En el día de hoy, además de ir descontando días de este mayo mariano, celebramos la advocación de María Auxilio de los Cristianos (en latín: Maria Auxilium Christianorum) es una
advocación de María Auxiliadora (en la Iglesia Católica
Romana) creada para la
Virgen María y que lleva su nombre desde el año 345 con Juan
Crisóstomo, tomó fuerza con el Papa Pío V en el siglo XVI y fue definitivamente
popularizada con el desarrollo de las obras educativas y apostólicas de Don
Bosco en el siglo XIX. Aunque comúnmente se la asocia a la Iglesia Católica
Romana, la Iglesia
Ortodoxa conoce también la advocación desde 1030 en Ucrania
cuando el país logró defenderse de una invasión bárbara, hecho que la
religiosidad de la época atribuyó al auxilio de la Virgen María.
La
advocación de María Auxiliadora ha sido fuertemente asociada hasta el siglo XIX
a la defensa militar de todos los bastiones católicos y ortodoxos en Europa, el
norte de África y Medio Oriente en contra de los pueblos no cristianos, muy
especialmente los musulmanes. Precisamente bajo el pontificado de Pío V, los
pueblos euro-cristianos reunieron una descomunal fuerza para detener el avance
de los turcos que en 1572 dirigían un poderoso ejército con el fin de
conquistar definitivamente a Europa. Mientras los ejércitos cristianos reunidos
de todas las naciones europeas, lograron derrotar definitivamente a los
invasores, el Papa había pedido a toda la cristiandad que rezaran e incluyeran
la advocación Sancta Maria Auxilium Christianorum. Con la popularización que
los salesianos hicieron de la devoción a María Auxiliadora en todos los países
en donde se abrieron casas de Don Bosco, se dio el surgimiento de numerosos
santuarios, entre los cuales el más célebre es precisamente el de la Basílica de María
Auxiliadora en Turín.
COSMOGONÍA DE LA LUCHA ENTRE EL BIEN Y EL MAL
En
esta obra de Guido Reni, el Arcángel Miguel derrota al diablo, icono inspirado
en Apocalipsis 12, 7 en el cual se relata una "batalla en el cielo:
Miguel y sus ángeles combatieron contra el Dragón", después de que
"la Mujer
dio a luz a un Hijo varón" (v.5). Escenas que corresponden a la
cosmogonía judeo-cristiana de la lucha entre el bien y el mal, de la cual la
advocación de la
Auxiliadora es un icono correspondiente.
La advocación
de María Auxilio de Cristianos ha sido vista por lo general como un
aspecto de carácter militar de la Virgen María como defensora de la fe cristiana.
Este aspecto puede ser rastreado en los elementos que fundamentan la mariología
dentro de la Iglesia
Católica y Ortodoxa.
El primer texto
que representa a la mujer bíblica como personaje combativo de las fuerzas del
mal es el de Eva en los relatos del Génesis. En la condena divina tras el
pecado, Dios se dirige a la serpiente en estas palabras:
Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu
linaje y su linaje; él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.
El texto revela
una evidente cosmogonía que enfrenta en la escena de la Creación a dos fuerzas en
permanente oposición, el bien y el mal. De acuerdo a la mariología, en este
texto se ve representada a la
Virgen María la cual, al ser la madre del Mesías, es aquella
que porta el linaje de salvación.
De igual manera
otras mujeres jugarían un papel primordial en la percepción de esa lucha
existencial entre las dos fuerzas opuestas: la profetisa Débora, Judit, la
viuda que sale en defensa del asedio de Betulia y derrota a Holofernes, y
muchas otras.
Por último, el
personaje femenino que juega un papel determinante en dicha lucha viene
representado en el libro del Apocalipsis en el siguiente texto:
Una gran señal
apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con dolores
del parto y con el tormento de dar a luz (...)
A este extraño
personaje femenino que después sería relacionado por las primeras comunidades
cristianas como símbolo de la maternidad de María y su significado en la
historia de la salvación y así mismo con la Iglesia, se le antepone otro personaje, el
dragón, el cual en Occidente representa el mal y contra el cual se desata una
batalla liderada por el Arcángel Miguel, otro personaje de carácter guerrero,
al menos desde el punto de vista espiritual. Al final del texto, la mujer y su
hijo se enfrentan directamente, según el texto:
Entonces el
Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua detrás de la Mujer, para arrastrarla con
su corriente. Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer (...)
Al seguir la
lectura de un libro que como el Apocalipsis tiene un gran contenido simbólico,
se da de manera paulatina una relación entre estas figuras femeninas de
carácter militar o guerrrero en favor del bien, entendido este dentro de la
historia de la salvación, lo que terminaría por crear con el tiempo una
advocación como María Auxilio de los Cristianos.
HISTORIA
Entre los padres de la Iglesia
La
advocación Auxiliadora no es en realidad nueva y era ya conocida en los
primeros siglos de nuestra era por las primeras comunidades cristianas y los
Padres de la Iglesia. En
numerosas inscripciones cristianas encontradas en los territorios de hegemonía
griega se encuentran dos títulos por medio de los cuales se refería a la Virgen María: uno es
Θεοτόκος (Teotokos, Madre de Dios) y el otro es Βοήθεια (Boeteia, Auxiliadora).
Entre
los Padres de la Iglesia
que se refirieron directamente a la Virgen María como "Βοήθεια" se
encuentran Juan Crisóstomo en una homilía del año 345, Proclo en el 476, Sebas
de Cesarea en el 532. Después del tiempo patrístico, entendido este hasta el
siglo V, otros personajes hicieron mención de dicho título como Romano Melone
en el 518, Sofronio, arzobispo de Jerusalén, Juan Damasceno en el 749 y German
de Constantinopla en el 733.
La invasión musulmana
En una pintura de Paolo Veronese, se representa la Batalla de Lepanto y en la
cual se puede ver una de las primeras representaciones de María Auxiliadora al
lado de los ejércitos cristianos.
Las
luchas centenarias entre naciones cristianas y musulmanas tendría su culmen en
el siglo XVI. El Islam había destruido ya el Imperio bizantino con la Caída de Constantinopla el
29 de mayo de 1453 y se preparaba para entrar a Europa. El Papa Pío V fue el
principal promotor de una alianza europea con el fin de contrarestar el avance
de los otomanos a la cual se denominó la Liga Santa de 1571 (la segunda del siglo XVI) y
que quedó conformada por España, Venecia, Génova, Malta y los Estados
Pontificios. El 7 de octubre de 1571 se libró una de las batallas más
importantes de la historia, la de Lepanto, en la cual fueron vencidas de manera
definitiva las huestes otomanas y Europa occidental fue preservada de la
invasión. Para el mundo eurocatólico de la época, la detención de dicha
invasión fue leída desde una perspectiva religiosa de lucha entre el bien y el
mal interpretado esta según los paradigmas medioevales y los enfrentamientos
entre las dos religiones monoteistas. En tal caso, se concluyó que el éxito de
los ejércitos católicos se debía a la intervención de la Virgen María que
había ido en auxilio de los cristianos.
Dicho
precedente se reflejaría pocos años después en Baviera, el sur católico de
Alemania, en donde se vieron amenazados por el avance del luteranismo durante la Guerra de los Treinta Años.
En dicho contexto hicieron una promesa a la Virgen: si Esta los libraba de su invasión, la
honorarían con el título de Auxiliadora de los cristianos. De este hecho
histórico viene la llamada Asociación de María Auxiliadora.
Pío
VII y Napoleón
El
Papa Pío VII, quien gobernó la Iglesia Católica entre 1800 y 1823, fue el segundo
Pontífice romano que daría una gran importancia a esta advocación mariana. Le
correspondió los años de la consolidación del Imperio napoleónico. Firmó con
Napoleón Bonaparte un Concordato que parecía garantizar la paz entre la Iglesia y Francia en 1801.
En 1804 fue a París para la coronación del nuevo emperador, pero sólo pudo
ungirlo porque Napoleón se impuso a sí mismo la Corona. Bien pronto
las aspiraciones ambiciosas de Napoleón entrarían en contraste con la
influencia de la Iglesia.
En 1806 el Papa se negó a sumarse a la exigencia de Napoleón
de bloquear a Inglaterra, lo que condujo a una invasión francesa de los Estados
Pontificios y puso en prisión al anciano Papa de 77 años de edad, primero en
Savona y luego en Fontainebleau en 1809. En su cautiverio, situación ésta que
le causó un gran sufrimiento y deterioró bastante su salud, el Papa prometió a la Virgen que si recuperaba su
libertad y volvía a Roma, declararía ese día como solemne en honor de María
Auxilio de los cristianos. Bien pronto la suerte de Napoleón cambió y Pío VII
recuperó su libertad. Llegó a Roma el 24 de mayo de 1814 y cumplió su promesa.
De este acontecimiento, viene la tradición de la Solemnidad de María
Auxiliadora cada 24 de mayo.
Don
Bosco
Pero
la persona que más tendría que ver con la popularización de la invocación de
María como Auxilio de los cristianos sería el santo educador de Turín, San Juan
Bosco, quien veía el florecimiento de sus obras apostólicas y educativas entre
los jóvenes como obra de la
Virgen María. Don Bosco comienza a referirse a esta con el
nombre de María Auxiliadora a partir de 1860, año en el que relata que la Virgen le manifestó su
deseo de ser honorada bajo dicho título y su voluntad de que se le construyera
un templo. Es posible que este deseo de afidarse a María como "Auxilio de
los cristianos" tenga su razón de ser en la difícil época que la Iglesia Católica
vivía en Italia con el avance de los movimientos nacionalistas que abogaban por
la Unificación
de Italia aún en contra de la existencia de los Estados Pontificios y por ende
de la autoridad del Papa. Don Bosco estuvo muy cerca del pontificado del Papa
Pío IX, el último Papa-Rey de los Estados Pontificios. El recuerdo reciente de
la promesa hecha a la Virgen
por parte de Pío VII prisionero de Napoleón a principios del siglo pudo
inspirar en Don Bosco su devoción a una advocación que había probado éxito en
los momentos más difíciles de la Iglesia. Bien pronto la expansión de las obras
salesianas en los cinco continentes tendrían como consecuencia la
internalización de esta advocación de origen estrictamente europeo. Por otra
parte, fundó el Instituto Hijas de María Auxiliadora con el fin de llevar el
Sistema Preventivo Salesiano a las muchachas y de honorar a la Virgen bajo dicha
advocación.
IMAGEN DE MARÍA AUXILIADORA
Detalle
de los rostros de María Auxiliadora y el niño Jesús, correspondientes a una
imagen bendecida por Don Bosco en la década de 1880. La misma se encuentra
entronizada en la
Basílica San Carlos Borromeo y María Auxiliadora de Buenos
Aires, donde se venera.
Para
adornar la Basílica
de María Auxiliadora en Valdocco, Don Bosco mandó pintar una estupenda obra artística
del maestro italiano Tomás Lorenzone en la cual aparece la Virgen con el Niño como
figuras centrales veneradas por los doce Apóstoles, otros santos y los ángeles.
Aparte de las innumerables representaciones artísticas de la Auxiliadora, aquella
que se considera como el icono principal es la de Lorenzone en Turín. La idea
fue de Don Bosco que dijo al artista:
En
alto María Santísima entre los coros de los ángeles, después el coro de los
profetas, de las vírgenes, de los confesores. Por tierra los emblemas de las
grandes victorias de María y los pueblos del mundo en el acto de alzar las
manos hacia ella pidiendo su auxilio.
Lorenzone
tardó tres años en terminar la obra, que fue entronizada en la Basílica de María
Auxiliadora y, según las palabras de Don Bosco, es una figura del título
"María, Madre de la
Iglesia".
La
obra corresponde a una pintura barroca que exalta a la Virgen como Reina y lleva
en su mano izquierda a Jesús Niño, ante el cual todas las criaturas (los
Apóstoles y otros santos representan a la Iglesia y los ángeles al Cielo) rinden tributo
por ser el Verbo Encarnado.
Los
atuendos siguen la simbología judeo-cristiana que se pretende leer en la
advocación. Tanto María como el Niño Jesús llevan los atuendos reales
inspirados en las monarquías europeas, especialmente germánicas, en vigor
durante la Edad Media
como las coronas doradas cuyo color representa el oro y siguen el texto
apocalíptico: "...una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza...". Con frecuencia la Corona está enmarcada en un
aro con las doce estrellas con toda la simbología bíblica que el número 12
representa13 y la estrella como símbolo de David.
La
madre lleva en su mano derecha un cetro, símbolo de monarquía y del reinado
mesiánico,14 al caso dentro de la cosmogonía cristiana. Algunas
representaciones derivadas de María Auxiliadora ponen un segundo cetro al Niño,
aspecto este que rompe el sentido bíblico original, porque se trata de un sólo
cetro, el mesiánico. De igual forma los atuendos corresponden a los usos
sacerdotales, bordados en oro y telas preciosas. El niño lleva un vestido
entero blanco, otro símbolo mesiánico que recuerda el reparto de los vestidos
de Cristo: "La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba
abajo". De igual manera Jacob, que "amaba a José más que a todos
los demás hijos por ser para él el hijo de la ancianidad" le había hecho
"una túnica de manga larga"
Tanto
la imagen de la Virgen
como la del Niño, corresponden a personajes caucásico - nórdicos y rubios que
revela la asimilación de la advocación dentro de la historia del catolicismo en
Europa especialmente.
¿Por qué "María
Auxiliadora"?
Se
llama "Auxiliadora" porque nos trae un importante "auxilio"
de Dios. El título de "María Auxilio de los Cristianos", expresa la
mediación de María respecto de la humanidad. Como Madre del Redentor, por
fuerza y mérito de la corredención, Ella es la ayuda de la humanidad necesitada
de redención; lo es también de cada individuo, porque es la Madre espiritual de todos.
Devoción
El
27 de octubre de 1949, por decreto 26.888/49 del Poder Ejecutivo Nacional
(Argentina), se estableció que María Auxiliadora, sea el Santo patrón del Agro
de Argentina. Fue a pedido de agricultores de Rosario Argentina y firmado por
el Presidente de la
Nación Argentina General Juan Domingo Perón.
Es
un reconocimiento a la congregación salesiana por la creación de las primeras
escuelas agrícolas como el Instituto Agrícola Ganadero de Uribelarrea en la Provincia de Buenos
Aires, la Escuela
Agrotécnica Salesiana Estancia San Ambrosio en la Provincia de Córdoba, y la Escuela de Enología de
Rodeo del Medio (Mendoza), hoy convertida en universidad, la Escuela Agrotécnica
Salesiana Pascual Gentilini ubicada en la Provincia de Misiones, más varias escuelas
agrícolas ubicadas en la
Patagonia, destacándose la Misión Salesiana
(Río Grande).
Por
el Gabinete de la
Nación Argentina refrendaron el Ministerio de Relaciones
Exteriores y Culto de Argentina,Juan Remorino, y el Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca, Ingeniero Agrónomo Alberto Émery, éste último hijo de una
distinguida dama cooperadora salesiana devota de María Auxiliadora.21
El
Ayuntamiento de Morón de la
Frontera (Sevilla) nombró alcaldesa honoraria de la localidad
a María Auxiliadora en acto oficial el 24 de mayo de 2008. Un pleno
extraordinario aprobó por mayoría el nombramiento el mismo día de su
festividad. El alcalde colocó el bastón de mando de la ciudad en el altar de la Virgen en el curso de una
procesión pública.
En
el municipio de Sabaneta en el departamento de Antioquia, Colombia se encuentra
la Iglesia de
Santa Ana donde está ubicado el Santuario Diocesano de María Auxiliadora.
ORACIÓN A MARÍA AUXILIADORA
¡Oh Santísima
e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra
y poderoso Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos
enteramente a tu dulce amor y a tu santo servicio. Te consagramos
la mente con sus pensamientos, el corazón con sus afectos,
el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas, y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación
de las almas.
Tú, pues, ¡oh
Virgen incomparable! que fuiste siempre Auxilio del Pueblo Cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en
estos días. Humilla a los enemigos de nuestra religión
y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al
Papa, maestro infalible; preserva de la irreligión y del
vicio a la incauta juventud; promueve las vocaciones y aumenta
el número de los ministros, a fin de que, por medio de
ellos, el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se
extienda hasta los últimos confines de la tierra.
Te suplicamos ¡oh dulcísima
Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la incauta juventud
expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del Purgatorio: sé para todos ¡oh
María! dulce Esperanza, Madre de Misericordia y Puerta
del Cielo.
Te suplicamos, gran Madre de
Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes, particularmente
la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad,
a fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras
palabras y con nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo,
a tu Hijo, Jesús, logremos que te conozcan y amen y podamos,
llegar a salvar muchas almas.
Haz, ¡oh María
Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza;
y en fin, el pensamiento de que eres tan buena, tan amable y
tan amada, el recuerdo del amor que tienes a tus devotos, nos
aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra el enemigo
de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos
formarte una corona en el Paraíso. Así sea