viernes, 14 de marzo de 2014

¡¡¡ HAY CANTERA !!!




Es una satisfacción muy grande pensar que las tradiciones pueden mantenerse, con un poquito de interés e ilusión, y con un gran trabajo por parte de todos los que nos gusta llevar la vida Cofrade allí donde podemos ser ejemplo. Si bien es cierto que en Don Benito, es muy complicado picar el gusanillo en los más pequeños, no es menos cierto, que en el ámbito de la actividad parroquial, los cofrades, los catequistas y los sacerdotes, podemos ampliar nuestro campo de miras no solo a la labor que podemos desarrollar con los adultos, sino también a esos niños y niñas, que como espectadores de lo que hacemos, de lo que les proponemos también pueden acercarse a la devoción, a la oración, a los cultos como una extensión mas de nuestra labor formativa y catequizadora.

A menudo solemos ver niños en los cortejos procesionales de nuestras Hermandades y Cofradías, bien acompañando a sus padres en la realización de su penitencia, o bien portando alguno de los elementos que identifican a la corporación en la calle.




Niños en el cortejo procesional de la Borriquita de Don Benito



                                 Niños en el cortejo procesional de la Buena Muerte de Don Benito




                                                            Niños en el cortejo procesional 
                                               del Cristo de la Paz y la Soledad de Don Benito

Pero ahora ponemos el acento a una gran iniciativa que ha tenido la Parroquia de Santa María, con la fundación de una Hermandad exclusivamente de niños en el seno de sus grupos de catequesis. Aglutinando esas pequeñas salidas en el entorno de la Iglesia, que las mañanas de Domingo de Ramos, hacen la mayoría de parroquias de la ciudad; como por ejemplo la Parroquia de Santiago con el Pollino que da la vuelta a la Plaza de España y a cuyos lomos va montando un niño que hace de Jesús en su entrada triunfal en Jerusalem, escoltado por un buen número de pequeños y pequeñas, que vestidos de hebreo y portando palmas y ramos de olivo, escenifican el momento previo a la pasión que viviría   nuestro Señor días después.



Procesión de Palmas por la Plaza de España de Don Benito con Don Delfín, 
Párroco de Santiago, en los años 70


No olvidamos tampoco aquellos inicios de la Hermandad Parroquial de la Borriquita, en aquellas luminosas mañanas de Domingo de Ramos, de finales de los ochenta, cuando surgía como una Procesión de Niños, que vestidos con hábito blanco y portando palmas  y ramos, como acólitos, partían desde la calle San Juan a la explanada de  la cuesta de San Sebastián, cuya Parroquia acogía una solemne misa bajo la atenta mirada de la imagen de Jesús en su Entrada Triunfal en Jesuralem; humilde representación de nuestro Señor, de la Escuela de Arte Cristiano de Olot, que hoy se ve postrada a la tarde oscura y solitaria de los Domingos de Ramos, con numerosos niños en el cortejo procesional.







Imagen de la Borriquita de Don Benito, 
en la explanada de San Sebastián para la portada de la Revista de 1995




El pasado mes de febrero, en la catequesis "de primera comunión" de la Parroquia de Santa María surgió la idea de formar  una "hermandad" de niños para participar en la procesión parroquial del Domingo de Ramos. Para ello se han ido dando pasos:

-1º.- Han adquirido una pequeña  talla de Jesús en la burrita, que llevaran los niños en las andas que se están confeccionando.


-2º.- Los nin@s que quieren podrán hacerse sus hábito para la procesión. El diseño está inspirado en el  "Jesusito de mi vida", muy conocido por los niños.


-3º .- El pasado domingo 23 de febrero, al finalizar la "misa de niños", se empezó a hacer entrega de  la ficha de inscripción. La Parroquia espera que sean muchos los niños que se apunten a esta "hermandad", que realzará nuestra multitudinaria  "procesión infantil  de ramos" y será una catequesis sobre esta celebración litúrgica y, en definitiva, una acción evangelizadora. Procesión que se desarrollará, Dios mediante,  en la luminosa mañana del Domingo de Ramos, por el entorno de la Parroquia sita en el Barrio de San Gregorio.

Para apuntarse hay que rellenar la ficha y entregarla en la parroquia con 10 € para la palma y medalla. El modelo y patrones del "hábito" están también en la parroquia.


-4º.- El domingo 6 de abril, se bendecirá la pequeña  imagen de Jesús en la burrita e impondremos a los niños la medalla de esta "hermandad".


Gran iniciativa esta la de Don Juan Manuel de Miguel Sánchez, Párroco de Santa María del Consuelo  y Vicario de la Diócesis  de Plasencia para la zona Sur; que junto con Don Jesús, los Catequistas, y los abnegados colaboradores de la Parroquia, así como los Padres de estos niños, tienen la ilusión de incentivar la labor catequizadora a través de esta acción; sin mayores pretensiones que las de dar testimonio de la Fe, que los mayores con mas o menos fortuna tratamos de inculcar a nuestros pequeños.


Este afortunado paso tuvo ya una escenificación de lo que nuestros pequeños pueden llegar a reflejar, fruto del esfuerzo de los mayores, el pasado día 2 de febrero en la Procesión de las Candelas, que tuvo lugar en el Barrio de San Gregorio, promovida por la misma Parroquia y sus catequistas. Junto a la Virgen, los niños y mayores  vivieron de forma especial el día de la Presentación de Jesús en el Templo, que felizmente este año coincidió en domingo, por lo que se pudo aprovechar esta celebración de forma muy catequética.


Ese día, en la Iglesia "no cabía un alfiler"; la celebración comenzó con la bendición de las candelas y la procesión con la Virgen y el Niño alrededor de la iglesia, llevando cada niño su candela encendida.










Tras la procesión la Santa Misa en la que, como "homilía", los niños de la catequesis representaron la escena evangélica que acababa de ser proclamada con una gracia y un arte extraordinarios.


Al finalizar la Santa Misa, se soltaron los dos pichones que San José llevó al Templo y se repartieron dulces como "convite" porque Jesús ha sido presentado al Señor.



*Nota: Fotografías gentileza del Blog: 

http://santamariadelconsuelo.blogspot.com.es/



REFLEXIÓN FINAL

Por todo lo expuesto, tenemos que congratularnos de nuevo por una gran propuesta que vuelve a acercar a los mas pequeños no sólo a la actividad de la Iglesia, como extensión de la Palabra de Dios en la tierra, ("dejar que los niños se acerquen a mi"); que les hace partícipes de las tradiciones de la devoción popular, creando el poso necesario para mantenerlas y que los hace madurar como personas en la FE.

Cualquier otra interpretación que se haga de esta iniciativa, basada en una competencia entre Parroquias o entre Cofradías, está totalmente alejada de la realidad, y seguramente se hace por el miedo a perder el poco o mucho protagonismo ganado con los años, y que a veces mas por un mal hacer de las costumbres o una gran incapacidad para mantenerlas, genera un exilio de unos barrios a otros, motivado por la ilusión que se despierta en los mas pequeños de las acciones positivas que nos proponen nuestros Sacerdotes y Catequistas. 

Si practicamos la envidia, el recelo, el rencor, la calumnia, la injuria, la pereza, etc...  incluso cuando tenemos la responsabilidad de dar clases de religión a los más pequeños; nos estamos alejando de Dios, de su mensaje. Todos tenemos cabida en Su Casa; se tiene que dar la opción de elegir donde queremos desarrollarnos como cristianos y por qué; y de cara a nuestros pequeños debemos dar ejemplo de armonía y unidad. Unos querrán ser como los niños que acompañaron a Jesús en su entrada Triunfal en Jerusalém, y no les importará el recorrido, ni el protagonismo, ni si es de día o es de noche; ni si sus ropas son de una manera u otra; otros querrán ser como Judas, que acompañó al Señor en su entrada, como un figurante mas, y esperando su momento de "gloria", para que se cumplieran las Escrituras; pero siendo consciente de que con su actitud cobarde, mezquina, manipuladora e interesada, no estaba honrando a nuestro Señor.

Una COFRADÍA DE NIÑOS, como la que comenzaron en San Juan en los años ochenta, para sacar a la Borriquita, y que tiene su continuidad en una procesión de Palmas alrededor de la Iglesia, en la luminosa mañana del Domingo de Ramos, es lo mínimo que se debe ver en cada Parroquia, en cada barrio; y si esta se hace de forma ordenada y vistosa, con cierta uniformidad, con la responsabilidad de sacar un pequeño paso, como en las Candelas, como podría ser una Cruz de Mayo , o un Divino Niño Jesús; sólo tiene la pretensión de seguir formando y dando testimonio de nuestra FE, y para los cofrades de verdad, es una gran noticia, para poder pensar que.....



 ¡¡¡ HAY CANTERA !!!





lunes, 10 de marzo de 2014

PREDICAR EN EL DESIERTO







Comienza una nueva Cuaresma para todos, y en particular para los amantes de la vida Cofrade. Un tiempo donde culmina la preparación de todo un año, donde se da principio y fin a una manera de cumplir con nuestras pasiones, con nuestras devociones. No es un objetivo en si mismo para el Cofrade, es una razón más para cumplir con sus obligaciones, puesto que tras ella, la Semana de Pasión, es el colofón a una temporada de arduo trabajo y dedicación, pero también es el inicio de la preparación de la siguiente. La vida del cofrade, no es en si misma la que contempla una actividad ceñida a este período, sino que es un peldaño mas, unido al de la Formación, al de la Fe, al de la Caridad de su Obra social, al de la catequización permanente en el ámbito de su Parroquia y de su Barrio. Todos estos parámetros, son los pilares fundamentales de una vida cofrade plena, y quien no los tenga contemplados como tal, no puede considerarse un verdadero cofrade…

A veces uno tiene la sensación, cuando desarrolla este Blog, de estar “predicando en el desierto”; sobre todo cuando el lugar geográfico desde el que nos dirigimos, es uno de los más alejados de esa plenitud de vida y espíritu cofrade verdadero. Está claro, y no engañamos a nadie, que no existe una verdadera “pasión dombenitense”, valga la redundancia del título de mi Blog ( que ya es el vuestro..). Cuando echamos la vista atrás, y tratamos de analizar lo que nos mueve a cada uno a sentir una vida cofrade plena, tengo claro que lo mas alejado de ella, es vestir el hábito de nazareno una vez al año; acudir a rendir culto a mis titulares, una vez al año; no ser convocado para ningún acto solidario, ni de formación, ni de convivencia con otros cofrades; no alimentar la devoción de ninguna de las maneras posibles, que se nos exigen a Hermandades y  Cofradías.

Por todo ello, uno tiene  la sensación de estar hablando para quien difícilmente tienen la intención de escuchar, o cuyas entendederas, están muy alejadas de lo que uno pretende encontrarse al otro lado de la interlocución. Así debió sentirse Juan el Bautista:

Cuando Juan el Bautista salió a predicar, eligió un curioso lugar para instalar su ámbito académico: el desierto palestino. Realmente no podía haber buscado un sitio más inapropiado. ¿Cómo haría la gente para llegar hasta allí? ¿Y cómo podrían ubicarse más o menos cómodamente para escuchar sus sermones, entre las piedras, los insectos, la arena, el sol y las alimañas? ¿Y dónde encontrarían sanitarios, o un lugar para hacer un alto y tomar agua?





Pero a Juan no pareció haberle importado esos detalles. Y a la gente tampoco, porque dice el Evangelio que “acudían hasta él muchedumbres de toda la región de Judea, y todos los habitantes de Jerusalén, y se hacían bautizar por él confesando sus pecados” (Mc 1,5). Juan convirtió el desierto en un hervidero de gente, llegada de todas partes para escuchar su mensaje, confesar sus pecados y cambiar de vida.

¿Pero por qué eligió un lugar tan incómodo para dirigirse a su auditorio? En ese sentido Jesús fue más práctico: buscaba a las multitudes donde ellas se reunían naturalmente: en las plazas, las calles, el Templo, las sinagogas, o las casas de familia. No las obligaba a concurrir a ningún lugar penoso. En cambio Juan les complicaba la vida. ¿Qué razón poderosa tuvo para arrastrar al gentío hasta el desierto y hablarles allí?

Un escenario contradictorio

Si averiguamos dónde exactamente predicaba Juan, quizás podamos resolver el misterio. El primer dato que nos da el Evangelio es que se había instalado “en el desierto” (Mc 1,3-4; Mt 11,7). Éste no era, como solemos imaginar, una planicie cubierta de arena y dunas en medio de la nada. La palabra hebrea midbar (que traducimos por “desierto”) indica un lugar deshabitado y sin cultivar, pero que podía tener vegetación, plantas, y hasta incluso un río.

¿Y cuál era concretamente ese desierto? Mateo lo señala: era “el desierto de Judea” (Mt 3,1). Una vasta región, situada al norte del mar Muerto, justo donde desemboca el río Jordán (Jue 1,16; Sal 63,1). Para nuestra mentalidad, puede resultar extraño que el valle de un río sea llamado “desierto”. Pero hay que tener en cuenta que ese último tramo del Jordán, antes de desembocar en el mar Muerto, es una zona donde no llueve casi nunca, el suelo es infértil, y ofrece al visitante un aspecto árido y desolado. Incluso Flavio Josefo, un historiador judío del siglo I que conocía muy bien la geografía de su país, dice que el río Jordán “serpentea a lo largo de un buen trecho de desierto”. O sea que para la Biblia, el terreno por donde el río Jordán transitaba sus últimos kilómetros se consideraba un “desierto”.



San Marcos confirma el dato cuando dice que la gente iba al desierto a escuchar a Juan “y se hacía bautizar por él en el río Jordán” (Mc 1,5). O sea que “desierto” y “río” eran dos realidades que estaban en el mismo escenario donde predicaba y bautizaba Juan.

El DESIERTO: ESE MUNDO COFRADE QUE A VECES NOS RODEA

En la prédica, como en toda labor comunicativa, es imprescindible contar con público o auditorio, por ello la tarea se torna más que difícil, se diría absurda, si se lleva acabo en el desierto, lugar caracterizado por la escasez de seres vivos. Se dice que “es como predicar en el desierto” cuando se le habla a alguien que no entiende razones, que está muy cerrado en su idea o que no puede o no quiere concentrarse en lo que se le dice. La prédica es algo propio de aquellos que intentan convencer a otros de sus creencias, motivo por el cual se asocia con los ámbitos religiosos y, más comúnmente, con los apóstoles. Precisamente tenemos que recurrir a uno de ellos, San Mateo, para desentrañar el origen del concepto hecho frase: “En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas.” (Mateo·3:1-2). A Isaías no le creyeron, a Juan El Bautista tampoco y a Cristo… muy pocos, al menos en su tiempo.



Así es como nos sentimos algunos COFRADES en esta zona de las Vegas Altas; y recalco lo de COFRADES con mayúsculas, por que también los hay con minúsculas, y esos son los que conforman el gran desierto al que se dirigen los ecos de nuestras palabras….  Mientras unos se siguen quedando en el envoltorio del caramelo, dulce del que solo gustan disfrutar varios días al año; otros nos regocijamos de comernos ese caramelo, y 100 mas como ese el resto de días del calendario.

Ese desierto, lo conforman en mayor medida quienes tienen la obligación impuesta por su cargo, de dar algo mas que un buen deseo o una buena intención. Desde las propias directivas de las Hermandades y Cofradías surge la importante tarea de la MOTIVACIÓN,  la IMPLICACIÓN, la tarea de ESCUCHAR A LOS HERMANOS, la de darles la opción de EXPRESAR SUS OPINIONES; la de abrirse a NUEVAS IDEAS; la de GENERAR CONFIANZA ; la de TRABAJAR POR EL CRECIMIENTO DE LA HERMANDAD

Cuando todos estos adjetivos faltan y sin embargo sobran otros como la DESIDIA, la ENVIDIA, la PEREZA, el ACOMODAMIENTO, la NEGACIÓN DEL PAN Y LA SAL, la VANALIDAD, el EGOCENTRISMO, y un largo etcétera de calificativos, que afortunadamente nos ofrece el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española; nos encontramos con este desierto para el que uno predica obteniendo muy poco fruto a cambio.



El problema está cuando no se quiere ni se cree en lo que se hace; cuando falta convicción, necesidad de dar sin recibir, cuando nos quedamos en ese envoltorio, pero no acudimos a la casa del Hermano a ver lo que le pasa, lo que necesita, y lo que este Hermano nos puede aportar. Cuando se sientan en la mesa a debatir sobre el futuro de nuestra Semana Santa, los puntos a tratar se quedan en el envoltorio de ese caramelo, por que el sabor del mismo no les gusta. No hay una reflexión profunda de los verdaderos problemas que una Hermandad de penitencia o no, está en disposición de poder solucionar. Se debaten cuestiones que mas se acercan al ego de cada uno, que al ponerse en la piel del hermano, que al intentar ser como el campesino que siembra y siembra y siembra mirando al cielo, y esperando un buen tiempo para su cosecha. Yo les animaría a presentar ideas al Consejo Diocesano de Hermandades y Cofradías de Plasencia, y no a mandar misivas aludiendo a los que las tienen, por omisión de ellos.

Y todo ello me lleva a la siguiente reflexión:

Si no amas lo que haces, si no crees en lo que haces, si te resulta molesto o costoso, si eres incapaz de escuchar y que te escuchen; si solo te preocupa lo que hablen o digan de ti, pero eres incapaz de reconocer tus errores, tus limitaciones, tu incapacidad, y no le das paso a gente mas ilusionada y con mayor espíritu cofrade; difícilmente vas a poder tomar decisiones acertadas y que redunden en un futuro mas vivo, en un tránsito hacia el mantenimiento de las costumbres, de las devociones populares…

Algunos están ya señalados por su nula aportación a la causa, y por el daño que están haciendo a la Semana Santa, pero ….no hay mal que cien años dure.


Mientras sigamos teniendo el ánimo suficiente, (que lo tenemos) seguiremos con nuestra predicación, aunque sea en este desierto que nos rodea….. Esperemos que  esta Cuaresma sea un camino de verdadera reflexión sobre ello.