En nuestro querido Don Benito, los movimientos cofrades se ciñen a las cuatro Hermandades y a la nueva Asociación Parroquial de la Oración en el Huerto. Están situadas la Cofradía de la Buena Muerte y la del Santísimo Cristo de Medinaceli, en la Parroquia de Santiago Apóstol, en el barrio del centro de la ciudad. La Hermandad de la Borriquita, en el Barrio de San Juan, con sede en su Parroquia; la Cofradía de la Soledad en la Parroquia de Santa María del Consuelo, en el Barrio de San Gregorio y la reciente Asociación de la Oración en el Huerto, sita en la Iglesia de la Sagrada Familia, del barrio del Noque, al este de la ciudad. No quisiera olvidarme de la Cofradía del Encuentro, aunque en este caso, su actividad ha quedado absorbida por la propia Parroquia de Santiago.
Cofradías concebidas para rendir culto a sus titulares, llevar a cabo su obra social, y preparar la salida procesional, es decir, con una actividad limitada a la Cuaresma y a la Semana de pasión.
Muchos de los cofrades que forman parte de nuestras hermandades, son también componentes de las Asociaciones de Vecinos de cada barrio, que en colaboración con las Parroquias y con el Ayuntamiento, vienen a organizar las fiestas y procesiones de nuestras imágenes de Gloria.
La Asociación de Vecinos de Santiago Apóstol, es la que mayor actividad genera a lo largo de todo el año, en colaboración con su Parroquia. No solo es la organización de las Fiestas del Encuentro, en torno al 25 de julio, con un programa de actos, que en el año 2012, fue hasta de dos semanas, y donde además de la procesión del Santo, destaca la Ruta del Aperitivo (o macrobotellón consentido), las actuaciones de diversa índole en la plaza de España, etc… Además de este acto central de la Asociación, es destacable el Concurso de Calabazas, en las fechas de la Velá; los actos de convivencia, lúdicos y literarios en la época de Navidad, la Procesión del Encuentro con las imágenes del Resucitado y la Virgen del Encuentro Madre de los Jóvenes; la Romería Ecuestre el pasado Domingo de “Quasimodo”, así como la colaboración con Cáritas interparroquial, la Casa de Acogida, y demás acciones sociales y de caridad. En todo ello observamos a la Parroquia de Santiago, en la persona de su titular, Don Fermín Solano, como figura crucial de la actividad de la Asociación, apoyando todas sus iniciativas y estando presente en las mismas. Cuestión esta última que le ha costado alguna crítica en los foros, por exceso de protagonismo.
En el barrio de San Gregorio, los vecinos mueven la procesión del Santo y las fiestas de su barrio, con actividades recreativas, deportivas, el famoso “ramo”, etc…, igual que sucede con las fiestas de la Piedad alrededor de su barrio en el entorno de los Cuatro Caminos.
En San Isidro, con la procesión del Santo, se da vida a su ermita, cerrada incomprensiblemente el resto del año; y en San Juan, la Hoguera, la Procesión del Santo, la Misa en las Escuelas del Ave María, y el resto de actividades programadas con tintes culturales, deportivos, etc…
Por último, en el barrio de San Sebastián, sus fiestas en torno a la onomástica de su Patrón, aglutinan un mercadillo medieval, degustación de productos típicos, actividades recreativas, antiguamente la suelta de vaquillas, y la procesión del Santo, con el colofón final de los pasodobles tocados por nuestra Banda Municipal, para regocijo de algunos, y para tristeza de los cofrades, que ven lejos la presencia del Cristo de la Misericordia o del Señor de la Salud (Iglesia de la Piedad), procesionando por las calles de este antiguo barrio.
Todas estas actividades festivas, son realmente promovidas por los vecinos de cada barrio, con gran participación y preocupación de las parroquias, y con la intervención municipal, que ampara de forma incondicional el desarrollo de las mismas.
Podemos comprobar como algunas de estas Asociaciones han alcanzado mayor actividad y reconocimiento que las propias Cofradías, y se puede percibir a simple vista como el pueblo se vuelca en ellas mas que en aquellas, de tal forma que la corriente de los acontecimientos, propicia una mayor visibilidad de los actos que llevan a cabo, y una mayor preocupación porque las fiestas de barrio, se desarrollen correctamente y se de gusto a todas las edades y aficiones. En algunos casos podemos ver a algunos Párrocos y Sacerdotes, mucho mas volcados en la composición y participación en estas actividades que en las propias de la Semana Santa, más allá, lógicamente de las Eucaristías, que no vengo a cuestionar.
Creo que en Don Benito, las Asociaciones de Vecinos, les tienen ganada la partida a las Cofradías, y la responsabilidad de ello viene derivada de la falta de ilusión de los cofrades por la actividad de sus Cofradías, bien porque esta es escasa o nula el resto del año, o por que verdaderamente no existe como tal un verdadero espíritu que invite a hacer de estas corporaciones, entidades vivas todo el año que muevan al barrio, no solo a la devoción a sus imágenes sino también a ser santo y seña de las actividades culturales, sociales o lúdicas del mismo. A ello hay que unirle el escaso apoyo que nuestras Cofradías reciben de las propias Parroquias, y de las autoridades municipales, aunque hay que reconocer que en este último caso, la situación está cambiando por el buen hacer la Concejala de Turismo.
Es por tanto necesario, y deseable que Asociaciones de Vecinos y Cofradías vayan de la mano, incluso pensando en crear alrededor de nuestras imágenes de gloria: San Sebastián, San Gregorio, La Piedad, San Isidro, San Juan, Santiago, el Corazón de María y la Virgen de las Cruces, verdaderas Hermandades que asuman la labor de las Asociaciones vecinales, de forma mas ordenada y dirigida al beneficio de toda nuestra ciudad.