lunes, 6 de mayo de 2013

MAYO MARIANO





 

Virgen de la Piedad de Don Benito
 
En algunas localidades, el testigo devocional popular que genera la Semana Santa, lo toma la devoción a la Virgen María. En nuestra ciudad de Don Benito, el mes de mayo, inicia con las fiestas a la Virgen de la Piedad en torno a la imagen que se venera en la Iglesia de la Piedad, perteneciente al Barrio de San Sebastián, que como todos sabemos es el único que espera ansiosos un nuevo movimiento cofrade.

Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su madre, en su primer domingo, siendo las flores el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.


 


Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus criaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.

Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.



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¿Qué se acostumbra hacer este mes?

-1.-  Ofrecimiento de flores a la Virgen.

Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos las personas para decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le gusta que le llevemos flores y, también, si se puede, le podemos cantar sus canciones preferidas como las que te sugerimos más adelante, en la página........

Para dar mayor solemnidad al Ofrecimiento, los niños pueden ir vestidos de blanco, símbolo de pureza.

-2.- Reflexionar en los principales misterios de la vida de María.

Reflexionar implica hacer un esfuerzo con la mente, la imaginación y, también, con el corazón, para profundizar en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo de su vida. Podemos meditar en cómo María se comportó, por ejemplo, durante:

    -la Anunciación
    -la Visita a su prima Isabel
    -el Nacimiento de Cristo
    -la Presentación del Niño Jesús en el templo
    -el Niño Jesús perdido y hallado en el templo
    -las Bodas de Caná
    -María al pie de la cruz.


-3.- Recordar las apariciones de la Virgen.

En Fátima, Portugal; en Lourdes, Francia y en el Tepeyac, México (La Guadalupe) la Virgen entrega diversos mensajes, todos relacionados con el amor que Ella nos tiene a nosotros, sus hijos.

-4.- Meditar en los cuatro dogmas acerca de la Virgen María que son:

1. Su inmaculada concepción: A la única mujer que Dios le permitió ser concebida y nacer sin pecado original fue a la Virgen María porque iba a ser madre de Cristo.

2. Su maternidad divina: La Virgen María es verdadera madre humana de Jesucristo, el hijo de Dios.

3. Su perpetua virginidad: María concibió por obra del Espíritu Santo, por lo que siempre permaneció virgen.

4. Su asunción a los cielos: La Virgen María, al final de su vida, fue subida en cuerpo y alma al Cielo.

-5.- Recordar y honrar a María como Madre de todos los hombres.

María nos cuida siempre y nos ayuda en todo lo que necesitemos. Ella nos ayuda a vencer la tentación y conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo. María es la Madre de la Iglesia.


-6.- Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.

María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios. Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.
 

-7.- Vivir una devoción real y verdadera a María.

Se trata de que nos esforcemos por vivir como hijos suyos. Esto significa:

Mirar a María como a una madre: Platicarle todo lo que nos pasa: lo bueno y lo malo. Saber acudir a ella en todo momento.

Demostrarle nuestro cariño: Hacer lo que ella espera de nosotros y recordarla a lo largo del día.

Confiar plenamente en ella: Todas las gracias que Jesús nos da, pasan por las manos de María, y es ella quien intercede ante su Hijo por nuestras dificultades.

Imitar sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.

-8.- Rezar en familia las oraciones especialmente dedicadas a María.

La Iglesia nos ofrece bellas oraciones como la del Ángelus (que se acostumbra a rezar a mediodía), el Regina Caeli, la Consagración a María y el Rosario.

Varias oraciones Marianas





DECÁLOGO MARIANO PARA EL MES DE MAYO.


1. Pronuncia un "sí" cuando tengas que responder afirmativamente en aras a la justicia y al bien común. Por el contrario, recuerda que a veces un "no" a tiempo, es -a la larga- un "sí".
              

2. No huyas de tus responsabilidades. Hay cosas que, si tú no las haces, nadie las realizará por ti. Nadie somos imprescindibles, pero todos necesarios. En Nazaret, Dios, me hizo ver, en mi pequeñez, mi papel a desempeñar.

               
3. Sal de ti mismo. No te cierres en tus problemas, inquietudes o alegrías. Cuando yo me enteré de que estaba llena de Dios, sin pensarlo dos veces, marché corriendo para ayudar a mi pariente Isabel.

              
4. No te preocupes por lo qué dirán de ti o qué pensarán de ti. Por sorpresa recibí el anuncio del ángel y con muy poca compañía, acogí el nacimiento de mi hijo Jesús. Lo importante es tener y ser feliz con lo que uno ama. Lo demás, es secundario y te quita energías.
               


 

5. Deja que los demás disfruten de tu alegría. Cuando ésta se comparte, se multiplica. Los pastores y los reyes, me hicieron ver que el gozo hay que vivirlo con los primeros que llaman a tu puerta.

              
6. Protege a los tuyos. Sobre todo si crees que el peligro puede frustrar su felicidad, su trabajo, su fama o su destino. Con José y Jesús, camino de Egipto, aprendí que no es bueno instalarse en la comodidad.
              

7. Intenta comprender y entender las ideas que, más allá de la ideología, fomenten la fraternidad y la presencia de Dios. De Jesús, en más de un momento, me costó asumir sus palabras, actitudes y comportamiento. Luego, concluí, que Dios andaba por medio.

              
8. Potencia la verdad de la fiesta. No te conformes con una fiesta maquillada y rocambolesca. El éxito de un banquete no lo da lo que llena la mesa, sino la suma de todas las actitudes de los comensales. En Caná, con una indicación, me sumé a lo que podría haber sido un fracaso. Jesús quiere una auténtica diversión para vosotros.

              
9. Sé agradecido. No te importe decir gracias mil veces, o las que hagan falta. La gratitud, además  de producir bienestar en la otra persona, hace que nuestro interior quede más relajado y con la conciencia más tranquila. Cuando Dios me bendijo, lo único que le dije es: ¡gracias!

              
10. No olvides de "estar ahí" en los momentos donde, otras personas, sufran, lloren o mueran. La soledad es una de las peores cruces que el hombre de la sociedad moderna lleva. Mi hijo murió, en la dureza de una cruz, abandonado, pero conmigo a sus pies. Miles de hombres siguen muriendo sin otros tantos percatarse de esa tragedia.

              
Este decálogo, mariano, se resume en una frase: no olvidemos que -la sociedad- puede emerger de verdad, si la sabemos sembrar de valores cristianos. María nos ayuda.

 

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA 
EN SU MES DE MAYO


Venid y vamos todos con flores a porfía
con flores a María
que Madre nuestra es.

 
De nuevo aquí nos tienes purísima doncella
más que la luna bella postrados a tus pies.

A ofrecerte venimos flores del bajo suelo
con cuánto amor y anhelo Señora Tú lo ves.


 Oh María, Madre de Jesús, nuestro Salvador y nuestra buena Madre! Nosotros venimos a ofrecerte, con estos obsequios que traemos a tus pies, nuestros corazones, deseosos de serte agradables, y a solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio.

Dígnate presentarnos a tu Divino Hijo, que en vista de sus méritos y a nombre de su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud, que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortunados pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error, que vuelvan hacia El, y cambien tantos corazones rebeldes, cuya penitencia regocijará su corazón y el tuyo. 

Que convierta a los enemigos de su iglesia, y que, en fin, encienda por todas partes el fuego de su ardiente caridad, que nos colme de alegría en medio de las tribulaciones de esta vida, y esperanza para el porvenir. 

Amén.