lunes, 13 de febrero de 2012

SEVILLA EN LA MIRADA


Recuerdo hace unos meses como se “criticaba” en algún foro de Don Benito Cofrade, el uso reiterado de una “monserga capillita” a la hora de referirse a determinados temas cofradieros, o bien, el buscar la referencia constante de Sevilla, como “madre y maestra”, de las celebraciones de la Semana Santa.

Bajo mi punto de vista, y declarándome amante de Sevilla, mas allá de lo que significa la celebración de su semana de pasión, creo que mirarnos a su espejo, así como al de otras formas o maneras de celebrar el culmen de la vida cofrade anual, no puede ser si no reconfortante y ejemplificador de una manera excelsa de hacer las cosas. Pienso que es una aspiración legítima el tratar de hacer con nuestros propios medios, lo mejor que se puedan tanto a nivel de cultos internos como externos, las celebraciones que forman parte de nuestras Hermandades y Cofradías. En el origen de lo que son hoy las corporaciones cofrades de Don Benito, se bebieron esas fuentes, y por ello, la mayor parte de las imágenes titulares han nacido a orillas del Nervión, porque así lo quisieron sus benefactores, párrocos o hermanos mayores: Cristo de la Buena Muerte, María Santísima de los Dolores, María Santísima del Consuelo, Cristo de Medinaceli, Nuestro Padre Jesús de la Salud o el Santísimo Cristo de la Oración en el Huerto. No solo su hechura, sino también su manera de andar en la calle, la composición de sus pasos y canastillas, capataces, costaleros, el estilo de su patrimonio, y las restauraciones llevadas a cabo, etc… beben de sus “inmensas fuentes”.

No podemos despreciar sus enseñanzas, ni ser ajenos a su manera de vivir la Semana Santa; no podemos mirar hacia otro lado mejor, porque no hay nada mejor sencillamente, y por ello a continuación pongo una serie de notas para aproximarnos a ella:

La Semana Santa de Sevilla es la celebración de la pasión y muerte de Cristo a través de las procesiones que realizan las cofradías a la Catedral, durante esa semana. Además de los aspectos religiosos, la Semana Santa en Sevilla supone un fenómeno de carácter sociocultural, turístico y económico de gran importancia en la ciudad, está declarada de interés turístico internacional, constituyendo una de las grandes fiestas de primavera en Sevilla junto a la Feria de abril.

Las procesiones comienzan oficialmente el Domingo de Ramos llegando hasta el siguiente domingo (Domingo de Resurrección), procesionando cada día las imágenes que representan la Pasión y muerte de Cristo sumando en su totalidad (la semana) 60 hermandades (además de las de vísperas).

La Semana Santa se vive durante todo el año en la ciudad y las Hermandades trabajan día a día en los tres pilares fundamentales que las definen: formación, culto y caridad. Son múltiples las obras asistenciales que las Hermandades y Cofradías realizan en Sevilla y su Provincia. La Estación de penitencia o salida procesional es el principal culto externo de las corporaciones pero las Hermandades cuentan con numerosos cultos internos a sus Titulares a lo largo del año (Novenas, Quinarios, Triduos, Besamanos, Pregones, Conferencias, Vía Crucis...).

El Consejo General de Hermandades y Cofradías, es el órgano encargado del conjunto de procesiones de la Semana Santa y agilizar trámites y acuerdos con las instituciones oficiales y de todo lo relativo a la Carrera Oficial. Sus miembros son elegidos cada cuatro años por los Hermanos Mayores de las distintas Hermandades.

Los desfiles procesionales de la Semana Santa, que transforman la ciudad durante ese periodo, son el resultado de la evolución durante siglos de las formas, modos y maneras de las cofradías y hermandades compuestas por diversos grupos de personas de distintas índoles laborales, culturales y sociales, donde han influido múltiples factores tanto religiosos, artísticos, sociales e históricos.

Aunque durante la Edad Media ya existieron cofradías, no es hasta el siglo XVI cuando se consolidan las hermandades de pasión o penitencia como asociaciones que veneran la pasión y muerte de Cristo y le rinden culto con una salida procesional. En sus comienzos, las cofradías sevillanas hacían estación de penitencia a iglesias o conventos cercanos a su templo. En el Sínodo de 1604, el cardenal Fernando Niño de Guevara estableció algunas normas que forman el germen de la actual Semana Santa de Sevilla: las cofradías quedaban obligadas a realizar la estación de penitencia a la catedral y las de Triana debían realizarlo a la Iglesia de Santa Ana, debían vestirse túnicas sencillas de lienzo basto y se prohibía a la mujeres disciplinarse.

Durante el siglo XVIII la Semana Santa atravesó una profunda crisis, a causa del decaimiento económico y demográfico de la ciudad de Sevilla, de tal manera que en la primera mitad del siglo XIX, todo indicaba que las cofradías estaban a las puertas de su desaparición definitiva. Hacia 1850 solamente había cofradías en la calle el jueves santo y la madrugada y la tarde del viernes santo. Durante finales del siglo XIX, en el periodo de la restauración borbónica, las cofradías resurgen en número y esplendor y se empieza a considerar un atractivo turístico para la ciudad y su economía.

A este nuevo auge no es ajena la instalación en Sevilla de la "corte chica" de Luisa Fernanda, hermana de la reina Isabel II, y su esposo, Antonio de Montpensier, en el antiguo colegio de marineros de San Telmo. Ellos impulsaron de nuevo la Semana Santa (su huella es muy visible, p.ej., en una cofradía como Montserrat o La Lanzada), creándose en esos años la tradición del Santo Entierro Magno, que desde entonces se realiza cada cierto número de años, sin una periodicidad fija.

En el siglo XX, durante el gobierno de la Segunda República se experimentó una fase de enfrentamiento social y político que perjudicó la celebración de la Semana Santa. El año 1932 las Juntas de gobierno de las hermandades tomaron la decisión de no salir en procesión. el entonces alcalde José González Fernández de Labandera, sabedor de la trascendencia de esta medida, trató en sus declaraciones de estimular la normalidad de las procesiones y garantizar su celebración. La hermandad de la Estrella fue la única que, contraviniendo el acuerdo del conjunto de las hermandades, hizo procesión el jueves santo, produciéndose varios altercados de carácter violento durante su recorrido, el incidente más grave fue protagonizado por un militante anarquista que disparó contra el paso de la virgen.

En esta decisión de no salir en procesión, tomada por las hermandades, se combinaron por una parte el temor a los posibles incidentes que pudieran producirse y por otra la utilización de la suspensión como herramienta política contra las disposiciones del gobierno republicano. Durante el año 1933 se repitió la decisión y ya en 1934, tras el triunfo de la CEDA, 14 cofradías volvieron a salir de sus templos durante las fiestas.

Debido al aumento de cofradías, que ya pasaban de las 57, se decidió en un momento determinado que las nuevas no realizarían carrera oficial, saliendo el Viernes de Dolores en recuerdo a los Dolores de la Virgen María y el Sábado de Pasión, sin embargo en 2007, se autorizó la salida de la Hermandad del Carmen Doloroso el Miércoles Santo, en 2008 se autorizó también el Lunes Santo la Hermandad de San Pablo y el sábado santo la Hermandad del Sol, del barrio del Plantinar, en la tarde del Sábado Santo del 2010.

Desde este Blog, animo a todos los cofrades y amantes de alegrar su cuerpo y su alma, a que bajen alguna vez en sus vidas a la gloria de Sevilla, para vivir una experiencia inolvidable para todos los sentidos, entre lágrimas, sonrisas y emociones.

Sevilla no te defraudará nunca...