Después
de un merecido descanso, tan necesario como placentero. Después de un verano
marcado por las olas de calor de 40 grados
a la sombra, en este lado de las Vegas Altas, de buscarte en cada rincón, en
cada calle, en cada gesto, en los libros y en las fotos, en las Iglesias y en
las personas, en cada paso recorrido, etc…, vuelvo a ponerme Señor a tus pies,
para intentar explicar por qué te busco, y por qué te encuentro donde te
encuentro.
El
otoño me envuelve con su luz cálida y languideciente, roza mis sentidos la
brisa fresca que despide al verano, y que hace mecer las hojas de los árboles,
en un interminable baile que las hace frágiles a sus poderes.
En
ese panorama de cierto reposo, de vuelta a la rutina, de dejarse ir por la monotonía
de los días, de las obligaciones, de las vueltas y revueltas a la cruda
realidad, quiero salir a la calle, y bajo el manto de la contemplación y la
curiosidad, buscarte intensamente….
Te
buscaré Señor mirando al cielo, esperando alguna respuesta que calme mis ansias
de saber, en esa nube de color gris plomizo, que quiere descargar su necesaria
lluvia sobre nosotros; te buscaré Señor, en cada esquina de la calle, que
sorprenda mis pasos, anhelando esa revirá que está por venir al son de la
palillera; te buscaré Señor en el vaivén de las hojas de ese árbol solitario,
que teñido de marrones y amarillos, pugna a duras penas con el viento por
mantenerse unidas a las ramas; también te buscaré en la mirada del anciano, que
sentado en un banco de piedra de la plaza, observa con sus ojos guiñados la
puerta principal de la Iglesia anhelando otros tiempos mejores. He salido a
buscarte Señor, en los Colegios y entre los niños que preparan su catequesis,
entre la ilusión y las dudas de lo que significa ese camino de cristianos que
empiezan a sentir; y he tratado de exponer un poco de luz en el tema con el fin
de que puedan acercarse a ti, con miras más lejanas.
Aunque
parezca mentira, te he buscado inútilmente en el corazón y en la mente de
algunos de tus pastores, que aun mantienen la incertidumbre de saber si podemos
adorarte o si solo cabe saciar nuestra hambre y nuestra sed con tu bendita
representación de “pan de vida y bebida de salvación”. Te he encontrado en ese
grupo de fieles, que después de cientos de años, siguen creyendo en lo que
hacen más allá de los desplantes, de las lapidaciones públicas y las reprimendas.
Sólo Tú sabes bien el sufrimiento padecido para hacer valer tu ejemplo y
enseñanzas, y es ahí donde te encuentro, lejos de aquellos que usando tu nombre
en vano, pretenden hacer de su cargo y posición, un púlpito donde poder dar luz
a otras acciones y proyectos que nada tienen que ver contigo, ni con lo que
esperas de nosotros.
Te
he buscado Señor en el alma de algunos cofrades que andan algo desorientados y
sin rumbo, para saber si es posible reconducirlos. Te he buscado en el interior
de los templos, en el siseo de las personas mayores que rezan el Rosario, en el
aroma de las flores que bañan tus pies, en los focos artificiales que iluminan tu
rostro, en las ilustres manos que limpian el polvo que se acumula en tu cuerpo
lacerado.
Y
he de decirte Señor, que te he encontrado en mas sitios de los que creía ser
posible, y por ello hemos de regocijarnos, porque se presenta una temporada
cofrade apasionante, con nuevos proyectos e ilusiones, con la posibilidad de
dar un golpe en la mesa, firme y seco, que saque del sueño de los justos a cuantos andan perdidos. Necesitamos de tu
luz, para que aquellos que viven en la envidia, en la dejación de funciones, en
la sinrazón permanente y en la lapidación de los jóvenes, tornen su actitud
intolerante en acciones positivas y productivas.
No
voy a negarte Señor que me asaltan las dudas; que tendré que tocar para creer
en ocasiones, pero también sé que estarás a mi lado, y al lado de cuantos creemos
en otra manera de hacer las cosas, de sentirlas, de vivirlas y de tratar de
asentar las bases para llevarlas a cabo. Hemos transitado por un valle de
lágrimas en la Semana Santa de Don Benito, pero por fin podemos ver algo de luz
y un futuro muy prometedor. Desde estas líneas y en compañía de Cofrade del
Siglo XXI, Misericordia Calabazona, Villanueva de la Serena Cofrade y la
Tertulia Cofrade “la Revirá”, tenemos la responsabilidad y la obligación de
poner orden a las cosas, y de observarlo todo con inquietud, devoción y
respeto, sin que nada ni nadie pueda coartar nuestra libertad de expresión.
Por
todo ello, sé que voy a seguir buscándote y encontrándote, y que vas a guiarme
en cada entrada de este Blog, para seguir poniendo el acento allí donde sea
necesario, para el bien de todos aquellos que nos sigan, y que están esperando
conocer aquello que les rodea y les conmueve…
Que
así sea…..
¡¡
COMENZAMOS ¡¡