Virgen de las Cruces - Patrona de Daimiel
Ya
tenemos aquí a nuestra Patrona, y quiero dedicar en la entrada de hoy un tema
curioso
Bajo
la Advocación
de “Virgen de las Cruces”, podemos exponer la existencia no solo de la Patrona de Don Benito y su
Comarca, sino también de otras representaciones de la Virgen María, madre de Dios,
que tienen el patronazgo o el se les rinde culto en otras localidades
españolas.
VIRGEN DE LAS CRUCES – PATRONA DE DAIMIEL
Hacia el año 1400 cuenta la
tradición, se produjo el hecho de la aparición de la Virgen a un mozo de Moral
de Calatrava consolando a tan desdichado muchachillo que había perdido el grano
del molino, reponiéndole su carga y acompañándole durante el resto del trayecto
hasta el molino.
A la Stma. Virgen de las
Cruces se le asignan numerosísimos milagros y favores, existiendo en su
Santuario infinidad de exvotos, reliquias, relatos y recuerdos en memoria y
agradecimiento de ayudas recibidas…
Daimiel se encuentra ubicado en la
zona central del norte de la provincia de Ciudad Real, en la Comunidad Autónoma
de Castilla-La Mancha. Pertenece a la comarca del Campo de Calatrava que es una
parte de la región natural de La
Mancha.
El Santuario de Nuestra Señora de las
Cruces se encuentra entorno a unos 12 Kilómetros de
Daimiel, perteneciendo al Termino Municipal de Torralba de Calatrava.
La Festividad de
Nuestra Señora de las Cruces se celebra el día 1 de septiembre, que se trata de
la primera jornada de las Fiestas Patronales que el pueblo de Daimiel celebra
en su honor del 1 al 5 de septiembre.
No se conoce exactamente desde cuando
se festeja en la localidad tal advocación de la Virgen en ese día pero un
historiador local comenta que tras el cese de la epidemia, llamada “el cólera
morbo asiático” , que se propagó por Europa en 1885, por las solemnes rogativas
a la Virgen de
las Cruces, la
Corporación Municipal, en conformidad con la jerarquía
eclesiástica, tomaron el acuerdo de trasladar la celebración de las ferias al 1
de septiembre y hacerlo en honor a Nuestra Señora de las Cruces, ya que antes
se celebraban el 15 de mayo con motivo de San Isidro Labrador.
El acto de Coronación de la Virgen de las Cruces, se
celebró el 13 de septiembre de 1987.
Hacia el año 1400 (siglo XIV -XV),
cuenta la tradición, se produjo el hecho de la aparición de la Virgen a un mozo de Moral
de Calatrava llamado Juan en ocasión que el citado zagal se dirigía con una
burra al molino de “Puente de Navarro” a moler unos costales de trigo.
A su paso por los parajes de “La Tamarosa”, “Campo de las
Cruces”, el animal que portaba los envases atestados de trigo para la molienda,
tropezó cayendo al suelo, derramándose tan preciada mercancía y rompiéndosele
así mismo la vasija en donde llevaba agua para su sustento durante el camino.
El desdichado mozalbete – de
constitución mas bien endeble – se declaró impotente para levantar su burra y
así continuar su camino hacia el molino, después de ímprobos esfuerzos este
muchacho se encomendó a la
Santísima Virgen y su Hijo, por lo que cuenta la leyenda que
ésta se apareció y consolando a tan desdichado muchachillo y le ayudó a
levantar su burra reponiéndole su carga y ayudándole y acompañándole durante el
resto del trayecto hasta el molino.
La Virgen solo le
pidió al mozo que fuese al pueblo más cercano a pedir la construcción en ese
lugar de un templo en su honor.
Para ello, el mozo se acercó a
Torralba, pero viendo que no le hacían caso se desplazó a Daimiel, pueblo que
creyó al muchacho y cumplió con el deseo de la Virgen Maria.
A la Stma. Virgen de las
Cruces se le asignan numerosísimos milagros y favores, existiendo en su
Santuario infinidad de exvotos, reliquias, relatos y recuerdos en memoria y
agradecimiento de ayudas recibidas.
En Daimiel existe la Hermandad Ntra.
Sra. de las Cruces dedicada a fomentar la devoción y culto a la Stma. Virgen de las
Cruces, así como a alimentar y trascender la religiosidad de un pueblo hacia
sus tradiciones y creencias.
Esta Hermandad cuenta con un numero
de afiliados y hermanos próximo a los 3.000, que con sus aportaciones y
donativos contribuyen al sostenimiento del santuario de la Patrona, celebración de
numerosos actos religiosos, dar acogimiento y favorecer en el Santuario
numerosos actos de tipo social-religioso, dando acogida a la mayoría de
organizaciones religiosas de la
Diócesis de Ciudad Real, principalmente de jóvenes.
LA IMAGEN DE LA VIRGEN
Los escasos detalles que se conocen
de la antigua talla de Nuestra Señora de las Cruces, desaparecida en 1936,
provienen de cuadros de los siglos XVII, XVIII y XIX.
La Imagen anterior
comenta el escritor Don Antonio Blázquez era del siglo XIV, de mármol y
colocada de pie, tenia al Niño en su lado izquierdo, acariciando con su mano la
cara de su Madre. El señor Hervás escribió lo siguiente: Es la imagen de
soltura y túnica ceñida, sujeta con correa que le cuelga hasta tocar sus
extremidades.
Técnicamente la Virgen de las Cruces
pertenecería a las vírgenes de origen bizantino, a las cuales se les conoce con
el nombre de “HAGIA THEOTOKOS” o “MADRE DE DIOS”. El punto de partida fue el
Concilio de Éfeso (431) que exaltó la maternidad divina de la Virgen en el culto, la
liturgia y el arte.
Es una Virgen con el niño mirando
hacia nosotros, se le concede lugar preferente en el ábside, la cual
evolucionará hacia la
Vírgenes góticas que juegan con el niño. En este caso es al
revés el Niño acaricia la barbilla de la Virgen.
La Virgen de las
Cruces está esculpida en alabastro, como copia fiel de la talla del Siglo XIV,
aproximadamente, pues sólo se conservan las cabezas de las dos figuras (Virgen
y Niño):
El rostro:
es de color moreno, muy oscurecido. La cara esboza una sonrisa en un
rictus de amabilidad, su sonrisa intenta dar confianza y proximidad, signo de
cercanía hacia el fiel. Pero sin embargo no existe ninguna conexión o mirada
entre Virgen y Niño, sólo la acaricia por parte del Niño hacia su Madre.
Corona:
la corona es uno de los atributos más destacados de las Vírgenes
medievales, como afirmación de su realeza sobre todo lo creado. La iglesia
reafirma el carácter real de la Virgen, como se expresa en
el rezo del Rosario.
Manos:
son grandes y abiertas, desproporcionadas con respecto al cuerpo,
cualidades muy repetidas en el período que estudiamos, pues las manos eran la
principal herramienta de trabajo, garantía de la vida de los campos, hombres y
animales. El Niño Jesús va colocado sobre el brazo y la mano izquierda,
mientras que la Madre
suele sostener en su mano derecha un cetro o un lirio, en este caso sostiene un
cetro o bastón de mando como símbolo de Alcaldesa perpetua de la ciudad de
Daimiel.
Vestido:
(de la talla), la imagen lleva una túnica abotonada desde el cuello a
la cintura y, pendiente de ésta, un ceñidor o correa, tiene dobles mangas que,
lo mismo que el vestido, están armoniosamente plegadas, no así, la capa que la
cubre por detrás, que es excesivamente rígida. Se advierte la pierna izquierda
algo adelantada, sobresalen las puntas de los pies sobre la peana. El color del
vestido y de la capa es verde, el mismo que tuvieron y aún tienen muchas
representaciones de la Virgen,
consideradas generalmente como ejemplos de iniciación, casi todas del período
gótico. Éstas eran vestidas comúnmente con túnica de largos pliegues
(acanalados), que expresa la modestia, la serenidad y el recogimiento, con toda
la hermosura de la más hermosa mujer y toda la dignidad de la afectiva Madre de
Dios.
Desde el
siglo XVIII se reviste de telas hasta adoptar la forma tradicional. Una peluca
acrecienta aún más el barroquismo de su figura.
El Niño:
Está sentado sobre el brazo de su Madre y extiende la mano derecha
para acariciarle la barbilla, con la izquierda sostiene una pequeña bola con un
crucifijo en la parte superior, representando el mundo, y simboliza la idea de
Jesús hombre y salvador, Señor de la toda la tierra, a la que redime con su
muerte y resurrección.
La Virgen de las
Cruces, como todas las imágenes que le son similares en tiempo y estilo,
muestra una acusada verticalidad que se corrige por la expresión del rostro y
la idealidad de todo su contorno. Representa a una mujer en el momento feliz de
su condición de madre. Su mirada dulce y enigmática, cualidad que se acentúa
por la expresiva pequeñez y encanto de la boca, que se dirige al que la
contempla, transmitiendo efusión y esperanza.
A sus pies siempre está la Luna como símbolo de
fertilidad, y por otro lado se le ha atribuido a supuestas luchas victoriosas
contra presuntos infieles.
LA ROMERÍA
La Romería de
septiembre se celebra el domingo siguiente a haber finalizado las Feria y
Fiestas Patronales que el pueblo de Daimiel ha celebrado en honor de la Virgen de las Cruces. Se
podría decir que es el segundo domingo de septiembre aunque a veces varia.
La Romería de
septiembre es el punto y final de los actos que se organizan por las Fiestas
Patronales. Con ella comienza el periodo más largo que pasa la Imagen de la Virgen en el Santuario, ya
que no volverá a visitar su pueblo hasta el mes de mayo del año siguiente.
La romería comienza con la
celebración de la
Eucaristía en la ermita del Cristo de la Luz. El oficio religioso
es presidido por un Padre Pasionista de los que residen el Convento.
Tras ello se procede a trasladar a la Virgen de las Cruces por
medio de un buen número de mozos que se congregan en los alrededores de la
iglesia. En este traslado y en su parada a mitad de camino en el descanso
llamado “Mata Merendera” se ofrece a todos los presentes el tradicional pan y
queso que desde tiempo inmemorial se lleva realizando.
A su llegada al último descanso una
multitud recibe a la Virgen
de las Cruces, para con Ella ir en procesión hasta su Santa Casa donde pasará
toda la estación invernal. En ese momento se celebra la Santa Misa que es
presidida por un sacerdote de la parroquia de Santa Maria la Mayor.
El siguiente acto importante de la Romería es la Solemne Función
religiosa. Se celebra normalmente a medio día. Durante el oficio religioso se
ofrecen a la Virgen
de las Cruces los primeros racimos de uva de la temporada.
En esta romería se hacen concursos de
platos gastronómicos o se invitan a los asistentes a una degustación de platos
típicos de la zona.
Algo muy típico de este día es la
exhibición de bailes tradicionales.
La Tradicional Romería finaliza
con el canto de la Salve
y del Himno de la Virgen
de las Cruces en la ermita como acto de despedida a nuestra querida patrona.
En
el siglo XV, bajaba del cielo,
una
imagen, morena y chiquita,
llevando
en sus brazos a un niño de pecho,
el
pastor se postró de rodillas
al
ver que la Virgen,
así le decía:
Ve,
a hablar con el pueblo manchego
y
diles que quiero tener una ermita.
ve
al pueblo que tenga más fé,
por
eso el chiquillo, se vino a Daimiel.
De
Daimiel, somos de Daimiel,
Virgen
de las Cruces, dilo tú, también.
Sobre
el 1 de septiembre, La Feria y Fiestas en honor a la Patrona de Daimiel, la Virgen de las Cruces. Cinco
días de festejos en toda la localidad,
"unos días felices en compañía de amigos y familiares".
En Madrid,
existe una Asociación- Hermandad de Daimieleños que celebran sus fiestas
en honor a la virgen de las Cruces, Patrona de Daimiel.
Como
curiosidad apostillar que en la
Catedral de Nuestra Señora la Real de la Almudena de Madrid, existe un retablo cerámico
dedicado a la Virgen
de las Cruces “Patrona de Daimiel”.
VIRGEN DE LAS CRUCES DE EL GUIJO DE LOS PEDROCHES -
CÓRDOBA
La imagen de la Virgen que se venera el El
Guijo, tiene al niño Jesús apoyado en el brazo derecho y en la mano izquierda
ostenta una cruz de tres brazos, y una rosa, símbolos de su advocación. El
niño, muestra en su mano derecha un pájaro.
La Sagrada imagen y su niño son de talla de madera policromada de color blanco en la saya y granate en el manto, y permanecieron unidos hasta 1.858 que fueron separados para facilitar vestir a la Virgen y al niño, toda vez que según los mantos antiguos, siempre se ha venerado a la Virgen con diferentes vestiduras.
Fue el gran Rey y Santo Fernando III quién fundó el Santuario y desde esta época, el pueblo de El Guijo cumple con el voto que se hizo entonces y el Domingo de Resurrección se celebra una solemne función religiosa precedida por la procesión de la imagen por los alrededores de la ermita. Antiguamente, durante la procesión se cantaban las letanías a los santos y letrillas de la época como las cantadas el 21 de Septiembre de 1914:
"En romería extraordinaria te dirigimos esta plegaria.
La Europa gime en ruda guerra; castigo grande que tanto aterra
Por esta causa, noble Señora llena de pena la España llora".
Los devotos de la Virgen la acompañaban descalzos en señal de penitencia"
En la actualidad, uno de cada tres
años, finalizada la Romería
del Domingo de Resurrección, se traslada la imagen en procesión desde el
Santuario hasta el Pueblo de El Guijo donde es recibida con gran júbilo por
todos los vecinos/as y permanece en el pueblo hasta el domingo siguiente en el
que se vuelve al Santuario.
Durante la Semana que permanece en el
Pueblo, no deja de tener visitas en la Parroquia de Santa Ana y el Miércoles se tiene la
costumbre de “Velar a la Virgen”
durante toda la noche. El Lunes de Pascua se realiza la procesión de la imagen
por el Pueblo que adorna sus calles para el paso de la Virgen y esta, se detiene
en las casas donde hay enfermos para que puedan verla y rezarle. Durante la
procesión es costumbre disparar salvas de pólvora desde los balcones de las
casas.
Cuando
llega el momento de la despedida se le solía cantar:
"No
sé como separarme de tu vista, ¡Madre mía! y es que la pena mía puede la vida
quitarme; ya que no puedo quedarme dejote mi corazón; mírame con compasión que
vivir sin ti no puedo; adiós, y contigo quedo, dulce objeto de mi amor".
A
lo largo de la historia y de manera extraordinaria, se ha traído la imagen al
pueblo para implorarle su protección frente a diferentes males que asolaron a
El Guijo: sequía, langosta, peste… y las letras de las canciones muestran
claramente el fervor mariano de los Guijeños/as
"Por
esas Cruces, dulce Abogada oye a tu pueblo que triste clama.
Madre
bendita, ten compasión, pide a tu Hijonuestro perdón".
Se
celebra su Romería el Domingo de Resurrección. Según la tradición, la imagen se
encontró en un pozo con forma de cruz, que se halla en la sacristía de la
ermita, utilizado en la antigüedad como baptisterio, de ahí su nombre.
Antiguamente
esta Virgen era compartida por Santa Eufemia, Torrecampo y El Guijo, cada uno
de los cuales celebraba la fiesta en fechas diferentes, llamándose entonces
Virgen de las Tres Cruces.
La
romería transcurre en el paraje de El Soto, a 6 km del pueblo y las fiestas
se prolongan al Lunes de Resurrección. La tradición es que cada 3 años la
imagen de la Virgen
es trasladada a hombros desde la ermita a la iglesia del pueblo, donde
permanece una semana, pasado este tiempo vuelve al santuario.
El
día de romería comienza con el toque de diana a cargo de la banda de música
local por las calles del pueblo, toque que significa el comienzo del traslado
de las familias hasta el paraje de El Soto. La procesión de la imagen por los
alrededores de la ermita es acompañada por los vecinos de El Guijo y
visitantes, recorrido que culmina con la celebración de la misa en la ermita.
Tras
los actos religiosos los vecinos y familias comparten un día de campo, donde se
prueban las típicas viandas como son los productos de la matanza, las tortillas
y los dulces típicos como los rosquillos y las hojuelas. En la tarde, la banda
de música da el toque de salida para la vuelta al pueblo, aunque el año que hay
traslado de la imagen al pueblo, significa la salida de la comitiva por entre
las dehesas hasta la iglesia de la localidad. En ese momento los vecinos de El
Guijo portan a hombros a la
Virgen de las Cruces por los 6 kilómetros que
separan la ermita del municipio. Acompañan a la imagen con los cantos y salvos
de la madre.
El
año que la imagen es llevada al pueblo, el Lunes de Resurrección la Virgen de las Cruces
procesiona por las calles de El Guijo acompañada por todos sus fieles con
honores.
HIMNO
A LA VIRGEN DE
LAS CRUCES
Virgen
Santa de las Cruces
nuestra
patrona serás
todo
El Guijo, a ti te aclama
protectora
celestial
Serás
tu nuestra bandera
serás
tu nuestro blasón
tu
serás Virgen Bendita
de
este pueblo el corazón
Nuestros
padres te cantaron
al
pié de tu Santo Altar
y
a tus plantas te juraron
de
Jesús la fe guardar
VIRGEN DE LAS CRUCES DE SANTA EUFEMIA -
CÓRDOBA (VALLE DE LOS PEDROCHES)
Su Romería se celebra el 1 de Mayo.
Su Hermandad fundada en 1952. La Virgen de las Cruces, patrona de El Guijo, tiene su devoción
supracomunal, que alcanza también las localidades de Torrecampo y Santa
Eufemia.
Cuenta la tradición que en el año
1897 los habitantes de Santa Eufemia no realizaron el
primero de mayo la preceptiva visita a la ermita de la Virgen de las Cruces
enclavada en el término de El Guijo, perdiendo así el derecho a compartir la
imagen, por lo que construyeron su propia ermita en el paraje de Valdefuentes,
a unos 8 kilómetros de la localidad, adonde se dirige la romería cada 1 de
mayo.
A la Virgen de las Cruces se le
canta esta copla de rogativas para
pedir la lluvia:
Virgen de las Cruces,
la del manto blanco,
pídele a tu hijo
que nos riegue el campo.
ERMITA VIRGEN DE LAS CRUCES DE
SANTA EUFEMIA
También conocida como Nuestra Señora
de Atocha.
Reconstruida sobre las ruinas de una
anterior construcción del Siglo XIV.
De una sola nave cubierta con
artesonado de vigas, se destaca su fachada de piedra de granito labrada con
arco apuntado, enmarcado en alfiz de estilo claramente mudéjar. Su aspecto
actual data de 1898, año en el que la Marquesa de Torrecilla, cedió los terrenos.
El origen de esta devoción se remonta
a los años de 1548 al 1560, en los que Santa Eufemia, junto con los vecinos de
El Guijo y Torrecampo, salieron indemnes de una epidemia que asoló la comarca
de Los Pedroches.
!!!! QUE VIVA LA VIRGEN DE LAS CRUCES ¡¡¡¡¡
Virgen de las Cruces de Don Benito (Representación pictórica
en la Sacristía de la Parroquia de Santiago de Don Benito)