….Camino
lento, pausado, sobre mis pasos, a veces echando la vista atrás, intentando con
anhelo mirar al inicio del camino, para comprobar si después de tantos meses,
de tantos días, de tantas horas, de tantas palabras unidas entre si; de tantas
imágenes …., he sido capaz de encontrarte, tal y como me había propuesto en el
mes de septiembre…
Señor,
Tu que sabes de mis pecados, a veces de mi desidia, de mis tropiezos
constantes, de mis preocupaciones; Tu que te has cargado con el peso de mi
culpa, y me has reconfortado tantas veces aliviando su carga; no te has fijado
más allá para dejarte ver por mi en tantos y tantos momentos, que nos quedan
para dar por concluida esta temporada del Blog, en busca de nuevas metas,
nuevas ilusiones para seguir contando lo que tu quieres que cuente.
Se
que mis palabras a veces no son las mas adecuadas, que mi corazón a veces va
mas deprisa que mi razón; que mis ansias por buscarte en cada estación de la vida, pueden llegar a minar el
sentido de cada entrada de ese Blog, que no alberga mayores pretensiones que
mostrar a curiosos e interesados en la materia, cofrades o no, todo lo que
significas en la vida de las personas, y el poso que va quedando tras tu paso
por ellas. Me quedaré con el perfume de los claveles que bañaban tus pies
ensangrentados; con tu mirada de Amor entregado sin reservas; con el incienso
que llenó cada chicota de Gloria bendita; me quedaré extasiado de aquella
levantá que derramó gotas de cera a izquierda y a derecha,…
He
visto como te miraban; como te rezaban entre dientes, como se santiguaban a tu
paso, o como inclinaban la cabeza en señal de respeto…, y todo ello me animó a
seguir buscándote. Pero en este largo camino que va del otoño y vuelve al
verano, no me encontré solo; afortunadamente estuve rodeado de amigos y
hermanos que con tesón y entusiasmo fueron capaces de poner en su sitio lo que
estaba derrumbado, fueron capaces de hacer ALGO de la NADA, creyeron que con
HUMILDAD, PASIÓN Y SACRIFICIO, podían llegar a dignificar la devoción a tu
persona…
Aquel
pañuelo que limpiaba tus pies tras cada beso, tuvo ganado el cielo desde el
momento que se puso a tu lado para pasar una y otra vez por tus delicadas
plantas, aquellas mismas que siguen soportando firmemente cada afrenta, cada
desplante, cada escupitajo de incomprensión… ¿Cuántas veces Señor te negaron, y
cuantas veces Señor les perdonaste?. Excusas banales y peregrinas, quisieron hurgar en la herida
de la falta de formación cofrade, de la falta de solidaridad entre hermanos,
del figurar y figurar, en busca de una gloria mal enfocada.
A
pesar de todo, siempre me diste ánimos, siempre me acompañaste en cada caída,
siempre me ayudaste a tratar de ser mejor persona, mejor cristiano, mejor
cofrade… A pesar de cada palo en la rueda, conseguiste sacar lo mejor de
nosotros, y nos diste la oportunidad de mostrarle a los demás que también cabe
el buen gusto, el buen hacer, la ilusión unida a la devoción, el trabajo unido
al resultado…
Yo
no soy nada sin Ti, no soy nadie sin tu mano en mi hombro, sin el báculo que me
ofreces cada mañana al empezar el día. No soy nada sin tu presencia en cada
mirada, en cada esquina del camino, sin tu reflejo en cada lágrima de la
anciana que busca reconfortarse en Ti; en cada ramo de flores que adorna tu
estancia, sin el aroma de las velas que iluminan tu figura; sin el canto gregoriano
que se eleva hasta el cielo; y así, solo así puedo llegar a la conclusión
después de tantas entradas, que por fin se que te encontré, pero porque nunca
te había perdido; nunca te habías separado de mi lado y por eso puede llegar al
final de este camino….
Gracias
Dios Mío por todo lo que me das, perdona mis ofensas para con los demás y para
conmigo mismo, disculpa mis errores y no ensalces mis aciertos, pues son fruto
de la pluma torpemente manejada. Gracias Dios Mío, Gracias….
Ahora
llega la pausa del Verano, el infinito Sol de la tarde abrasando paso a paso el
andar del peregrino, que camino de las Cruces, tratará de poner en orden ideas
y pensamientos, paz a los quebrantos y luz a los duelos. Mirará con esperanza
el horizonte de un nuevo año cofrade que habrá de empezar en Septiembre cargado
de metas por cumplir. Por la senda de los encuentros con uno mismo, con los
amigos y hermanos, con las dudas y las tentaciones, con la mano tendida al
necesitado, con la pasión por mejorar lo que se hizo, y de aprender de lo que
se hizo mal para no volver a repetirlo….
Esos
atardeceres desde la Iglesia
de San Sebastián, vislumbrando desde las alturas el horizonte con ese cielo anaranjado
sobre el castillo de Medellín, y las golondrinas revoloteando en torno al
campanario; los niños jugando en la calle llenando el ambiente con sus risas
inocentes; el anciano sentado al fresco del umbral de su casa con la mirada
perdida…, y mis pasos llevándome hasta
el interior de la Iglesia,
abriendo su pesada puerta lentamente, sintiendo ese golpe de aire fresco en la
cara que llega desde su interior, con un regusto al perfume de las velas
encendidas que vagamente iluminan la estancia proyectando su luz hacia el
Crucificado de la
Misericordia que mira con dolor hacia el frente. Tras breves
pasos, me siento en un banco y
dirigiendo mis ojos hacia EL , expiro profundamente y me pongo a rezar….
“Gracias
Dios mío, por darme salud a mi y a los míos, por darme la oportunidad de seguir escribiendo todo aquello que surge
desde la necesidad de enseñar; perdona mis grandísimos fallos y afrentas, mis
malos gestos y contestaciones; mi desidia y desgana en ocasiones; el ímpetu de
mis acciones, y la oscuridad de mis omisiones… Ante TI me presento intentando
ser tu humilde servidor, y espero que puedas comprenderme como siempre lo
haces, y que no me dejes solo o desamparado cuando mas lo necesite, como
siempre lo haces; destierra mis rencores y tentaciones, y dame la calma que
esta vida llena de proyectos necesita para seguir adelante…..”
“Padre
Nuestro que estás en los Cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros
Reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; el pan nuestro de cada
día dánosle hoy, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a
los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación y líbranos de todo
mal….AMÉN”
Reconfortado
por este momento, salgo de la
Iglesia, y vuelvo a mirar ese atardecer rojo de agosto, bajo
esa bofetada de calor al que uno llega a acostumbrarse en Don Benito, … y ese
horizonte me muestra lo que ha de venir en Septiembre…, ilusiones y esperanzas
por alcanzar todas las metas propuestas al principio del año, y muchas cosas
por ordenar para seguir contándolas, porque efectivamente YA SE QUE TE
ENCONTRÉ, SEÑOR.
…..
Queridos lectores, muchas gracias por el tiempo que me dedicáis, nos veremos a
la vuelta, pensando en que siempre será mas y mejor…
¡¡¡ SIEMPRE DE FRENTE !!!