lunes, 27 de febrero de 2012

MARCELINO, PAN Y VINO


Traigo a esta entrada de Blog, uno de los clásicos de la filmografía española del Siglo XX, que nos dejó a unos de sus “actores”, formando parte de la imaginería de nuestra querida ciudad de Don Benito. Se trata del Cristo de factura humilde, que se encuentra en el Altar mayor de la Capilla de Santa Teresa de Jesús, en el Convento de las Carmelitas Descalzas sito en la Calle Donoso Cortés, nº. 21.

Una breve sinopsis de la misma:

Director: Ladislao Vajda.

Año 1954

Intérpretes: Pablito Calvo, Rafael Rivelles, Antonio Vico, Juanjo Menéndez.

Película basada en una novela de José María Sánchez Silva. Con guión de José María Sánchez Silva ("El Hereje", "María, Matrícula De Bilbao") y Ladislao Vajda ("El Cebo", "Mi Tío Jacinto").
Marcelino (Pablito Calvo) es un niño abandonado a las puertas de un convento que terminará siendo educado por una docena de frailes.

En sus correrías infantiles se inventa a un compañero imaginario, Manuel, llegando a entablar una amistosa relación con el mismísimo Jesucristo.

El tacto fílmico de Ladislao Vajda y la recordada interpretación del niño prodigio Pablito Calvo son los principales logros de esta exitosa película que no solamente triunfó en las carteleras españolas, sino que consiguió también un importante reconocimiento en diferentes y variados países, desde Italia hasta Japón, logrando una meritoria mención especial del jurado en el prestigioso Festival de Cannes y un premio en el Festival de Berlín.

Alejándose de las típicas incursiones religiosas enfocadas con cargante moralina y diseñadas en formato estampita, "Marcelino pan y vino", película basada en un relato de José Mª Sánchez Silva, narra una historia de humor tierno y sentimientos sinceros, bonhomía y emotividad ensalzada por el entrañable retrato de personajes, la inocencia y encanto del personaje central, un espléndido trabajo de fotografía y la inspirada narración de Vajda, quien incluso llega a deparar momentos de terror con el aura semitenebrista que rodea en fases el relato.

Con posterioridad a este título, Ladislao Vajda y Pablito Calvo, acompañados por uno de los frailes de este título, Antonio Vico, volvería a coincidir en la magistral "Mi tío Jacinto".
Como os comentaba antes, la imagen con la que hablaba el bueno de Marcelino, se quedó entre nosotros y recibe culto de numerosos fieles. Se encuentra en el Altar de la Capilla de Santa Teresa de Jesús. Es conocido popularmente como el Cristo de Marcelino Pan y Vino

El Cristo fue una donación de los Estudios Cinematográficos Chamartín a instancias Miguel López Cabrera, ingeniero de sonido que trabajó como técnico en la película. El Crucificado, una vez terminada la película en el año 1954, no tenía ningún valor para los estudios. Entonces Miguel López Cabrera tuvo la idea enviarlo al Convento de Carmelitas de Don Benito cuya Iglesia había sido desmantelada durante la Guerra Civil. Este técnico era natural de Guareña y tenía una hermana como religiosa en este convento, la hermana Isabel de Jesús.

Fue obra del decorador, dibujante y pintor, Antonio Simont, aunque la forma en barro y el posterior acabado en escayola se lo dio un amigo del propio Simont. El Cristo tenía la peculiaridad de tener los brazos articulados cuando llegó al convento.

Si tenéis la probabilidad de ver la película, os aseguro que vais a disfrutar de los pequeños detalles que nos depara la vida.