo el mundo, los jueves al anochecer, para demostrar a Cristo Eucaristía amor y agradecimiento y reparar las actitudes de indiferencia y las faltas de respeto que recibe de uno mismo y de los demás hombres.

Consiste en realizar una pequeña reflexión evangélica, en presencia de Jesús Sacramentado y, al final, se rezan unas letanías especiales para demostrarle a Jesús nuestro amor.

Se puede celebrar de manera formal con el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto en la custodia, con incienso y con cantos, o de manera informal con la Hostia dentro del Sagrario. Cualquiera de las dos maneras agrada a Jesús.
Se inicia con la exposición del Santísimo Sacramento o, en su defecto, con una oración inicial a Jesucristo estando todos arrodillados frente al Sagrario.

A continuación, se procede a la lectura de un pasaje del Evangelio y al comentario del mismo por parte de alguno de los participantes.
Luego, se reflexiona adorando a Jesús, Rey del Universo, en la Eucaristía.

Se termina con las invocaciones y las letanías correspondientes y, en el caso de que la Hora Eucarística se haya hecho delante del Santísimo solemnemente expuesto, el sacerdote da la bendición con el Santísimo; en caso contrario, se finaliza la Hora Santa con una plegaria conocida de agradecimiento.


Recordar en familia lo que es la Eucaristía

¿Qué es la Eucaristía?

La Eucaristía es uno de los siete Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Éste es el alimento del alma. Así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir, nuestra alma necesita comulgar para estar sana. Cristo dijo: "El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día."

¿En qué nos ayuda la Eucaristía?

Todos queremos ser buenos, ser santos y nos damos cuenta de que el camino de la santidad no es fácil, que no bastan nuestras fuerzas humanas para lograrlo. Necesitamos fuerza divina, de Jesús. Esto sólo será posible con la Eucaristía. Al comulgar, nos podemos sentir otros, ya que Cristo va a vivir en nosotros. Podremos decir, con San Pablo: "Vivo yo, pero ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí."

¿En qué parte de la Misa se realiza la Eucaristía?

Después de rezar el Credo, se llevan a cabo: el ofertorio, la consagración y la comunión.

Ofertorio: Es el momento en que el sacerdote ofrece a Dios el pan y el vino que serán convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nosotros podemos ofrecer, con mucho amor, toda nuestra vida a Dios en esta parte de la Misa.

Consagración: Es el momento de la Misa en que Dios, a través del sacerdote, convierte el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En este momento nos arrodillamos como señal de amor y adoración a Jesús, Dios hecho hombre, que se hace presente en la Eucaristía.

Comunión: Es recibir a Cristo Eucaristía en nuestra alma, lo que produce ciertos efectos en nosotros:

nos une a Cristo y a su Iglesia,
une a los cristianos entre sí,
alimenta nuestra alma,
aumenta en nosotros la vida de gracia y la amistad con Dios,
perdona los pecados veniales,
nos fortalece para resistir la tentación y no cometer pecado mortal.



¿Qué condiciones pone la Iglesia para poder comulgar?

La Iglesia nos pide dos condiciones para recibir la comunión:

Estar en gracia, con nuestra alma limpia todo pecado mortal.

Cumplir el ayuno eucarístico: no comer nada una hora antes de comulgar.



¿Cada cuánto puedo recibir la Comunión Sacramental?

La Iglesia recomienda recibir la Comunión siempre que vayamos a Misa. Es obligación recibir la Comunión, al menos, una vez al año en el tiempo de Pascua, que son los 50 días comprendidos entre el Domingo de Resurrección y el Domingo de Pentecostés.

¿Qué hacer después de comulgar?

Se recomienda aprovechar la oportunidad para platicarle a Dios, nuestro Señor, todo lo que queramos: lo que nos alegra, lo que nos preocupa; darle gracias por todo lo bueno que nos ha dado; decirle lo mucho que lo amamos y que queremos cumplir con su voluntad; pedirle que nos ayude a nosotros y a todos los hombres; ofrecerle cada acto que hagamos en nuestra vida.

¿Qué hacer cuando no se puede ir a comulgar?

Se puede llevar a cabo una comunión espiritual. Esto es recibir a Jesús en tu alma, rezando la siguiente oración:

"Creo, Jesús mío, que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas
y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti.
Amén"





EL CORPUS EN DON BENITO


El Jueves de Corpus Christi no es festivo en Don Benito por lo que la Procesión se realiza en la mañana del domingo siguiente desde la Parroquia de Santiago una vez acabada la Santa Misa. El cortejo de la Procesión está formado por los niños que han hecho la comunión dicho año y por representaciones de todas las instituciones católicas de la ciudad acompañadas de sus respectivos estandartes. La Custodia es del siglo XVII y está fabricada en plata sobredorada con piedras preciosas.
 
Tiene la peculiaridad de estar dirigida por un Presidente, en lugar de un Mayordomo o Hermano Mayor. Entre la lista de personas que han ocupado el cargo de Presidente a lo largo de la historia cabe destacar al Conde de Campos de Orellana, Don Pedro Granda y Calderón de Robles.

La Archicofradía del Santísimo Sacramento de Don Benito fue fundada el 2 de junio de 1580. La Casa Real Española concedió el título de Real a la Archicofradía. Es la única Cofradía Sacramental de la ciudad.



 Tiene por objetivo propiciar entre los cofrades, su participación activa en la vida litúrgica, y sobre todo en la formación cristiana de sus miembros, motivar a los cofrades para la recepción frecuente de los Sacramentos, su participación en la vida eclesial en general y de forma particular en la vida de su comunidad parroquial, promover entre los fieles y los cristianos en general, la Adoración al Santísimo Sacramento del Altar, y el culto a la Eucaristía, según la reforma del Concilio Vaticano II.
 

Desarrolla las siguientes actividades: celebración de Misa de Minerva, participación en grupo de los temas del sínodo diocesano de la diócesis de Plasencia, coordinación y organización de la Procesión del Corpus Christi y la organización de la Jornada de Vela Continua al Santísimo del Altar en la jornada del Jueves al Viernes Santo.

 

Corpus Don Benito (Foto Disancor)

 
 


La Misa de Minerva, que se desarrolla a las diez de la mañana del tercer domingo de cada mes, es un Acto Litúrgico en cuya celebración se porta, para su adoración, el cuerpo de nuestro Señor, mediante la Sagrada forma por el interior de la Parroquia de Santiago. Abriendo la comitiva procesional el estandarte de la Archicofradía al que acompañan dos hermanos con varas de mando. La Sagrada Custodia es portada por el sacerdote, dos hermanos lo acompañan con faroles, uno a cada lado. (Datos extractados de larevira.com)





 Te damos gracias, Padre santo
por Jesús, tu pan, tu vino
por quien te hemos conocido,
por quien sabemos vivir,
por quien mantenemos la esperanza,
por quien podemos sentirnos como hermanos.

Te damos gracias porque hace muchos años
que le conocemos, le queremos, le seguimos.
Te damos gracias porque sin Él
nuestra vida no sería lo que es.
Te damos gracias porque es para nosotros
luz para el camino,
alimento para el trabajo,
ilusión para el futuro.

Te damos gracias porque la fuerza de tu Espíritu
le hizo Pastor, Semilla, Agua, Fuego, Vino, Pan,
Te damos gracias porque la fuerza de tu Espíritu
le hizo pobre, humilde, valeroso, compasivo.
Te damos gracias porque gracias a Él
nuestra vida de tierra se transforma
y nos hacemos Hijos,
trabajamos en tu Reino,
y sabemos esperar y perdonar.

Te damos gracias, Padre,
por Jesús, tu Hijo, nuestro Señor.

Amén.