lunes, 24 de septiembre de 2012

TE BUSCARÉ SEÑOR




Después de un merecido descanso, tan necesario como placentero. Después de un verano marcado por las olas de calor de 40 grados  a la sombra, en este lado de las  Vegas Altas, de buscarte en cada rincón, en cada calle, en cada gesto, en los libros y en las fotos, en las Iglesias y en las personas, en cada paso recorrido, etc…, vuelvo a ponerme Señor a tus pies, para intentar explicar por qué te busco, y por qué te encuentro donde te encuentro.

El otoño me envuelve con su luz cálida y languideciente, roza mis sentidos la brisa fresca que despide al verano, y que hace mecer las hojas de los árboles, en un interminable baile que las hace frágiles a sus poderes.

En ese panorama de cierto reposo, de vuelta a la rutina, de dejarse ir por la monotonía de los días, de las obligaciones, de las vueltas y revueltas a la cruda realidad, quiero salir a la calle, y bajo el manto de la contemplación y la curiosidad, buscarte intensamente….

Te buscaré Señor mirando al cielo, esperando alguna respuesta que calme mis ansias de saber, en esa nube de color gris plomizo, que quiere descargar su necesaria lluvia sobre nosotros; te buscaré Señor, en cada esquina de la calle, que sorprenda mis pasos, anhelando esa revirá que está por venir al son de la palillera; te buscaré Señor en el vaivén de las hojas de ese árbol solitario, que teñido de marrones y amarillos, pugna a duras penas con el viento por mantenerse unidas a las ramas; también te buscaré en la mirada del anciano, que sentado en un banco de piedra de la plaza, observa con sus ojos guiñados la puerta principal de la Iglesia anhelando otros tiempos mejores. He salido a buscarte Señor, en los Colegios y entre los niños que preparan su catequesis, entre la ilusión y las dudas de lo que significa ese camino de cristianos que empiezan a sentir; y he tratado de exponer un poco de luz en el tema con el fin de que puedan acercarse a ti, con miras más lejanas.

Aunque parezca mentira, te he buscado inútilmente en el corazón y en la mente de algunos de tus pastores, que aun mantienen la incertidumbre de saber si podemos adorarte o si solo cabe saciar nuestra hambre y nuestra sed con tu bendita representación de “pan de vida y bebida de salvación”. Te he encontrado en ese grupo de fieles, que después de cientos de años, siguen creyendo en lo que hacen más allá de los desplantes, de las lapidaciones públicas y las reprimendas. Sólo Tú sabes bien el sufrimiento padecido para hacer valer tu ejemplo y enseñanzas, y es ahí donde te encuentro, lejos de aquellos que usando tu nombre en vano, pretenden hacer de su cargo y posición, un púlpito donde poder dar luz a otras acciones y proyectos que nada tienen que ver contigo, ni con lo que esperas de nosotros.

Te he buscado Señor en el alma de algunos cofrades que andan algo desorientados y sin rumbo, para saber si es posible reconducirlos. Te he buscado en el interior de los templos, en el siseo de las personas mayores que rezan el Rosario, en el aroma de las flores que bañan tus pies, en los focos artificiales que iluminan tu rostro, en las ilustres manos que limpian el polvo que se acumula en tu cuerpo lacerado.

Y he de decirte Señor, que te he encontrado en mas sitios de los que creía ser posible, y por ello hemos de regocijarnos, porque se presenta una temporada cofrade apasionante, con nuevos proyectos e ilusiones, con la posibilidad de dar un golpe en la mesa, firme y seco, que saque del sueño de los justos  a cuantos andan perdidos. Necesitamos de tu luz, para que aquellos que viven en la envidia, en la dejación de funciones, en la sinrazón permanente y en la lapidación de los jóvenes, tornen su actitud intolerante en acciones positivas y productivas.

No voy a negarte Señor que me asaltan las dudas; que tendré que tocar para creer en ocasiones, pero también sé que estarás a mi lado, y al lado de cuantos creemos en otra manera de hacer las cosas, de sentirlas, de vivirlas y de tratar de asentar las bases para llevarlas a cabo. Hemos transitado por un valle de lágrimas en la Semana Santa de Don Benito, pero por fin podemos ver algo de luz y un futuro muy prometedor. Desde estas líneas y en compañía de Cofrade del Siglo XXI, Misericordia Calabazona, Villanueva de la Serena Cofrade y la Tertulia Cofrade “la Revirá”, tenemos la responsabilidad y la obligación de poner orden a las cosas, y de observarlo todo con inquietud, devoción y respeto, sin que nada ni nadie pueda coartar nuestra libertad de expresión.

Por todo ello, sé que voy a seguir buscándote y encontrándote, y que vas a guiarme en cada entrada de este Blog, para seguir poniendo el acento allí donde sea necesario, para el bien de todos aquellos que nos sigan, y que están esperando conocer aquello que les rodea y les conmueve…

Que así sea…..

¡¡ COMENZAMOS ¡¡